miércoles, 29 de abril de 2015

Lluvia de albóndigas

Pero no albóndigas de las de carne (mmmmm, albóndigaaaaas), sino de hielo. Miren ustedes la que cayó ayer en Changzhou, una ciudad a dos horas al oeste de Shanghai:







Dice C., que trabaja en seguros, que ha muerto gente. Normal, te cae una pedrada de esas en la cabeza y te hace un agujero, como al parabrisas del coche.

Gracias a esta tormenta ayer aprendí una palabra nueva: 冰雹 bing1bao2, granizo.

En Shanghai "solo" tuvimos lluvia fuerte y truenos, rayos y relámpagos. Seguro que tiene que ver con el hecho de que el verano haya llegado de repente y sin avisar.

martes, 21 de abril de 2015

La plantación de té

El fin de semana pasado, a sugerencia de miss Y., fuimos a Hangzhou a ver las plantaciones de té de la zona. Allí se planta una variedad de té verde muy famoso llamado 龙井 longjing, que literalmente significa "pozo del dragón". Desde finales de marzo hasta principios de verano es la época de la recogida del té y la temporada alta de turismo en la zona. Nosotros fuimos a un pueblo que se llama Meijiawu (梅家坞), en la misma zona que Longjing (sí, hay un pueblo que se llama igual que el té. Qué lioso es todo). A Longjing no pudimos ir porque el domingo no podían entrar en esa zona los coches con matrícula acabada en número par (no sé dónde leí que el tráfico en Hangzhou es el más horrible de toda China, superando incluso a Beijing).

Lo que más me sorprendió fue que las plantaciones de té están muy cerca de Hangzhou, a media hora escasa. Giras en una avenida con un tráfico de mil demonios, te metes por una carreterilla y a los 3 o 4 kilómetros ya estás en medio del campo.
Qué verde era mi valle.

En la carretera principal que iba por estos campos había un montón de coches y autobuses, pero si aparcabas y te ponías a andar por entre las plantaciones no había nadie (solo unas chicas haciendo fotos que parecían para la web de una tienda de ropa en Taobao). A los pobres turistas solo los llevan a gastarse el dinero a los restaurantes, casas de té y tiendas de souvenires.



Si ibas por el caminito entre las plantaciones te adentrabas cada vez más entre las montañas. Allí solo estaban los del pueblo recogiendo el té, no había turistas. Todos los del pueblo trabajan en algo relacionado con el té, ya sea recolectando, secando las hojas, abriendo una casa de té...



Visitamos también el pueblo de Meijiawu. Muy tranquilo, excepto por las furgonetas que pasaban por la calle a 80 por hora. ¡Y eso que era bastante estrecha! No sé cómo no atropellan a nadie.

Por aquí iban como locos.
Este pájaro era una pasada, decía hello y nihao con diferentes tonos de voz. Al principio solo hablaba cuando no mirábamos y luego perdió la timidez.

Hojas de té puestas a secar. El hombre está tostando hojas en el wok manual. A la izquierda se ve una máquina que lo hace automáticamente. Dicen que el sabor es distinto si se tuestan en máquina o a mano; yo, la verdad, no noto la diferencia.
Cuando llegas a la parte de arriba de esa calle puedes subir por una colina donde hay más plantaciones de té y más lugareños recolectando. También había huertos con otras cosas, una señora nos explicó que estaba plantando berenjenas. Al otro lado de la colina estaba el cementerio.


Meijiawu desde lo alto.

Con tanto té por los alrededores no queda otra que probarlo, claro. Nos sentamos en una casa de té que era el segundo piso de una casa con grandes ventanales que miraban a la montaña. Ale, a beber té y comer pipas, cacahuetes y nueces de macadamia.

Té longjing.

domingo, 12 de abril de 2015

Tu media naranja china

¿Cómo se llamaba el programa ese de citas que presentaba Jesús Puente en los 90? ¿Era "Mi media naranja" o "Tu media naranja"? Bueno, algo así. Yo era bastante pequeña y no recuerdo haber visto ningún episodio entero, pero me suena que había una caravana (chan chan!).

Dice Google, que nunca se equivoca, que era "Su media naranja". Qué educados éramos en los 90, tratándonos de usted. Ah, y lo de la caravana era en "Lo que necesitas es amor", me he colado.

Hace un par de semanas me propusieron ir a un famoso programa de citas chino. Tampoco he visto nunca un episodio entero, pero sé más o menos cómo es: el concursante que busca pareja sale al plató y enfrente tiene como 20 o 30 aspirantes. Nada más salir, el concursante tiene que escribir en una pizarra el número del aspirante que más le entra por el ojo (este número no se revela hasta el final). Venga, un poquito más de superficialidad. Luego el concursante se describe un poco y los aspirantes le pueden hacer preguntas durante el programa. Cada aspirante tiene una mesa-atril con un pulsador y si en cualquier momento deciden que el concursante no les gusta, pueden pulsarlo para indicar que renuncian a encontrar el amor en ese concursante.

Qué agobio, con tanta gente ahí mirándote.

Pues ahí me propuso ir uno de mi oficina hace un par de semanas. Este chico ya ha ido varias veces a concursar al programa. La conversación (por wechat) fue tal que así:

Él: Marta, tengo un amigo que trabaja en la tele y está buscando para su programa a una chica española que hable chino. ¿Te interesa ir?
Yo (un poco cortada porque este chico es mi superior directo y estaría feo mandarle a la mierda sin rodeos): Pues, la verdad, no tengo mucho interés en ir a la tele, odio cuando me veo grabada en vídeo.
Él: Venga, es muy divertido, piénsatelo. Y puedes ganar premios. Y te llevan gratis a Guangzhou. [Lo de Guangzhou no sé si era para la grabación o qué].
Yo (cagándome en sus muertos para mis adentros): Uf, de verdad que no. ¿Pero qué tipo de programa es?
Él: No estoy seguro, creo que es un concurso de responder preguntas sobre cultura china. Le voy a preguntar a mi amigo.

Al rato...

Él: Es para Fei cheng wu rao (nombre del programa de citas).
Yo (viendo la excusa perfecta): Pero a qué voy a ir yo a ese programa, si ya tengo novio.
Él: No importa, si todo lo que sale está preparado. ¡Puedes ganar un viaje gratis a las Maldivas!
Yo: Errr... que no.
Él: Venga, piénsatelo. Mira, a lo mejor tu novio también puede ir. [¿De aspirante? ¿De público? ¿De acompañante?]. ¿Habla chino?
Yo: ... Es chino.
Él: Oh.
Él: Bueno, mira, ¿por qué no añades a mi amigo al wechat y que te explique él? ¿Y así te terminas de decidir?
Yo (cagándome en sus muertos otra vez, porque mandar a la mierda a tu jefe no suena muy inteligente): Vale...

Y luego siguió la conversación, o más bien monólogo, del amigo, que trabajaba haciendo los castings para el programa. Que qué maravillosos premios iba a ganar. Que estaban desesperados buscando a una chica española que hablara chino. Que últimamente no encontraban casi a españoles para participar. [A esto yo pensé, a) ¿por qué quieren a extranjeros? ¿es que no hay chinos en China?; b) si todo lo que sale en el programa está preparado y todos son actores, pueden sacar perfectamente a un americano diciendo que es español, ¿no? Total, los chinos no lo van a distinguir]. Que si le podía llamar para ver mi nivel de chino.
Yo en ese momento estaba en Beijing, en el cumpleaños de una amiga. "Mira, no, no me viene bien que me llames, estoy en Beijing con unos amigos". Bueno, para qué. Que al día siguiente tenían audiciones en Xizhimen (zona de Beijing), que fuera. Sí, venga, no tengo nada mejor que hacer. QUE NO QUIERO IR AL PUTO PROGRAMA DE CITAS. Que apoyara su trabajo, decía. Pero, a ver, ¡si no te conozco de nada!

Y por ser tan pesado, monologuista y no aceptar un no por respuesta, pasé de ayudarle en lo más mínimo (al principio había pensado escribir en el grupo de facebook de españoles en Shanghai para ver si había alguna interesada).

Nunca he salido en la tele en China (al menos conscientemente) y pretendo seguir así.

domingo, 5 de abril de 2015

El tiempo está loco

Estoy ya como las viejas, hablando del tiempo. ¡Pero es que está como una cabra! Hace un par de días estábamos asfixiados, a 30 grados y con camiseta de manga corta. Yo estaba ya planeando llevarme algo de ropa de verano a Shanghai. Pero, obviamente, solo estamos a principios de abril y el calor no puede empezar a apretar ya, aunque el miércoles oliera a verano. Así que el jueves empezó a caer el diluvio universal acompañado de tormenta eléctrica.

Hoy era el festival de barrer las tumbas, Tomb Sweeping Festival en inglés y 清明节 en chino. Hemos ido al pueblo, como el año pasado, pero no hemos podido ir a ver las tumbas porque estaba todo embarrado y había riesgo de partirse la crisma. Así que hemos comido con los parientes que viven en el pueblo y les hemos dado los lingotes de oro de papel para que los quemen ellos cuando haga bueno.

Después de comer nos han llevado a tomar el té al despacho de un pariente que tiene un taller de montaje de brochas. Era para verlo, el despacho. Qué tonta, no he hecho fotos. Lo voy a describir con mil palabras en vez de una imagen: era un despacho enorme, con una mesa de madera maciza de unos 2 metros y medio, en forma de ele, y un sillón en plan "yo soy el presidente". Enfrente estaba la zona para atender a invitados que tienen todos los despachos de señor importante chino. En este caso había un sofá y dos sillones enormes a juego, de color dorado todos ellos, en plan discoteca china con ínfulas. Y todo este derroche no tendría mayor importancia si no fuera porque el taller en sí era el típico sitio cutrísimo, con cajas por el medio y todo desordenado. Era tan grande el despacho del presidente como el taller en sí. Ah, y aunque fuera domingo, y encima día de fiesta, allí estaban las abuelas del pueblo montando brochas.

Las únicas fotos que he hecho hoy:

La colza en flor. Justo antes de que empezara a llover a cántaros.
La comilona en el restaurante del pueblo.