martes, 27 de octubre de 2015

Turisteando por Shanghai

La semana pasada vino mi amiga Julia a Shanghai. Julia es una chica alemana que conocí en 2007 cuando estudiaba en Beijing. Estuvimos allí juntas un año y luego volvimos a coincidir durante la expo de Shanghai en 2010 (yo trabajaba en el pabellón de España y ella en el de Alemania). También vino a visitarme cuando yo vivía en Valencia y ahora, aprovechando que estaba de viaje por medio mundo antes de comenzar su nuevo trabajo, se ha pasado por Shanghai. Ni siquiera tuvo que pedir visado porque varias ciudades chinas permiten que los ciudadanos de ciertos países puedan quedarse durante 72 horas. Fue una visita relámpago y al no tener visado no podía salir de Shanghai, así que busqué un youth hostel y estuvimos dos días turisteando por Shanghai.

Hacía mucho, mucho tiempo que yo no hacía el guiri por Shanghai. Aunque este año he estado viviendo allí, todos los fines de semana me volvía a Suzhou y entre semana solo iba del apartamento a la oficina.

El hostel estaba cerca de Zhongshan Park, zona que yo había pisado poco. Al coger el metro sobre las 11 de la mañana me sorprendió lo vacío que estaba. ¡Como yo normalmente siempre voy en hora punta!

La primera parada fue Tianzifang, una manzana de casas viejas y callejuelas estrechas que desde hace varios años se ha convertido en una trampa para turistas. Pero hay que ir. Me sorprende que sigue habiendo viejecitas que viven allí, pobrecillas, con la cantidad de gente que hay siempre andando por allí, comprando tonterías y comiendo postres o aperitivos 5 veces más caros de lo normal.

¿No os encantan las bragas colgando?
A la hora de comer encontramos un sitio muy curioso que a Julia le encantó: servían desayuno chino todo el día. Era un restaurante muy nuevo y limpio, al lado de la salida 1 del metro Dapuqiao, y creo que era taiwanés.
Toma piscina de leche de soja y rollito de arroz con cosas dentro. La verdad es que estaba bueno.

Familia tomando el brunch. Los youtiao chinos son como nuestras porras.
Por la tarde fuimos hasta el Bund, previa parada en la librería de Fuzhou Lu. Julia es terrible cuando vamos de compras, siempre se tira mil horas y al final no compra nada. Esta vez se compró dos libros, menos mal.

Los carteles que tienen en la librería están hechos con rotuladores cutres, pero me gustan.

El bund estaba bastante tranquilo, qué alegría. Los más escandalosos eran un grupo de turistas italianos. A nuestro lado había dos chinas haciéndose selfies. Les propuse ayudarnos mutuamente y les hice una foto genial, se veían todos los rascacielos de fondo. Bueno, pues atención a la que nos hicieron ellas.

Un poco más de barandilla, por favor, que no hay suficiente.
Luego cogimos el ferry a Pudong (es mi manera favorita para cruzar el río, así no tienes que andar de vuelta a Nanjing East) para encontrarnos con C. Julia quería comer xiaolongbao así que acabamos yendo al iapm, al mismo restaurante donde fuimos con miss Y. una vez.

Xiaolongbao de colorines.

Al día siguiente, sin levantarnos muy temprano ni nada de eso, fuimos al 1933, el edificio del antiguo matadero. Han cerrado la azotea y ha perdido la mitad de la gracia, que eran las vistas.



Luego fuimos andando por Hongkou hasta llegar al norte del bund. Nunca había estado allí. Se ven los rascacielos igual y no había nadie, solo algunos viejos sentados en los bancos del parque.

Andando hacia el río.

No se puede llegar hasta el "paseo marítimo", está cerrado.

Verja electrificada, o eso ponía. Pasaban un montón de barcos y se estaba tan ricamente en ese parque.
Casa muy mona en Hongkou.
Y así pasaron mis dos días de vacaciones. Ale, ahora hasta año nuevo nada de nada.

jueves, 22 de octubre de 2015

Vacaciones en España II

Tras una semana zascandileando por Cataluña llegó la hora de volver a casa, y eso significaba conducir durante un día entero. Así que un día entero de nuestras vacaciones lo pasamos cruzando España de este a oeste.

En Cáceres tocó hacer la consabida visita a amigas y familiares. Un año tras otro, y allí no cambia nada. Bueno, esta vez si he notado algún cambio: tiendas que llevaban toda la vida han cerrado.

Un día fuimos a Portugal. ¡Está solo a 100 km! Así que allí nos plantamos con el coche y visitamos los dos pueblos que están más cerca de la frontera, y a los que yo nunca había ido, no sé por qué. Debe ser de estas cosas que dices, "huy, si está muy cerca, ya iré", y acabas yendo al culo del mundo pero allí no.

Los pueblos se llamaban Marvão y Castelo de Vide. Marvão es muy bonito, está en lo alto de una montaña y hay una muralla y las ruinas de un castillo. Estaba todo tan vacío... creo que nos cruzamos con 10 personas en todo el pueblo.

Síp, había nubarrones. Pero no llovió.

Esto era en Castelo de Vide.

Desde el ventanuco donde los soldados dispararían flechas, digo yo.

El castillo de Marvão.
Comimos bacalao, claro. Cocinado de dos maneras diferentes. Y C. probó el calimocho, jaja (pero con vino tinto de botella de cristal, nada de Don Simón).

En Cáceres no hicimos mucho turisteo, ya que C. ya lo vio todo el año pasado. Sí fuimos al museo Vostell en Malpartida, un sitio muy curioso en el que las obras de arte están hechas con motos, coches y otras cosas de gran tamaño... Dentro no se puede hacer fotos, pero fuera sí.

Como para ponerlo en tu jardín. Al lado de esto hay tres cruces de madera que son obra de Yoko Ono.

Este lago está detrás del edificio del museo.
El museo es un antiguo lavadero de lanas, donde los pastores lavaban después de esquilar, y está dentro de una especie de parque natural llamado los Barruecos. Si vais por Cáceres podéis ir a visitarlo. Decid que vais de mi parte y a ver si me dan una comisión, jaja. Esta es la página del museo en la web de turismo de Extremadura.

Y ya está. El último día completo en España lo pasamos yendo a Madrid y paseando por allí antes de coger el avión por la mañana.

A ver si me pongo al día con el blog. Desde este mes ya no vivo en Shanghai, ahora voy y vengo desde Suzhou cada día y apenas tengo tiempo para hacer nada.


miércoles, 14 de octubre de 2015

Vacaciones en España I

¡Ya estamos de vuelta! ¡Cuántos días sin escribir! Mis vacaciones en España han sido también unas vacaciones de los blogs.

Hoy voy a contar la primera semana de mis vacaciones, que transcurrió en Cataluña, donde tengo a un montón de tietas, tiets y cosins. Tras aterrizar a las 6.30 de la madrugada en el aeropuerto de Barajas, mis padres vinieron a buscarnos en coche y pusimos rumbo al noreste, a donde llegamos para la hora de comer. ¡Había reunión familiar y paella para 30! Tras ponernos como el quico y cumplir con mi primer punto de la lista de "Cosas que hacer en España" (comerme un frigopie), hice la entrega de los regalos que había traído de China... ¡la moda de ponerse un brote en la cabeza ya ha llegado a España! ¡No hace falta que me lo agradezcáis! Los que no tenían pelo para enganchar la pinza con el brote se la pusieron con un trozo de cinta adhesiva.
Tal que así.
 El segundo día mi tieta Nuria nos llevó a una excursión muy chula por el Priorato, una región de Tarragona donde se hacen unos vinos que al parecer son muy famosos en el extranjero.
La iglesia de Siurana.
En plena época de la vendimia.
El Ebro al fondo.

También visitamos Reus, Tarragona y Sitges, y nos llovió durante un par de días. Yo que me había llevado hasta el bikini por si podíamos ir a la playa... mi gozo en un pozo. Hacía más frío allí que en Shanghai.
Sitges (casi coincidimos con el festival de cine).

Después estuvimos 3 días en Barcelona. Qué de gente, oiga. C. se agobió un poco porque le parecía igual que en China, con tanta muchedumbre. Visitamos el parque Güell, la Sagrada Familia, el paseo de Gracia, el barrio gótico, la catedral, el puerto, dimos un paseo en el barco del tiet Joan y la tieta Eli... A la Pedrera, la Casa Batlló y esos sitios no entramos porque, atención, ¡¡la entrada vale 20 euros!! ¡¡Pero qué exageración!! Donde sí entramos fue en la tienda de Louis Vuitton, porque a C. le habían hecho un "encarguito" de 3.900 euros; y en la tienda de Loewe a saludar a mi amiga L. La mitad de los clientes de estas tiendas eran chinos y la otra mitad rusos. Estas marcas, antes de que los chinos y los rusos tuvieran dinero, ¿vendían algo?

Venga gente...

Por fuera...

Por dentro...

Esta no sé qué iglesia es.

¡Capitán!

Y así pasó la primera semana de nuestras vacaciones, pateando pueblos y ciudades y poniéndonos morados de comer. ¡No se pierdan la segunda parte: Extremadura y Portugal!