martes, 29 de abril de 2014

Street art en Suzhou

En Suzhou no hay graffitis. Bueno, en China en general no hay graffitis. Yo solo he visto en la zona de 798 en Beijing, y en Moganshan Rd en Shanghai. Por cierto, graffiti en chino se dice 涂鸦 tuya.

Así que en Suzhou lo único que podemos considerar "street art", en el más amplio sentido del término, son las estatuas que hay por todas partes en mi barrio, en especial en los alrededores del lago. Os dejo con una pequeña selección:

En un lugar de Suzhou de cuyo nombre no quiero acordarme...


No, yo tampoco sé por qué hay una estatua de un perro oliéndole el culo a un niño








jueves, 24 de abril de 2014

Cómo hacerse rico a costa de los chinos

Ayer en el comedor Amanda, la responsable de Recursos Humanos, nos contaba muy ufana que se había hecho una tarjeta en la que recargas 40.000 yuanes (5.000 euros) y puedes disfrutar de 7 días al año en un hotel de 5 estrellas, durante 30 años. No dijo qué cadena de hoteles era, pero sí que había en varios países y por toda China. Si te pones a calcularlo, la noche de hotel te saldría a 185 yuanes (23 euros). Siendo un hotel de 5 estrellas no está nada mal, ¿no? Es muy barato, decía ella.

A mí con estas cosas se me enciende la alarma de "no me puedo creer lo que me estás contando", pero los chinos son adictos a hacerse tarjetas de socio y recargar dinero. Cada vez que voy a la peluquería me ofrecen hacerme la tarjeta de socia, si recargo 1.000 yuanes podré disfrutar de un 10% de descuento cada vez que vaya a cortarme el pelo. Lo mismo pasa con el sitio de los masajes, la heladería, el restaurante de la esquina e infinidad de locales más.

Estos empresarios han sabido aprovechar la debilidad de los chinos: no se pueden resistir a un descuento. Pero, como decía mi abuela, "paga adelantada, paga viciosa". ¿Cómo sabes que la peluquería no va a cerrar pasado mañana, llevándose los 1.000 yuanes contantes y sonantes con los que pensabas cortarte el pelo durante los próximos dos años? Amanda, ¿cómo sabes que esa cadena de hoteles no va a quebrar en unos años? ¿Y si quieres ir a un sitio donde no hay hotel de esa cadena? Hay que tener en cuenta que los chinos no tienen muchas vacaciones, no pueden decir "por semana santa voy a este sitio y en verano a este otro", si en un año pueden ir de viaje a un sitio ya se pueden dar con un canto en los dientes. ¿Y si pasa cualquier cosa y no puedes ir de vacaciones? ¿Y si te mueres?

No sé, yo soy muy reacia para estas cosas. Es que es como apuntarse al gimnasio, la pasta por delante y luego no vas nunca. Estoy convencida de que este rollo de las tarjetas de socio es un super negocio, amasas un montón de pasta y luego mucha gente no se gasta lo que ha recargado en la tarjeta.

La única vez que caí en esta trampa (bueno, no yo, en realidad fue C.) fue el año pasado, en la heladería Cold Stone. Nos ofrecieron la tarjeta de socio por 100 yuanes, incluía varios cupones de descuento para helados que caducaban a final de 2013. Conclusión: la mitad de los cupones no los gastamos. Nos hubiera salido más barato no comprar la tarjeta y pagar el precio normal por cada helado que nos comimos.


domingo, 20 de abril de 2014

Cómic: "Una vida en China" (从小李到老李)

Hace unas semanas terminé de leer este cómic en tres volúmenes: 从小李到老李 (De Pequeño Li a Viejo Li). Cuenta la vida de un señor chino desde que nace a mediados de los 50 hasta la actualidad. Este señor chino es Li Kunwu (李昆武), un dibujante de la provincia de Yunnan, y el ilustrador y co-autor del cómic. El otro co-autor es P. Ôtie, escritor y diplomático francés, amigo de Li Kunwu y quien le propuso hacer un cómic juntos.



Yo lo he leído en chino pero parece que la versión original es en francés. También se ha traducido al español , con el título "Una vida en China", y está editado por Astiberri.

El primer volumen empieza contando cómo se conocieron los padres de Li Kunwu: él, un alto cargo en el Partido de la provincia de Yunnan; ella, una humilde campesina; y continúa relatando su infancia. Este cómic no es un tratado sobre la historia de China, es más bien una colección de vivencias y anécdotas de alguien que vivió el Gran Salto Adelante, la Revolución Cultural, la apertura económica de los 80... y lo cuenta sin ningún tipo de comentario o crítica política. Relata las cosas tal y como eran en aquel momento, en una pequeña ciudad de provincias.

Una de las primeras anécdotas que aparecen es de cuando Li Kunwu era muy pequeño. Su padre lee en el periódico la siguiente noticia: Una niña de apenas 6 meses pronuncia las palabras "Larga vida al presidente Mao" y se desgañita intentando que su hijito, que apenas puede decir papá y mamá, lo diga también. Evidentemente no lo consigue y su conclusión es que su hijo no es demasiado inteligente.

Durante la época del Gran Salto Adelante cuenta la fiebre que le entró a China por superar a Inglaterra y Estados Unidos en la producción de metal. En cada pueblo y ciudad se montaron hornos de fundición y todo el mundo contribuyó al objetivo reuniendo todos los objetos metálicos que podían encontrar por casa y llevándolos a fundir (esto también aparece en la película ¡Vivir!, de Zhang Yimou). Cuando ya no había carbón para mantener encendido tanto horno, cortaron todos los árboles que se interpusieron en su camino. Más tarde, surgió otro movimiento en el que los ciudadanos tenían que colaborar: matar todos los insectos y animalitos que pudieran perjudicar las cosechas. Los niños de los colegios dedicaban sus horas libres a cazar moscas y ratones. Mientras, la gente del campo se moría de hambre.

Venga, a fundir las perolas de la cocina y los cabeceros de las camas, que tenemos que sobrepasar a Inglaterra y EEUU!
Ahora, a cortar todos los árboles!
Después viene la Revolución Cultural, y con ella la supresión de cualquier atisbo de intelectualidad o modernidad. Los niños se organizan en patrullas y buscan sospechosos. Por ejemplo, el peluquero del barrio, que lleva los pantalones muy apretados: si por el bajo de los pantalones no cabe una botella es que es un burgués. En el colegio ya saben que Li Kunwu dibuja bastante bien, así que le encargan dibujar varios carteles para ayudar a difundir la revolución; uno de ellos es un cartel para el peluquero mencionado anteriormente, para que sus clientes sepan qué peinados son acordes con la revolución y cuáles no. Los niños de la época estaban encantados con la Revolución; no tenían que ir al colegio y podían insultar y hacerles el paseíllo a los profesores. Pero después empiezan las purgas, y como alto cargo, al padre de Li Kunwu le toca ir a hacer trabajos forzados.

Cuando es un poco más mayor Li Kunwu se enrola en el ejército. El primer tomo termina cuando su batallón se entera de la muerte de Mao.
Camaradas, Mao ha muerto.

En el segundo tomo Li Kunwu sigue en el ejército, se apunta para ir a trabajar al campo e intenta por todos los medios que le acepten como miembro del Partido. Pero su expediente tiene una mancha: su padre era un alto cargo y su abuelo tenía tierras.

El tercer tomo describe la apertura de los años 80. No es tanto la historia personal de Li Kunwu, sino de gente que conoce; cómo gente muy pobre consiguió abrir negocios y hacerse rica, mientras que otros no tuvieron la misma suerte.

He leído críticas de "Una vida en China" en internet y algunos le echan en cara a los autores que no se posicionen ni critiquen nada. Yo también esperaba algún tipo de crítica, pero la realidad es que la gente que vivió esa época hizo lo que hizo porque no quedaba otra, y realmente adoraban a Mao y se referían a él como a un padre. Bastante parecido a Corea del Norte en la actualidad.

viernes, 11 de abril de 2014

Cementerio de ciudad

En la entrada anterior conté la primera parte de mis vacaciones de Qingmingjie y puse fotos de cementerios rurales chinos. Hoy voy a hablar de los cementerios urbanos, y más concretamente de los que hay en los alrededores de Suzhou.

El lunes, último día de las vacaciones de Qingmingjie, fuimos a visitar a los difuntos de la familia enterrados en Suzhou. Están en dos cementerios diferentes, los dos al oeste de Suzhou, en la zona del pueblo de Mudu.

Los cementerios urbanos se diferencian de los rurales principalmente en dos aspectos:
1. Las tumbas son pequeñitas (se entierran las cenizas, no el cuerpo entero) y las lápidas están bien ordenadas en filas. Las parcelas en el cementerio son caras y hay que aprovechar el espacio.



2. En los cementerios de ciudad no se puede quemar el dinero de las ofrendas delante de la tumba. Durante Qingmingjie hay policías en la entrada del cementerio que comprueban que no llevas nada para quemar. Pero los difuntos enterrados aquí también necesitan recibir la paga extra, ¿cómo hacérsela llegar? Muy fácil, a la entrada del cementerio hay un banco para hacer transferencias al más allá.

En la foto no se ve pero encima de la cristalera pone 冥通银行. No conozco el primer caracter, ming, pero C. dice que se puede traducir como "Banco del más allá".
Las bolsas de papel con ofrendas en "efectivo" se introducen en las ventanillas de la izquierda y se les prende fuego con un mechero. No hay que olvidar escribir el nombre del receptor en la bolsa antes de acercarle el mechero, no sea que llegue a la persona equivocada.




Muchas de las tumbas son compartidas por quienes fueron matrimonio en vida, y no estoy hablando necesariamente de un hombre y una mujer:

Un hombre y tres mujeres, y los cuatro enterrados juntitos.
Si en la lápida aparece el nombre en negro es que la persona murió y está enterrada ahí. Si aparece en rojo es que aún no se ha muerto pero ya ha reservado sitio en el camposanto. Cuando muere, sus descendientes pintarán de negro su nombre en la lápida. El apellido se deja en rojo.
Estos dos no se han muerto todavía pero ya tienen la lápida preparada, con foto y todo. A mí me parece bastante tétrico.
En la lápida no solo aparece el nombre de las personas que ocupan/ocuparán ese espacio, sino el de todos sus descendientes (son los caracteres pequeños que aparecen a la izquierda). Cuando la pintura está descolorida se repasa con un pincel:

Super concentrada.

Y aunque parezca fácil, con el pincel se pueden cometer desaguisados como este:
Parece el cartel de una película de miedo.

Y bueno, ya está bien de tumbas, lápidas y camposantos.


domingo, 6 de abril de 2014

清明节 o el día de visitar el cementerio

Ayer fue 清明节, también conocido en inglés como Tomb Sweeping Festival. Como nuestro día de Todos los Santos, vamos. Ya lo conté el año pasado así que quizás os suene la historia y las fotos.

Nos levantamos a las 5.30 de la mañana (eso duele) y fuimos a buscar a los padres y la abuela de C. Nos encontramos con el resto de la familia en un área de descanso de la autopista a las 7 o así. Había bastante más tráfico que el año pasado. Tardamos 2 horas y pico en llegar al pueblo. Primero fuimos al mismo pueblo del año pasado, que creo que se llama 辛丰 Xinfeng pero no me hagáis mucho caso. Está a medio camino entre 镇江 Zhenjiang y 丹阳 Danyang (donde se fabrican prácticamente todas las monturas de gafas del mundo). Al llegar pudimos observar las pintas con las que se había maqueado para ir al pueblo uno de los tíos de C.
Parece sacado de una película de Ip Man.

El procedimiento fue el mismo que el del año pasado: primero quemaron dinero de mentira en la casa de los antepasados. Pero esta vez no había billetes de ocho mil millones de RMB del banco del infierno, sino 元宝, papeles doblados imitando lingotes que se usaban como dinero antiguamente. No sé cómo se llaman en español, en inglés se llaman sycee.



Después fuimos al cementerio, que está a 10 minutos andando atravesando los campos de colza.

Vuelvo a dar fe de que en China hay cementerios.
Allí quemamos más mini lingotes de papel e hicimos reverencias con incienso ante la tumba del primer marido de la abuela de C. Que ni es familia de C. ni nada, ya que su abuela se casó con su abuelo cuando se murió su primer marido, pero bueno. Uno de los tíos de C. es hijo de este primer marido y ahí van todos a hacer piña y mostrarle sus respetos. La pintura de la lápida estaba un poco descolorida y a C. le tocó repasarla.



Después fuimos a otro pueblo que estaba a una media hora en coche y en el que todo el mundo tiene el mismo apellido que C. (蒋 Jiang). Los parientes de este pueblo organizaron una comilona en su casa y el baijiu corrió a raudales. Menos mal que C. tenía la excusa de conducir (afortunadamente nadie sabía que yo ya tengo el carnet).

Este pueblo era bastante bonito.
Si exceptuamos que el agua del estanque estaba más bien puerca.

Después de la comilona y de que los hombres de la familia se hartaran a beber fuimos al cementerio. Aquí estaban el bisabuelo y el tío-bisabuelo de C. El cementerio también estaba rodeado de flores de colza.





Después de quemar todos los lingotes y tirar petardos llegó la hora de volver a casa. Propuse que todos nos hiciéramos una foto juntos y los parientes del pueblo se pusieron muy contentos.


miércoles, 2 de abril de 2014

El rancho

De lunes a viernes como en el comedor de la empresa con los compañeros chinos. Los españoles no van allí porque dicen que solo se comen hierbajos y piden delivery al Sherpa's. Yo no me puedo permitir gastarme 70 u 80 yuanes cada día en el almuerzo, aparte de que siempre acabas comiendo pizza o pasta porque no sabes qué pedir ya. ¡Con lo cómodo que es llegar al comedor y que te pongan lo que haya!

Los propios chinos se quejan de que la comida  no está buena. A mí me gusta. Es comida normal, del día a día. Bueno, si es que a mí me gusta todo. Pero me parece que ellos también son un poco quejicas.

Normalmente el rancho consiste en cuatro verduras/huevos/tofu y cuatro carnes (o tres carnes y un pescado). De las verduras te puedes echar de todas las que quieras, de las carnes hay que elegir una. Aparte hay arroz o tallarines, sopa y fruta.

La señora que reparte la comida siempre se ríe cuando intenta ponerme algas o pimiento y yo desesperada le digo que no quiero, que no me gusta. Últimamente le digo también que no como carne para que no me eche (en China comen demasiada carne, y la toquetean mucho en el supermercado también, mirad los dos señores de la izquierda en la foto del artículo que he enlazado. ¡Les encanta sobar la carne sin guantes ni bolsa ni nada!).

La señora que se ríe cuando grito que no me gusta el pimiento.

Verdura que no sé cómo se llama y huevos cocidos marinados.
Varitas de pescado y carne con mucha grasa.

Mi bandeja.

Te he pillao con la boca llena.