miércoles, 24 de diciembre de 2014

Decoraciones navideñas en Shanghai

En China tradicionalmente no se celebra la Navidad y el día 25 de diciembre se trabaja como un día normal. Pero los avispados comerciantes no podían dejar pasar una oportunidad como esta para ganar dinero, así que los centros comerciales y restaurantes ponen decoraciones navideñas y anuncian menús especiales de Navidad para que la gente se anime a gastarse los cuartos. Hoy es Nochebuena y al volver a casa he visto colas bastante largas en los restaurantes más refinados.

Mi nueva oficina está en Nanjing West Rd. y los centros comerciales pijos que hay allí han tirado la casa por la ventana con las decoraciones navideñas. Todos los árboles de la calle tienen lucecitas colgando.

Al lado de Jing An Temple


¡Venga derroche de kilowattios! ¡Que los regalan!

¿Reconocéis a alguien?

¡Papá Noel estaba hoy saludando a la gente en un centro comercial!

¿De dónde habrán sacado a este señor tan mayor?

En mi oficina también se han pasado un poco con las decoraciones. En todos los ventanales hay ristras de lucecitas pegadas con cinta adhesiva. Verás el día que haya que desmontar el campamento...

Vista general de la oficina.

Esto está según entras a la izquierda...


... y esto a la derecha.

Detalle de los muñecos que han puesto en la recepción.

¡Feliz Navidad! ¡Cuidado con las comilonas típicas de estas fechas!

miércoles, 17 de diciembre de 2014

A dormir al Ikea

Se me había olvidado contarles que el otro fin de semana fuimos al Ikea de Wuxi porque teníamos que comprar un sofá y un armario para el piso nuevo. Wuxi es una ciudad que está a una hora en coche desde Suzhou. El Ikea de Shanghai está a la misma distancia desde Suzhou pero normalmente el de Wuxi está bastante vacío, así que siempre vamos allí.

Debería decir "estaba bastante vacío". Han construido un centro comercial gigantesco al lado y parece que la zona se ha convertido en la más concurrida de Wuxi. Queríamos comer albóndigas suecas en el restaurante del Ikea pero en la cola había unas 50.000 personas. Abortamos misión albóndigas.

¿Tanta cola pa comer albóndigas y salmón congelados? ¿Estamos tontos o qué?

El centro comercial también estaba a reventar pero conseguimos una mesa en un restaurante. Tras el almuerzo empezó la caza y captura del sofá perfecto. Tras probar todos y cada uno de los sofás de la exposición elegimos al claro ganador:

Os presento a Tidafors Junior, nosotros hemos comprado el Senior (con espacio para tres posaderas).

Tidafors ganó por goleada porque era el único sofá en el que se podía apoyar la cabeza en el respaldo.

Después fuimos a por el armario. Ale, a abrir y cerrar todos los armarios para ver cómo eran por dentro. En realidad puedes diseñar cómo quieres que sea tu armario por dentro, pero no teníamos tiempo para liarnos tanto así que elegimos un modelo para que nos lo hicieran igual.

Pero una visita al Ikea en China no está completa si no ves a un buen número de chinos echándose la siesta en las camas, sofás y cualquier otro sitio que pillen. Yo nunca he ido a un Ikea fuera de China así que pensaba que esto era normal, pero parece ser que no.

Debajo de ese abrigo granate había un niño también durmiendo.

La señora esperando pacientemente a que su marido se despierte.

Esta niña ya es un poco grandecita para dormir en el carro.


Durante estas próximas semanas probablemente tengamos que volver al Ikea a por más cosas, así que quizás publique una segunda parte de "chinos durmiendo en el Ikea".

lunes, 15 de diciembre de 2014

Mudanza

¿Que qué he hecho el fin de semana? Pues empaquetar, cargar cajas y bolsas en la furgoneta del tío de C., bajar cajas y bolsas de la furgoneta del tío de C., desempaquetar, limpiar y colocar.
Y todavía queda para rato. ¡Mudarse es agotador!


lunes, 8 de diciembre de 2014

El tren-museo

Me hacía ilusión ir en tren a Luoyang en vez de en avión. Hacía tiempo que no viajaba en tren en China, si exceptuamos los trenes de alta velocidad. Pero eso no cuenta, cuando digo viajar en tren por China me refiero a pasar un buen puñado de horas en el tren, dormir allí, llevarse una bolsa cargada de comida donde los tallarines instantáneos no pueden faltar, etc. Creo que hacía unos 5 años que no iba en tren cama.

Nuestro tren era el K2666, cuya ruta completa es Suzhou - Linfen, realizada en 25 horas y 17 minutos. Linfen es famosa por ser la ciudad más contaminada del mundo. Os han entrado ganas de ir, ¿verdad? Nuestro recorrido, desde Suzhou hasta Luoyang, debía ser en teoría de 16 horas y 23 minutos pero se retrasó un poco y tardamos algo más. La letra en el nombre del tren indica la velocidad: G es el tren de alta velocidad y K es el más lento, aunque la K viene de 快 kuai, rápido.

Que no falte la siempre socorrida foto de la estación de tren. Estaba bastante vacía, en las vacaciones del Año Nuevo Chino es la locura total.

En el tren cama se puede elegir entre "cama dura" y "cama blanda". La cama dura es una litera de tres pisos, en un vagón corrido sin puertas en los distintos compartimentos. La cama blanda es una litera de dos pisos en una habitación para cuatro personas con puerta que se puede cerrar para más intimidad. Los precios varían según qué litera escojas: el piso de abajo es más caro porque te puedes sentar durante el rato que no quieras estar acostado. Como inconveniente, tu vecino de arriba probablemente se sentará también en tu cama. 
Otro detalle: en teoría la cama blanda es, como su propio nombre indica, más blanda que la cama dura. Sin embargo no siempre es así, como en el tren a Luoyang.

Cama dura: literas de tres pisos con cero privacidad.

Normalmente yo solía viajar en cama dura en mis años mozos. En este viaje elegimos cama blanda porque C. nunca había viajado en tren cama (al menos que recuerde) y estaba bastante acongojado. Así que para no asustarle más accedí a viajar en cama blanda, que evidentemente es más cara. Así que viajamos en un compartimento con solo dos señoras más y a puerta cerrada. Pero las camas, blandas, lo que se dice blandas, no eran. De hecho eran iguales que las duras: colchonetilla sobre tabla. Da igual, dormimos como benditos.

Nuestra habitación.
Por la foto anterior habréis deducido que no se trataba de un tren de última generación. Pues todavía no habéis visto lo mejor: el vagón restaurante. ¡Bienvenidos a los años 50!



Aunque habíamos llevado tallarines instantáneos para la cena, decidimos probar la comida del vagón restaurante (los tallarines instantáneos son el demonio, por si no lo sabíais. Tienen 500 calorías y el 100% de la dosis diaria recomendada de sal). C. fue al restaurante a pedir la cena para llevar y nos la comimos en la habitación, justo antes de que subieran en Nanjing nuestras compañeras de cuarto.

¡Estaba mejor de lo que esperaba! Totalmente comestible.

A la mañana siguiente, después de varias paradas, frenazos y traqueteos llegamos a Luoyang. Y lo que pasó después ya lo sabéis.

martes, 2 de diciembre de 2014

Viajecito a Luoyang

El fin de semana pasado agarramos el petate y nos fuimos de viaje a Luoyang. Yo llevaba mucho tiempo queriendo ir pero me daba miedo ir en vacaciones y que estuviera llenísimo de gente. Al final miss Y. planeó el viaje para el último fin de semana de noviembre y nos apuntamos.

Luoyang fue la capital de varias dinastías durante la antigüedad y tiene un patrimonio arqueológico considerable. Como Mérida, Roma o Xi'an, en Luoyang no pueden excavar un agujero en el suelo sin encontrar algo.

El sábado por la mañana, después de hacer un brunch de tallarines, nos fuimos al Museo de Luoyang. Es un edificio muy nuevo, con salas muy grandes y mucho que ver, principalmente bronces de las dinastías Shang, Zhou y alrededores, y cerámica de la dinastía Tang.

Bronce

Cerámica de la dinastía Tang. Con estos camellos hacían la Ruta de la Seda.

Después fuimos al museo de las tumbas (hay un montón de emperadores y demás altos cargos enterrados por allí) y a dar una vuelta por el centro. En Luoyang no se ven casi extranjeros y recibimos multitud de miradas y hallos. Vi a varias personas que les daban codazos a sus acompañantes para que se giraran a vernos, jajaja. Me hice un selfie con una estudiante (bueno, más bien ella se lo hizo conmigo) y espero que esta sea la primera y última vez que la palabra selfie aparezca en este blog.

El domingo fuimos a ver el plato fuerte, el sitio al que yo llevaba años queriendo ir: las cuevas Longmen. Son del estilo de las cuevas Yungang de Datong: miles de Budas excavados en la roca de una montaña.
Según mi amiga Elvira, "la montaña gruyere". Pues lo ha clavao.

Las cuevas Longmen están más estropeadillas que las de Datong, la mayoría de las estatuas no tienen cabeza. Según le oímos decir a una guía, muchas fueron arrancadas y vendidas en el extranjero a principios del siglo XX, cuando la situación económica de China era bastante chunga, la situación social bastante desordenada y a nadie le importaba un pimiento proteger el patrimonio artístico. Las estatuas más grandes han conseguido mantener todo en su sitio, más o menos.

Im-presionante.

Parezco muy pequeña.
La montaña gruyere desde la otra orilla del río.

Había más museos y templos para visitar en Luoyang pero no nos dio tiempo a ir. ¡Tendremos que volver! La gente de esa provincia, Henan, tiene fama de timadora, pero no tuvimos ningún problema. Además es que todo era baratísimo, nos tirábamos media hora en taxi por 30 yuanes. Muy bien Luoyang, sí sí.

¿Cómo ir? Desde el aeropuerto de Shanghai Hongqiao hay un par de vuelos al día. También se puede ir en tren y desde Suzhou son unas 17 horas en un tren del año de maricastaña. ¡Lo contaré en la próxima actualización!

martes, 25 de noviembre de 2014

Semana de locura

Bueno, bueno, vengo cargadita de novedades. ¡Menuda semana llevo! El jueves pasado fui a la segunda entrevista en una empresa de Shanghai y el mismo día por la noche me dijeron que estaba contratada. ¡Bieeen! Es una empresa de juegos de ordenador, esos que se juegan en el navegador y son gratis pero si quieres avanzar más rápido puedes comprar cosas dentro del juego pagando con dinero de verdad. No sabía que este tipo de cosas eran un buen negocio pero parece ser que lo son, viendo la pedazo de oficina que tiene mi futura empresa en un rascacielos nuevo en el centro mismo de Shanghai. Empiezo el lunes que viene y mi puesto es Localization Specialist (vamos, que traduzco los textos de los juegos de inglés a español).

Quizás si otro día estoy inspirada escriba una entrada sobre buscar trabajo en China por si alguien está interesado. De momento diré que mi trabajo lo encontré en LinkedIn (la empresa también estaba en una feria de empleo a la que fui dos días después de enviar el cv). Y, basándome en el mes y pico que he estado buscando trabajo en China, puedo decir que trabajo hay, pero muchas veces te ofrecerán trabajar sin permiso de trabajo. Y una ya está mayor para esas emociones fuertes.

Así que llevo unos días de locura, preparando papeleos para el cambio de permiso de trabajo (en China el permiso de trabajo está ligado a la empresa que te contrata y cuando cambias de trabajo tienes que cancelar el permiso y hacerte uno nuevo) y más papeleos para el permiso de trabajo nuevo. Que si certificado de haber estado trabajando en la empresa anterior, que si certificado de que ya no trabajas en la empresa anterior, venga a rellenar todos los huecos que haya en tu cv (¿que qué estaba haciendo en febrero de 2010? Pues mire, creo que me fui a España de vacaciones entre que acabé de estudiar en Beijing y empecé a trabajar en Shanghai, ¿eso también tengo que ponerlo?), y venga a hacer fotocopias de todo. Ya tengo toda la documentación preparada y acabo de ir al departamento relevante en Suzhou a cancelar mi permiso de trabajo, con el papelito sellado que me han dado ya puedo ir a Shanghai a hacer el permiso nuevo. Yo pensaba que este trámite iba a ser un horror, me iban a poner un millón de problemas y no me iban a dar el papelito hasta dentro de varios días, pero ha sido todo bastante indoloro. Espero que la parte chunga no venga en Shanghai. Por lo menos la chica de recursos humanos de mi nueva empresa está siendo de mucha ayuda.

También estaba el fastidioso asunto de buscar alojamiento en Shanghai. Ir y venir todos los días desde Suzhou ni me lo planteo, sería matador, supondría casi cuatro horas al día (el tren en sí solamente son 40 minutos, lo peor es ir y venir de la estación a casa/ la oficina). Así que he buscado habitación en un piso compartido en Shanghai, y volveré a Suzhou el viernes por la noche. El domingo estuve mirando pisos. Qué pisos patera, dios santo. A los chiquillos extranjeros que van a Shanghai de intercambio de estudios o a hacer prácticas los meten en pisos manejados por agencias que ponen tabiques de plástico y sacan cinco habitaciones donde antes había dos o tres. ¿El resultado? Pisos sin salón, o con un salón enano, habitaciones sin ventana a la calle, etc. Por no hablar de que con esos tabiques se oye todo lo que esté haciendo el de al lado y tienes que compartir el cuarto de baño con tres o cuatro más. ¿Y el precio? Pues unos tres mil yuanes, casi 400 euros, y se quedan tan a gusto, ¿eh? Vuelvo a decir, yo ya estoy mayor para estas cosas. Así que he buscado un pisito pequeño pero acogedor, en un edificio de estos típicos de Shanghai, y comparto con una chica china. Es un cuarto sin ascensor pero mi habitación es grande y estoy a 10 minutos andando de la oficina.

Qué bien me está saliendo todo, ¿no? Es casi sospechoso, jajaja.

Este fin de semana vamos a Luoyang con miss Y. y su amiga I. así que tendré que hacer la mini mudanza a Shanghai el jueves. Imaginadme en el tren como los chinos que van a la ciudad a buscar trabajo, con maleta, edredón y almohada, jajaja. Tendré que comprarme la típica bolsa que llevan ellos.

Los de Louis Vuiton copiaron el estampado y forma de estas bolsas en una colección hace un par de años, miss Y. sabrá más de esto que yo.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

El invierno

Ya llegó el frío invierno. No ha nevado todavía, claro, y de día las temperaturas todavía tienen dos dígitos, pero hace frío. En el norte ya han encendido la calefacción y aquí tenemos que aguantarnos con los pies como témpanos mientras vemos la tele sentados en el sofá. Los chinos del "sur" cuando llegan a casa no se quitan el abrigo porque hace igual de frío dentro que fuera.

En China, el sur empieza a partir del río Yangtsé hacia abajo. Me fascina que Shanghai/Suzhou se considere "el sur". Entonces, ¿Guangzhou qué es? ¿El sur de más al sur? ¿El sur profundo?

Como mucho Shanghai está en el medio...

C. está obsesionado con comprarse un piso. Los chinos son aún peor que los españoles en este tema. Aquí, alquilar es de pobres, de esos que vienen del pueblo y se ponen a trabajar en una fábrica y viven seis en la misma habitación. Yo le he dicho que si se empeña en gastarse los dineros yo solamente tengo dos requisitos imprescindibles para una casa: que haya calefacción de pared o suelo radiante, y que la lavadora tenga conexión de agua caliente. Ya está bien de vivir en un iglú y de no poder lavar bien la ropa, hombre ya.

¿Cumpliré algún día mi sueño de vivir en un piso adecuado para estas temperaturas invernales? Quién sabe. De momento, me tengo que conformar pasando estos meses con mis amigas inseparables:
Las bolsas de agua caliente.

He visto que en Taobao venden unas zapatillas de estar por casa que se enchufan a la electricidad y se calientan. También he visto zapatos de andar por la calle que se recargan por la noche y cuando te los pones por el día emiten calor durante 18 horas. Como sufridora en silencio de pies congelados crónicos estoy muy interesada en este tipo de productos pero C. dice que están hechos en fábricas cutres y que pueden cortocircuitarse y explotar.
Mi gozo en un pozo.

¿Tenéis algún consejo o recomendación para pasar menos frío en un piso sin calefacción? Aire acondicionado caliente y radiador de aceite ya tengo (no sirven de mucho). ¡Mantas también tengo muchas!

jueves, 13 de noviembre de 2014

Post 11 de noviembre: Expectativas vs Realidad

Ya pasó el 11 de noviembre y, como se esperaba, Alibaba batió el récord de ventas del año pasado. Se vendieron productos por valor de 57.000 millones de yuanes, casi 7.500 millones de euros. En los primeros 38 minutos de la promoción (es decir, desde las 00:00 hasta las 00:38 del día 11) se vendieron 10.000 millones de yuanes. La gente lo habría dejado todo metidito en el carro de la compra y al llegar las 12 de la noche, millones de chinos le dieron al botón de comprar. ¡No sé cómo no se colapsó internet!

A esa hora yo estaba durmiendo y hasta bien entrada la tarde no me metí en Taobao. Tenía vista una camisa de Gap que estaba al 50%, pero cuando llegué ya no quedaba mi talla en el color que yo quería. Bueno, no pasa nada.

Han pasado ya dos días y hoy me han mandado un enlace de un foro chino con fotos de la ropa que la gente ha comprado y lo que se han encontrado cuando les ha llegado el paquete. Qué rapidez, por cierto. A lo mejor son fotos de compras realizadas en otros momentos y los internautas han hecho la recopilación ahora para hacer más gracia pero no pasa nada, aceptamos pulpo. A la izquierda, foto que aparecía en la web del vendedor. A la derecha, foto que se hizo el receptor de la prenda al probársela.

Caso 1: la chica que pensó que con esta especie de peto parecería una joven francesa a la última moda, y acabo pareciendo más bien una charcutera o un pintor de brocha gorda.



Caso 2: la señora que no tenía muy claro qué era lo que estaba comprando (¿cómo puede ser que lo que se supone que es una cintura le vaya bien en el cuello??).



Caso 3: la que quería ir a la última moda y acabó pareciendo un pastor de ovejas.



Caso 4: la que en un momento de confusión pensó que era una buena idea comprarse un disfraz de carnero rosa.



Y por último, mi favorito: la que se compró unos pantalones muy sexis y luego descubrió que si se sentaba llevándolos puestos se quedaba prácticamente en pelotas.


La versión original, con más despropósitos, aquí

sábado, 8 de noviembre de 2014

11 de noviembre: compras compulsivas

Ya llega otra vez esa época del año en la que los chinos se vuelven más majaretas que de costumbre con las compras por internet. ¡Se acerca el 11 de noviembre!

Hace un par de años ya hablé del 11 de noviembre, que en principio era el día de los solteros y luego se convirtió en el día de "vamos a comprar todo lo que pillemos". Todo empezó en 2009, cuando Alibaba (empresa china que os sonará porque salió en bolsa en Estados Unidos hace poco y se armó bastante revuelo) decidió que qué mejor manera de celebrar el día de los solteros que animando a todo el mundo a dejarse el sueldo comprando en sus páginas web (Taobao y Tmall). ¡Viva, viva! A la juventud china no hay nada que le guste más que comprar cosas y Alibaba lo sabe, así que para tentarles aún más decidió ofrecer suculentos descuentos en sus páginas web.

Captura de pantalla de Tmall. ¡Todo al 50% de descuento o más!

Ahora la festividad es mundialmente conocida como "Doble 11" o 双十一 en chino y el año pasado Alibaba decidió registrarlo como marca comercial. Ahora está amenazando a sus competidores con demandarlos si utilizan las palabras "doble 11", aunque no sé si podrá demandarlos por ofrecer descuentos ese día.

El 11 de noviembre del año pasado, Taobao y Tmall vendieron en un solo día la hermosa cantidad de 35.000 millones de yuanes. Eso son 4.500 millones de euros. Repito, en un solo día. Si calculamos que cada producto se vendió por 100 yuanes (seguro que la media es mucho menor), eso supondría 350 millones de productos vendidos en un día.

¿Pero de verdad es para tanto la cosa? ¿Tan geniales son los descuentos que la gente se vuelve loca? Pues, mire usted, la verdad es que no. La realidad es que las tiendas suelen subir los precios los días antes y luego los bajan el día 11, con lo que a lo mejor anuncian un descuento del 50%, pero teniendo en cuenta que probablemente habían inflado antes el precio un 40%. Así que te quedas con un descuento del 10% que tampoco es para tirar cohetes.

Otra cosa que pasa el 11 de noviembre es que las empresas de mensajería se colapsan con tanto paquete. Cuando compras algo por internet normalmente te llega en dos o tres días, pero como lo compres el 11 de noviembre tardará entre cinco días y una semana. El año pasado leí muchas quejas de gente indignadísima diciendo que su paquete había tardado en llegar cinco días, ¡pero qué desvergüenza es esta! Los chinos son muy impacientes y cuando compran algo por internet quieren que les llegue ipso facto. De hecho, yo creo que la teleportación la inventará una china para que los zapatos que compre en Taobao le lleguen al momento.

Yo este año paso de comprar nada el 11 de noviembre. 

lunes, 3 de noviembre de 2014

Headbanging y pogos en Suzhou

El otro día fuimos a un concierto de metal en Suzhou. El grupo se llamaba Ego Fall, 颠覆M (dian fu em) en chino. No era la primera vez que los veía en directo, ya fui a un concierto suyo en Shanghai hace cuatro años.



La sala estaba bastante vacía, y eso que el grupo es famosillo. Debe ser que no hay muchos metaleros en Suzhou. La vez anterior en Shanghai sí que había algunos chavales con rastas y tal (¿dónde se meterán por el día? No se ven muchos chinos con rastas por la calle). Eso sí, había un grupo de adolescentes en primera fila dándolo todo, meneando la cabeza, haciendo los cuernos y hasta crowdsurfing. Se lo pasaron pipa.

Bueno, más que crowdsurfing, sus amigos les agarraban y les llevaban de un sitio a otro.

Hace muchos años que no escucho metal pero es divertido ir a los conciertos.

En España en mis tiempos mozos mucha gente se quejaba de la falta de "escena" y de apoyo a los grupos nacionales. En China la cosa está aún peor. En una ciudad como Suzhou, con más de 5 millones de habitantes, solo hay una sala donde pueden tocar grupos locales que no hagan versiones (es la sala Wave, la de las fotos). No es un sitio muy grande, deben caber unas 150 personas. Si viene un grupo/cantante un poco más famoso, no hay ningún local intermedio entre esta sala y un estadio de fútbol.

Bares con grupos/cantantes de versiones hay muchos. Desde el típico bar tranquilo de chica con guitarrita, a bares para extranjeros con grupo filipino. Que para ir una vez no están mal, pero como vayas más acabas del "Sweet child o'mine" hasta las narices.

Por si os entra la curiosidad y queréis escuchar a Ego Fall:


lunes, 27 de octubre de 2014

La barbacoa

La barbacoa, la barbacoa, cómo me gusta, la barbacoa. Si Georgie Dann hiciera una versión en chino de esa canción se forraría. A los chinos les pirra irse al campo a hacer barbacoas, o si no tienen los instrumentos necesarios, se van a un restaurante-barbacoa. Este tipo de establecimientos se hacen de oro mientras dura el buen tiempo y la gente se sienta en las terrazas a ponerse como el quico de 烧烤 shaokao (barbacoa en chino) y cerveza.

Estamos teniendo un octubre que no nos lo creemos y la temporada de shaokao todavía no ha terminado. En las últimas dos semanas hemos ido a dos: una nocturna y otra diurna.

La nocturna la organizaron los amigos de C. en la azotea de uno de ellos. Hacía un poco de fresco pero al lado de las brasas se estaba muy bien. Tardaron bastante en prender los carbones y mucha gente, del aburrimiento, se fue al salón de la casa a hacer tiempo. Yo, espabilada de mí, no me separé de la barbacoa porque sé cómo funcionan estas cosas: te vas un rato y cuando vuelves ya no queda nada de comer. Así que en petit comité nos comimos la primera ronda de cordero. No eran los típicos pinchitos escuchimizados sino una buena costilla.

Como esas dos costillas del medio.
De postre había esponjitas/nubes (en cada sitio se llaman de una manera). Mucha gente no las había probado nunca y alucinó.

La verdad es que empalagan un poco.

Esta barbacoa fue un poco de andar por casa, pero a la que fuimos la semana siguiente era totalmente profesional. La organizó un compañero de C. e invitaron a varios clientes, así que había que quedar bien. El organizador se pasó todo el día anterior comprando provisiones, montando los pinchitos, etc. Antes he dicho que en las barbacoas hay que darse prisa para comer o te quedas sin nada, ¿no? Pues esta barbacoa fue todo lo contrario. Había comida de sobra, y de hecho sobró y todo, tras 4 horas comiendo sin parar.



A esta barbacoa nos llevamos a Nico. En la foto de debajo podéis observar como ella, haciéndose la despistada, se iba acercando cada vez más a la "mesa" donde iban poniendo los pinchos ya hechos y, aprovechando nuestros descuidos, robaba lo que pillara.

Tralará lará... pues se ha quedado buen día, ¿no?
Vista general del guateque.


martes, 21 de octubre de 2014

Vacaciones en Taiwan III: Tainan

Vamos ya con la última entrega de mis vacaciones en Taiwan. La última parada del viaje fue Tainan, ciudad conocida por ser la más antigua de Taiwan y la que más templos tiene. Sobre los templos, doy fe de que hay muchos. Nada más salir del hotel oímos música de gongs y platillos y fuimos a ver qué era. Estaban haciendo una especie de exhibición de lucha delante de un templo:



Los templos taiwaneses son una exageración. Es el barroco asiático y el horror vacui en estado puro. Miren estos tejados, dragones por aquí, figuritas por allá, y venga colorines. ¡Que no quede ni un alero sin adorno!




Los holandeses llegaron a Taiwan (fue colonia holandesa entre 1624 y 1662) y construyeron fuertes en Tainan:

Fort Zeelandia

Fort Provintia, ahora más conocido como Chihkan Towers.

Los estudiantes tainaneses que no las tienen todas consigo en la época de exámenes tienen varias opciones en Tainan. En una de las Chihkan Towers hay un dios al que le puedes rezar para aprobar los exámenes. A cambio de tus oraciones el dios te obsequia con un lápiz especial para exámenes que te hará invencible (en serio, podías coger los lápices que había al lado de la estatua del dios).



Y si no te fías del todo, también puedes ir al templo de Confucio a escribir un papelito con tus deseos. ¡Mejor estar doblemente preparado! Claro que, con el tiempo que habrás tardado en ir a los dos sitios, rezar, escribir el papelito, etc, quizás hubieras acabado antes poniéndote a estudiar.

Confucio, porfa, quiero sacar de 90 para arriba en el examen.

Y como toda ciudad taiwanesa que se precie, Tainan también tiene varios mercados nocturnos para cenar. Creo que ningún taiwanés cena jamás en casa. ¿Cocinar? ¿Eso qué es?



Las famosas salchichas taiwanesas.

Ah, en Tainan hay un sitio muy curioso: la casa del árbol. Unos almacenes abandonados después de la Segunda Guerra Mundial. En solo 70 años los árboles los han rodeado completamente:

Tengo una foto casi igual en Angkor!