martes, 31 de marzo de 2015

Fin de semana pekinés

Hacía justo dos años que no iba a Beijing. Ya tocaba, ¿no? No me queda ningún amigo allí, todos se volvieron a sus países, menos Jeni, a quien coincidí en Shanghai en 2010 y que ahora vive en Beijing con su marido. Este viaje ha sido una especie de reencuentro shanghainés ya que también fueron mis ex compañeros de piso. C. se ha aficionado a los trenes y no le salió de la punta de la nariz ir en avión, así que cinco horas de ida y cinco de vuelta. Que si te pones a pensarlo es casi lo mismo que ir dos horas antes al aeropuerto, aguantar el retraso seguro de los vuelos domésticos chinos, etc, así que ni tan mal. Además me vino bien para terminarme los dos libros que me estaba leyendo.

El sábado por la mañana fuimos a hacer un poco de turisteo. El cielo tenía un color un poco extraño, así como amarillento. Al mirar la aplicación que tengo en el móvil para comprobar el nivel de contaminación (desgraciadamente esta aplicación es imprescindible para todo el que viva en China) casi me da un patatús. ¡¡¡900!!! (La escala termina en 500, más de eso es el apocalipsis. El nivel ideal es menos de 50). Pero al mirar con más detenimiento vi que no eran 900 de PM2.5 (las partículas más pequeñas), sino de PM10. Las partículas grandes. Que había tormenta de arena, vamos. Al poco rato empecé a moquear y a rascarme los ojos. Pero para día y medio que íbamos a estar en Beijing había que aprovechar. Por la tarde pasó la tormenta y el cielo estaba un poco azul.

Haciendo el tonto en un gimnasio callejero en un hutong. En la esquina podéis ver el color sospechoso del cielo.

Qué pena de cielo. Con lo bonito que es Beijing.

Uno de mis sitios turísticos favoritos en Beijing es el Templo de los Lamas. Allí se está tranquilo, aunque haya mucha gente. En todo el rato que estuve allí solo una china levantó la voz para llamar a su amiga y la fulminé con la mirada.

Entrada al templo con aparición estelar de un lama.

¡¡Cielo azul!!






Por la noche fuimos a comer pato laqueado. También hacía mil años que no lo comía. Y luego, en vez de salir, nos quedamos en casa de Jeni y Kirk jugando a juegos de cartas, primero uno que se llamaba Wizard y luego uno que se llamaba Cards Against Humanity, que me encantó y me recordó un poco a Absolutas Idioteces, juego de mesa al que jugaba de joven, pero en plan super bestia. Totalmente recomendado, aunque es conveniente tener a mano el Urban Dictionary para entender muchas de las cosas que pone. Hacía tiempo que no me reía tanto.

martes, 24 de marzo de 2015

El Día

Al lado de mi piso en Shanghai hay un supermercado Día. ¡En España nunca voy y tengo que venir a China para ir al Día!



En Shanghai el Día es un supermercado normal, no como en España que está todo revuelto y da miedo. Bueno, al menos era así antes, hace años que no voy. Creo que desde mi época de estudiante en Granada. Eso sí, el de Shanghai es más barato que el otro supermercado que hay en mi calle, así que me he hecho la tarjeta de socia y todo y siempre voy allí. Tienen galletas digestive, barquillos, chocolate y mermelada made in Spain. ¡La perdición!

Mira que he ido veces, pues el cajero todavía no me conoce. Ese no serviría para trabajar en el Mercado de la Seda de Beijing, al que vas una vez y al año siguiente las chicas todavía se acuerdan de ti y de lo que compraste. El cajero este cada vez que voy a pagar se pone a hacerme lenguaje de signos. "Que hablo chino", le digo en chino. Y entonces me dice: "De esta leche de soja hay oferta 3x2, ve a coger otro brick".

Hoy, antes de que me dijera nada, le he dicho: "Espérate, que tengo aquí la tarjeta de socia". Entonces me ha preguntado que de dónde era. "De España", le digo. "Este supermercado antes era español, ¿no? ¿Lo sigue siendo?". (Algo había oído yo de que lo había comprado Carrefour). "Ahora es español y francés", me dice. "¿Y os llevan allí de viaje de trabajo?", le he preguntado. "No, tendré que ir por mi cuenta", ha respondido.

A ver si la próxima vez que vaya se acuerda de mi.

lunes, 16 de marzo de 2015

El balneario

El sábado se nos ocurrió ir a un balneario/parque acuático que hay en las afueras de Suzhou. Es un tanto especial porque aparte de las típicas piscinas con agua caliente y esencia de lo que sea tiene también piscinas normales (pero con agua caliente), tobogán y piscina de olas. Y para que no cojas frío, todo el recinto está metido dentro de una burbuja gigante.

Tal que así.

¡Ay, qué ganas tenía yo de ir al balneario a chapuzarme! Pero, pobre de mí, al llegar y ver que el aparcamiento estaba lleno y que había gente amontonada en la puerta ya me entró el tembleque. Pues sí, estaba bastante lleno. Qué le vamos a hacer, esto es China. Vayas donde vayas siempre va a haber, como mínimo, MUCHA GENTE.

El vestuario estaba lleno de señoras en bolas y niños gritando y corriendo de un lado para otro. Al salir a la zona de piscinas hacía fresquete, aun con la burbuja y todo. Fuera estaba lloviendo.

Ni yendo al balneario puede una relajarse. A cada rato estaban llamando a gente por la megafonía: "Fulanita de tal, tu hijo te espera en la recepción". "Los del grupo de la empresa Tal Tal de Shanghai, a las 15.30 en la recepción para coger el autobús". Yo metía la cabeza debajo del agua y así se oía menos.

Al cabo de un par de horas descubrí que había una puerta para salir de la burbuja gigante y que fuera también había unos cuantos pozales en plan balneario de verdad: que si piscina con esencia de leche, que si vino tinto, que si no sé qué más. ¡Y no había nadie! Claro, estaba lloviendo. Pero el agua estaba bien calentita y allí no llegaba la megafonía.

Esta foto la he sacado de internet. Ni había tantos pétalos de rosa ni las chicas eran tan monas.

martes, 10 de marzo de 2015

El restaurante de mierda

La semana pasada fui a un restaurante que hay en Tianzifang (zona turística de Shanghai con calles estrechas y muchas tiendecitas) y que se llama More Than Toilet. Se supone que es una sucursal de una cadena taiwanesa muy popular en su país y que se distingue por estar decorado como un cuarto de baño. Hace un par de años, un domingo al mediodía estábamos por Tianzifang y se me antojó ir al restaurante-cuarto de baño pero había lista de espera y todo y me quedé con las ganas. Después de tanto tiempo, por fin me he quitado la espinita.

Yo pensaba que en este restaurante servían toda la comida imitando lo que suele haber en los cuartos de baño. No sé, una caca, un vómito, algo. Qué asquerosito, ¿no? A los chinos les gusta tanto la escatología como a los españoles (esos chistes de pedos, ese caganer en el belén). Mi "gozo" en un pozo: solo el helado de chocolate parece una caca y las bebidas las sirven en tazas con forma de wc. Lo demás, aparte de la decoración, es normal.

El famoso helado en forma de caca. Atención al recipiente, en forma de wc chino.

Las sillas son wateres y la mesa un lavabo. Con una caca dentro. De mentira, claro.


Mi té con leche.

Los cojines.

Y la comida, ¿qué? Pues normalita. Pedimos un plato de pasta, que estaba bastante salada, y un plato de kebab y curry que estaba normal. Las bebidas eran muy caras. A este sitio se va a hacer fotos, no a disfrutar de la gastronomía.

jueves, 5 de marzo de 2015

La fiesta de Año Nuevo Chino de la empresa

Aquí está la entrada que todos estabais esperando, que lo sé yo que os gusta verme haciendo el canelo. Han tardado pero por fin las fotos de la fiesta de Año Nuevo Chino de la empresa están en mi poder. Procedo a contar cómo fue la cosa:

La fiesta de la empresa era en Shenzhen porque allí es donde está la sede y la mayoría de los empleados. A los de Shanghai nos pagaron el vuelo y el hotel y para allá que nos fuimos. Como es costumbre en China el vuelo salió con retraso y levantarnos a las 5 de la mañana no sirvió de mucho porque igual llegamos cuando el evento ya estaba empezando.

Ya sabéis que yo no puedo decir no cuando me proponen subirme a un escenario, así que por supuesto acepté cuando mi colega brasileño me propuso preparar un baile para la fiesta de empresa. La inspiración fue este vídeo de un programa americano en plan Mira quién baila. Como nuestra empresa es de juegos de ordenador nos pareció muy acertado hacer un baile de Super Mario. En principio habíamos pensado que al final del baile hubiera una lucha entre Super Mario y los personajes de nuestros juegos y Super Mario perdiera pero iba a ser mucho follón y al final nada.

Entre seis de la oficina de Shanghai preparamos el baile. Teníamos un Mario, una princesa y 4 Luigis porque los disfraces del champiñón y otros personajes eran muy caros. Nos tiramos un mes ensayando casi todos los días antes de salir. Parecía que íbamos a hacer el ridículo pero al final conseguimos aprendernos los pasos y hacerlos más o menos a la vez. Bueno, no penséis que nuestro baile era tan espectacular como el del vídeo del programa americano, ¿eh? Nada que ver. Lo nuestro era mucho más sencillito.

La empresa tiró la casa por la ventana con la fiesta. Teníamos hasta un director de evento al que le teníamos que ir mandando vídeos con los progresos que hacíamos con la coreografía. Al llegar al hotel donde se celebraba el magno evento también vimos que era un sitio con pinta de carete. Mucho más peripuesto que los restaurantes donde celebraba la fiesta de fin de año mi empresa anterior, dónde va a parar. Había hasta un fotógrafo y un camarógrafo profesional.

Como llegamos bastante tarde a la fiesta nuestro baile lo pusieron el último. Voy a poner primero algunas fotos de las demás actuaciones para que veáis que no fuimos los únicos que hicimos el tonto:

Esta actuación me la perdí porque me estaba cambiando pero tiene pinta de ser divertida.

No podía faltar el cansino baile de Xiao Pingguo. Absolutamente todas las fiestas de empresa de este año lo han tenido que sufrir. Los chinos no son muy originales, ya se sabe. Si no conocéis la canción podéis ver el vídeo oficial aquí. Desde hace varios meses es imposible dar un paso en China sin oírla.

Hubo también un pase de modelos con los guapos oficiales. Estos son todos de la oficina de Shanghai.

Estas iban de sexis pero la verdad es que tenían cero gracia. De todas maneras al verlas enseñando el culo yo pensé que iban a ganar el primer premio (hay que tener en cuenta que en nuestra empresa la mayoría son tíos). ¡Pero no!

Y ahora las fotos de nuestra sublime actuación. Bueno, no fue tan sublime. No sé qué cagada hicieron con la música que estaba mucho más lenta de lo normal. Creo que cada uno fuimos a nuestra bola. ¡Pero nos llevamos el segundo premio, 3.000 RMB!




Al terminar el baile sacamos un dragón para pelotear a los jefes chinos. Yo soy el culo del dragón.

A los pocos minutos de terminar el baile y bajarme del escenario tuve que volverme a subir porque... ¡tachán!, gané uno de los primeros premios del sorteo. ¡Un iPhone 6! Lo he vendido y me he sacado 5.000 RMB. Y aparte nos dieron un hongbao (sobre rojo con dinero) con 800 RMB a cada uno. ¡Vamos, que económicamente hablando para mí la fiesta de empresa fue un triunfo total!

Posando con la de RRHH. Nos falta un Luigi que no sé dónde se metió.

Foto de grupo.

Y estaréis diciendo, ¿dónde está el vídeo? Pues todavía no ha aparecido. Haberlo haylo porque había un cámara grabándolo todo, pero todavía no nos lo han pasado. ¡Prometo subirlo a youtube y avisar!
Editado: vídeo aquí.

domingo, 1 de marzo de 2015

Las cuevas Maiji

La principal atracción turística que hay en Tianshui es la montaña Maiji, donde hay excavadas un montón de estatuas budistas. Los lugareños hinchan el pecho y la meten en el mismo grupo de las cuevas budistas más famosas de China (Longmen, Yungang y Mogao). La verdad es que las cuevas de Maiji son bastante más humildes, pero aun así se dejan ver.

Vista desde lejos la montaña Maiji es bastante impactante: una pedazo de roca con escaleras y agujeros por el medio.
La entrada a la montaña.

Un poco más de cerca.

Ese día estaba yo sin muchas fuerzas para trepar como las cabras ya que el primer día en Tianshui no sé qué comí que eché hasta la primera papilla (por arriba y por abajo, ¿demasiada información?) y durante un par de días comí solamente arroz blanco y poco más. Al ver aquellas escaleras pensé que me iba a dar un chungo, pero la verdad es que fueron bastante asequibles. Mucho más que la típica montaña china con escaleras de cemento. Será que la idea de ver las esculturas me dio fuerzas. ¡Lo que me gusta un pedrusco viejo!

La mayoría de los relieves y esculturas de la montaña Maiji (que, por cierto, en chino se llama 麦积山 maiji shan) son de la dinastía Wei del norte (siglos IV-VI d.C.). Por aquella época fue cuando se introdujo el budismo en China, proveniente de India. Durante un tiempo los dirigentes chinos se opusieron a aquella religión extranjera pero al final la acabaron aceptando.

La mayoría de las figuras que se pueden ver en Maiji son de arcilla, solo algunas son de piedra. Todas estaban policromadas pero no todas han conservado la capa de pintura hasta el día de hoy. En las que están completamente al aire apenas se pueden ver restos de color; las que están protegidas en una oquedad de la roca se han conservado bastante mejor.






La principal diferencia entre estas cuevas y las otras cuevas budistas que he visitado en China es el rollo de tener que trepar por las escaleras. No recomendable en absoluto para los que padezcan de vértigo, puesto que entre escalón y escalón solo había una tela metálica que te dejaba ver todo el espacio entre tu pie y el suelo, varios pisos más abajo.




Lo que menos me gustó fue que muchas de las estatuas más pequeñas estaban cerradas a cal y canto, con puerta y cerrojo. Había una tela metálica por la que se podía entrever lo de dentro, pero entre el sol que daba de frente y la porquería que tenía la tela metálica no se veía mucho. Pero bueno, quizás esta sea la única manera de proteger el patrimonio artístico de las manazas de los chinos, como opina miss Y. En alguna de las estatuas vi caracteres grabados, en plan Fulanito estuvo aquí.

Se ve bastante más en la foto que lo que se veía en la realidad.

No tengo ninguna foto, pero delante de cada buda, hasta de los que estaban encerrados, había una montaña de renminbis. Los chinos ponen dinero delante de cada buda que ven y tiran monedas a todas las fuentes que se les pongan por delante. De lo que sí tengo foto es de lo que vi al bajar de la montaña, en una grieta:




Las cuevas Maiji están a unos 40 kilómetros de Tianshui. Se puede llegar con el bus número 34, que sale desde la estación de tren y vale 5 RMB. La entrada a las cuevas vale 70 RMB. Desde la entrada del recinto hasta la montaña hay unos 3 kilómetros de carretera cuesta arriba; si vas apurado de tiempo es mejor comprar un ticket de 15 yuanes que te permite hacer la ida y la vuelta en un coche eléctrico.