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martes, 23 de agosto de 2016

Azul G20

No os podéis creer el mes de agosto que estamos teniendo. ¡¡Cielo azul y aire limpio!! Normalmente el nivel de contaminación siempre es más bajo en verano (porque no hay que quemar carbón para la calefacción, supongo, entre otros factores) pero esta vez se han batido todos los récords.
¡Nubes!


¿Y por qué? ¿Es que por fin el gobierno se ha puesto serio con lo de atajar la contaminación?

Ay, amigos, qué más quisiéramos. La razón es más práctica y prosaica: en un par de semanas hay una reunión del G20 en Hangzhou a la que acudirán un montón de mandamases de un montón de países. E, igual que ocurrió durante la reunión del APEC en Beijing hace un par de años, se han tomado medidas para asegurar que estos invitados de honor disfruten de cielos limpios durante su estancia y luego vuelven a sus países diciendo "¿Pero no decían que había mucha contaminación en China? ¡Todo mentira!".

En preparación para el G20, en Hangzhou han cerrado fábricas y oficinas y han recomendado a la gente que se vaya de vacaciones un par de semanas. Las fábricas altamente contaminantes (vamos, que saben perfectamente cuáles son) en un radio de 150 kilómetros a la redonda han parado de fabricar. Esa distancia incluye Shanghai, Ningbo, Suzhou y varias ciudades industriales más. Y se nota. ¡Vaya si se nota! Por eso fastidia tanto que solo tomen estas medidas temporalmente, porque van a venir unos extranjeros importantes. La salud de los habitantes importa un pepino.

Acabo de leer también que ya han incrementado la seguridad en los aeropuertos y han instalado controles para acceder al Lago del Oeste (el sitio más turístico de Hangzhou). Y ojito con esta foto:


Vamos, que si algún terrorista tenía pensado atentar en Hangzhou lo va a tener crudo.

Probablemente el evento también se notará en los vpns que usamos para acceder a este blog, facebook, twitter, youtube, etc: siempre que hay alguna reunión de estas intentan capar las comunicaciones. Los que más lo notan son los usuarios de vpns famosos tipo Astrill.

¡Pero bueno, lo importante es que durante estas semanas estamos pudiendo disfrutar de cielos como estos! ¡Y por la noche hasta se ven las estrellas!


martes, 21 de abril de 2015

La plantación de té

El fin de semana pasado, a sugerencia de miss Y., fuimos a Hangzhou a ver las plantaciones de té de la zona. Allí se planta una variedad de té verde muy famoso llamado 龙井 longjing, que literalmente significa "pozo del dragón". Desde finales de marzo hasta principios de verano es la época de la recogida del té y la temporada alta de turismo en la zona. Nosotros fuimos a un pueblo que se llama Meijiawu (梅家坞), en la misma zona que Longjing (sí, hay un pueblo que se llama igual que el té. Qué lioso es todo). A Longjing no pudimos ir porque el domingo no podían entrar en esa zona los coches con matrícula acabada en número par (no sé dónde leí que el tráfico en Hangzhou es el más horrible de toda China, superando incluso a Beijing).

Lo que más me sorprendió fue que las plantaciones de té están muy cerca de Hangzhou, a media hora escasa. Giras en una avenida con un tráfico de mil demonios, te metes por una carreterilla y a los 3 o 4 kilómetros ya estás en medio del campo.
Qué verde era mi valle.

En la carretera principal que iba por estos campos había un montón de coches y autobuses, pero si aparcabas y te ponías a andar por entre las plantaciones no había nadie (solo unas chicas haciendo fotos que parecían para la web de una tienda de ropa en Taobao). A los pobres turistas solo los llevan a gastarse el dinero a los restaurantes, casas de té y tiendas de souvenires.



Si ibas por el caminito entre las plantaciones te adentrabas cada vez más entre las montañas. Allí solo estaban los del pueblo recogiendo el té, no había turistas. Todos los del pueblo trabajan en algo relacionado con el té, ya sea recolectando, secando las hojas, abriendo una casa de té...



Visitamos también el pueblo de Meijiawu. Muy tranquilo, excepto por las furgonetas que pasaban por la calle a 80 por hora. ¡Y eso que era bastante estrecha! No sé cómo no atropellan a nadie.

Por aquí iban como locos.
Este pájaro era una pasada, decía hello y nihao con diferentes tonos de voz. Al principio solo hablaba cuando no mirábamos y luego perdió la timidez.

Hojas de té puestas a secar. El hombre está tostando hojas en el wok manual. A la izquierda se ve una máquina que lo hace automáticamente. Dicen que el sabor es distinto si se tuestan en máquina o a mano; yo, la verdad, no noto la diferencia.
Cuando llegas a la parte de arriba de esa calle puedes subir por una colina donde hay más plantaciones de té y más lugareños recolectando. También había huertos con otras cosas, una señora nos explicó que estaba plantando berenjenas. Al otro lado de la colina estaba el cementerio.


Meijiawu desde lo alto.

Con tanto té por los alrededores no queda otra que probarlo, claro. Nos sentamos en una casa de té que era el segundo piso de una casa con grandes ventanales que miraban a la montaña. Ale, a beber té y comer pipas, cacahuetes y nueces de macadamia.

Té longjing.

miércoles, 9 de julio de 2014

Fin de semana en Hangzhou

El fin de semana pasado fuimos a Hangzhou. La excusa oficial era acompañar a Jorge, un amigo al que conocí cuando estudiaba en Granada y que ha estado unas semanas en Shanghai por trabajo, pero la verdad es que yo necesito pocas razones para echarme a la carretera. También vinieron Kathy y Rex, mis ex compis de piso de cuando vivía en Shanghai, y John, el hijo de la ex de C.

La pandilla maravilla al completo.

Hangzhou está a unas dos horas de Suzhou. Llegamos el sábado por la mañana y después de comer fuimos a visitar el templo Lingyin, pero nos encantamos viendo las esculturas budistas de la colina que hay al lado y nos cerraron el templo. La colina se llama 飞来峰 o "el pico que vino volando"; la leyenda dice que llegó volando de India, no sé muy bien cómo. El caso es que tiene un montón de figuras budistas esculpidas en sus laderas y en sus cuevas.




Para ir al templo Lingyin nos montamos en la línea 7 del autobús urbano de Hangzhou. A la vuelta, la cola para el autobús era kilométrica y conseguir un taxi era misión imposible, así que aceptamos el ofrecimiento de un taxista pirata con una furgoneta que nos bajó a Hangzhou. Al arrancar nos dijo: Os voy a llevar por otra ruta, es que un autobús ha salido ardiendo y el centro está colapsado. Adivinad qué autobús había salido ardiendo. Sí, la línea 7 del autobús urbano. La que habíamos cogido dos horas antes. Incendio intencionado.

El domingo fuimos al Lago del Oeste (西湖), lugar popular donde los haya para el turista chino. Estaba hasta la bandera.



Andando y bicicleteando alrededor del lago se nos fue todo el día.





Cuando me subo a una bicicleta automáticamente empiezo a tararear la canción de Verano Azul. ¿Le pasa a alguien más? Y lo mejor es que creo que nunca he visto un capítulo de Verano Azul entero.

En el paseo marítimo del lago había algunos abuelos haciendo caligrafía y dibujos con agua y pincel-esponja.




El snack de moda en las orillas del Lago del Oeste: cangrejos rebozados en pinchito.