jueves, 31 de marzo de 2016

Las tartas chinas

¿Sabíais que en China no tenían costumbre de celebrar los cumpleaños con una tarta y velitas? Su comida tradicional de los cumpleaños son unos tallarines muy largos que simbolizan la longevidad. Cuando se comen (tanto el cumpleañero como los invitados) no pueden cortarse con los dientes porque eso significa que estás cortando la vida del homenajeado. Los dulces típicos también son muy diferentes de los nuestros: normalmente son de harina de arroz y con rellenos como pasta de alubia roja o sésamo.

Por tanto, si no hubiera habido apenas tartas y pastelerías en China, no me hubiera extrañado. Pero los chinos son muy rápidos adaptándose a ciertas costumbres extranjeras, y efectivamente cualquier ciudad china, grande o pequeña, está llena de pastelerías que intentan imitar los dulces occidentales. ¿Y qué tal es la imitación? Pues... me temo que no demasiado buena, en muchos casos. Los "pasteles" que ofrecen son en su mayoría bollos y panes dulces bastante aceitosos. Y las tartas... las tartas merecen un capítulo aparte.

Nunca olvidaré mi segundo cumpleaños en China. Estaba en Beijing estudiando y celebré mi cumple con un amigo boliviano que cumplía una semana antes que yo. Era viernes o sábado por la noche, estábamos en Wudaokou y fuimos al Tous les jours (cadena coreana) a comprar una tarta.
Esta tarta, concretamente.
Muy mona, ¿verdad? La sorpresa vino con el primer bocado. Lo rojo de encima era SALADO. La tarta era dulce y salada a la vez. No sé si es que alguien confundió el bote de azúcar con el de sal o si fue intencionado, pero aquella tarta no se la acabó nadie. Y creo que nunca más volví a pisar el Tous les jours de Wudaokou.

Pero eso solo me pasó una vez. Normalmente las tartas son dulces, como tienen que ser. Aunque las tartas chinas tienen más nata de la que yo puedo soportar. Son básicamente una montaña de nata con trozos de fruta por encima y un par de finas capas de bizcocho por dentro.
Tarta típica por fuera.

Tarta típica por dentro.

Hace unos años las pastelerías chinas también se apuntaron a la moda de hacer tartas con formas de cosas. Esta tarta de perrito se la compramos a mi amiga A.
Por dentro era exactamente igual que la foto anterior.
A mi amiga K. le compramos esta tarta para su cumpleaños. Quedó encantada. Cumplía 31.

El año pasado por mi cumpleaños C. encargó que llevaran una tarta a mi oficina. Pero el repartidor tuvo un pequeño accidente y la tarta se estropeó. El único reemplazo que tenían con tan poca antelación era una tarta con forma de mooncake y sabor a melocotón.
Y llegó con una grieta. Vamos, que al repartidor habría que darle un premio.

El chocolate en China tampoco está bueno. Es como un sucedáneo barato. Y si te compras un pastel o una magdalena de chocolate cometes un gran error. Aquello nunca sabe a chocolate. Cuando fui a Japón me compré un pastelito de chocolate en el Family Mart, por probar. Estaba bueno. ¿Por qué los japoneses saben hacer chocolate aceptable y los chinos no? Grandes misterios de la humanidad.

viernes, 25 de marzo de 2016

¿Perro u oveja?

La verdad es que no tengo muy claro si lo que vive conmigo en casa es un perro o una oveja. A mí me han dicho que es un perro, pero posee varias características bovinas que me hacen dudar:

- Tiene la cara y las patas blancas. Esto es típico de las ovejas, y no tanto de los golden retrievers. Al menos todos los de mi barrio tienen el mismo color en la cara y en el cuerpo. A lo mejor es porque son jóvenes.

- Tiene un montón de pelo y con lo que suelta durante la época de muda me podría tejer un jersey.

- Se come todo lo verde que pille por delante. Ahora que es primavera y la hierba está crecida tengo que ir tirando de la correa o nos estamos 10 minutos comiendo la hierba del jardín. No cualquier hierba, ¿eh? Solo una tipo césped con las briznas muy largas. Una vez que fuimos a la terraza de una cafetería, mientras nos tomábamos las bebidas ella se zampó media planta que había al lado. Menos mal que no era venenosa. Hace poco tenía yo una planta que me regaló miss Y. puesta en el suelo porque estaba goteando agua por el macetero. ¿Pues no va la perra y se come la maceta mientras yo me estoy duchando? La dejó mondadita, menos un tallo que lo replanté y parece que está sacando hojas nuevas.

- Le gustan los gatos. Esto no sé si es característico de las ovejas pero de los perros desde luego que no. Siempre se quiere acercar a ellos y más de una vez se ha llevado un arañazo en los hocicos. Pero hay un gato callejero que vive en el residencial, muy jovencito, y se ha hecho su amigo. A ese gato le echamos comida cada vez que lo vemos y creo que en su cabeza relaciona la aparición de Nico con la aparición de la comida de gato. Así cuando la ve se acerca a ella y se frota y tal. Muy tierno.

Solo hay una cosa que me hace dudar de que sea una oveja: sus caquitas no son en forma de conguitos sino en forma de caca de perro. Pero eso es lo único.

A lo mejor es que tiene algún antepasado bovino y se le ha quedado algún gen.

jueves, 17 de marzo de 2016

Muerte por mil cortes

Estoy leyendo un libro de historia que se llama The search for modern China, la búsqueda de la China moderna. Empieza contando la historia de China a partir del final de la dinastía Ming (siglo XVII). Es muy interesante pero yo, siendo como soy, me he ido a fijar en un detallito. La cantidad de veces que se menciona que a alguien lo ejecutaron mediante "slicing", vamos, a rebanadas. Qué manera de ejecución más laboriosa, ¿no?

La muerte por mil cortes (en chino 凌迟, lingchi) estuvo vigente en China hasta 1905 y se reservaba para los peores crímenes que se pudieran imaginar, entre ellos el de planear un atentado contra el emperador o hablar mal de él. También el asesinato de más de tres personas de la misma familia, porque eso implicaría que se quiere acabar con todo ese linaje familiar y entonces los antepasados de esa familia no tendrían quien les hiciera ofrendas. Y eso es un crimen extremadamente grave para el confucianismo, que dice que hay que respetar a los ancestros por encima de todo. En el libro también se menciona el caso de un hombre que fue ejecutado por insultar a su padre, aunque no me acuerdo si la ejecución fue por mil cortes o no. En cambio, si un padre mataba a su hijo y el juez consideraba que había tenido motivos para hacerlo (por ejemplo, si el hijo le había dicho alguna palabra malsonante), entonces la pena era muy leve o el padre se iba completamente de rositas. Los hijos, a obedecer y respetar al padre; la mujer, a obedecer y respetar al marido; y los ciudadanos, a obedecer y respetar al emperador. Resumen exprés del confucianismo.

Durante la muerte por mil cortes en realidad no se hacían mil cortes, entonces los espectadores se hubieran acabado aburriendo (la ejecución se realizaba en un sitio público, como la plaza del mercado o un lugar así). El reo normalmente iba hasta la cejas de opio. El verdugo empezaba cortando los pectorales y los bíceps. Luego, la mayoría de las veces, le clavaba el puñal en el corazón al reo para que se muriera, y después seguía cortando trocito aquí y trocito allá. El quid de la cuestión no era tanto torturar, sino desmembrar y cortar el cadáver, porque esa era la forma suprema de humillación. No enterrarse con el cuerpo completo era una vergüenza para los chinos. Otra idea del confucianismo, según el cual el cuerpo es un regalo de los padres y modificarlo de cualquier manera está prohibido (ni el pelo se cortaban). En The search for modern China también se menciona el caso de un oficial que escribió un libro en el que criticaba algún aspecto del emperador, y varios años después de morir y ser enterrado, su texto se hizo popular, llegó a oídos del emperador y le "condenó" a que su cuerpo fuera exhumado y los huesos esparcidos por ahí.

No me peguéis, pero ayer me entró la curiosidad y me puse a buscar fotos. Sí, se conservan algunas fotos de estas ejecuciones, normalmente hechas por extranjeros entre 1904 y 1905. No las voy a poner aquí para que no me matéis, pero aquí dejo el enlace por si alguien tiene interés. No son muy gore, recordad que estamos hablando de 1904-1905, así que las fotos son obviamente en blanco y negro y tienen poca calidad. La única que se ve más clara es en la que le acaban de rebanar los pectorales.

Resulta que hay un libro escrito por tres profesores universitarios que va sobre esta manera de ejecución. Death by a thousand cuts, se llama. Está en Google Books, pero no entero, le quitan páginas al azar. Qué pena, porque parece muy interesante. En Amazon vale 38 dólares, pero la versión china solo 32 yuanes. No estoy tan tarada como para intentar leerlo en chino. ¿Por qué son tan caros los libros en Occidente y tan baratos en China? ¿Es porque no pagan derechos de autor o algo de eso?

jueves, 10 de marzo de 2016

Vivir sin dinero en el bolsillo

En Suzhou ya se puede vivir perfectamente sin necesidad de usar dinero en efectivo ni tarjetas bancarias. ¡Puedes pagarlo todo con el móvil! Supongo que en otras ciudades también, ya que en China absolutamente todo el mundo tiene móvil (menos el padre de C.).

Las dos aplicaciones más usadas para pagar son Alipay y el monedero de WeChat. Alipay existe desde hace muchos años ya que es la forma de pago que se usa en Taobao.

Si tienes ambas aplicaciones en tu móvil no tienes que preocuparte de si tienes o no dinero en la cartera antes de salir de casa o antes de pedir comida a domicilio. La verdulería de debajo de mi casa acepta pagos con WeChat. La señora que vende tortas y churros para el desayuno acepta Alipay. Cuando pido comida (mediante una de las cientos de aplicaciones para pedir comida que existen en China, yo uso Eleme) la pago por anticipado con Alipay. ¡Qué comodidad!

¿Qué hay que hacer para poder usar Alipay y WeChat para pagar en tiendas y restaurantes? Lo primero es tener un teléfono inteligente. Si vives en China probablemente tengas WeChat instalado porque es la aplicación de mensajes por excelencia. Debes vincular una tarjeta bancaria, aunque si no lo haces, en tu cartera también puede que aparezca algo de dinero que hayas conseguido al hacer clic en los famosos hongbao (sobres rojos). Para vincular tu cuenta tendrás que introducir el número de la tarjeta (las de débito también sirven), tu nombre (tal y como lo registraron en el banco al abrir tu cuenta bancaria), número de pasaporte y número de teléfono. ¡Y voilá! Recibirás un mensaje de texto con una clave para activar el monedero. Es bastante fácil. Yo fracasé al primer intento porque intenté vincular una tarjeta del Bank of China y no me dejó. Con la del Merchants Bank no hubo ningún problema.

Con el monedero de WeChat también se puede recargar dinero en el móvil, traspasar dinero a otra persona y pagar las facturas. Las que se dejan pagar por internet, claro. Mi compañía del gas sigue anclada en el siglo XIX y tengo que ir a sus oficinas para recargar una tarjeta que luego tengo que meter en el contador. Agüita. Antes la electricidad y el agua también se recargaban así.

El monedero de WeChat.

Alipay es más complicado porque tienes que verificar tu identidad para poder meter dinero en tu cuenta. Pero con un poco de paciencia lo conseguirás. Durante el proceso tendrás que enviar copia de tu pasaporte y de tu visado, y te ingresarán una pequeña cantidad al azar en tu cuenta bancaria que tendrás que introducir como confirmación de que esa cuenta es tuya de verdad. ¡Pero si yo lo conseguí, tú también puedes! Una vez que todo esté terminado podrás gastarte todos tus ahorros en Taobao si quieres. Alipay también tiene una opción de depositar dinero en la que te pagan más intereses que en el banco. No sé cuánto tiempo más sobrevivirá esto, los bancos ya están atacando a Alipay porque les quita la clientela.
La interfaz de Alipay.

¡Qué cómodo es esto de pagar con el móvil! El problema es que como no veo el dinero no me doy cuenta de cuánto estoy gastando...

Otro día también os contaré cómo es totalmente posible vivir sin salir de casa, porque puedes pedir que te manden absolutamente todo a domicilio: la compra del supermercado, la fruta y las verduras, cualquier otra cosa que compres por internet, la comida ya preparada... ¡Mi bola de cristal me está avisando de la epidemia de obesidad que se prepara en China!

Para terminar, un juego: si estás añadiendo una tarjeta bancaria al monedero de WeChat, y de repente decides que no, que no quieres hacerlo, y le das al botón de volver y te sale este mensaje de confirmación, ¿le darías a que sí o a que no?
En otras palabras, si en español te preguntan "¿No vincular tu tarjeta?", responderías "No", ¿verdad? En inglés yo también hubiera respondido "No". ¡Pues no! Si pulsas no vuelves a la pantalla de vincular la tarjeta. Si pulsas sí sales de ese menú. "¿No vincular tu tarjeta?" "Sí". Lógica china. Con C. ya he tenido más de una discusión por esto y he pedido aclaraciones: ¿¿sí, significa que sí quieres o que no quieres??

jueves, 3 de marzo de 2016

Vacaciones en Japón III: Nara

Me faltaban por contar nuestras aventuras en Nara, la tercera ciudad que visitamos en Japón. Desde Osaka también se llega en menos de una hora con el tren cercanías. A Nara hicimos una excursión de un día, no nos quedamos a dormir.

Nara también era una antigua capital y tiene muchas cosas para ver pero la mayoría de la gente va para ver a estos bichejos:

Sí, ciervos. Hay un parque entero lleno de ellos. Viven allí desde hace cientos de años y se les considera (o consideraba, no estoy segura) sagrados. El parque no tiene verjas ni nada y a veces se salen a la carretera, pero no creo que intenten escaparse mucho más lejos porque viven como reyes. Todo el día tumbados a la bartola, recibiendo carantoñas de los turistas y comiendo galletas especiales para ciervos.
Hasta el envoltorio se comían.

Las galletas las venden en un montón de puestos en el mismo parque. Con todos los turistas que van yo creo que no necesitan darles nada más de comer a los ciervos. Y delgados no están.
Echándose la siesta.


Luego fuimos a ver un templo que había allí al lado.


Dentro había los típicos budas gigantes. Este tenía el récord de buda más grande hecho de bronce.
Fijaos en la gente que hay abajo a la izquierda para ver el tamaño.

Pero lo más intrigante de este templo era esto:

Había un agujero en una columna y una cola larguísima para pasar a través de él. No, yo no lo intenté, pasaba de tirarme una hora allí. Además tampoco sabía de qué iba la historia porque no había hecho los deberes. Al volver busqué en internet y me enteré de que ese agujero es del mismo tamaño que el agujero de la nariz de la estatua del buda y si lo atraviesas te llega la iluminación. A mí me parece que más que nada te conviertes en un moco del buda, pero bueno. La gente se lo pasaba pipa haciéndose allí la foto.

Por los alrededores de este templo había una pequeña colina y por allí dimos un paseo muy agradable. En la cima había otro templito. También había una sala de descanso donde podías tomar té o agua caliente gratis. No había camarero ni nada, tú llegabas, te servías y luego lavabas el vaso de cerámica. Todo estaba limpio y ordenado. Nadie mangaba los vasos. Ahí fue donde más vi la diferencia con China o con España.
La sala de descanso.

 Mi visita a Japón no podía terminar sin comerme algo de té verde molido, que al parecer es muy típico de la región en la que estuvimos. Luego por la noche también compramos en el supermercado un montón de galletas y kitkats de té verde.
Helado de té verde. No soy muy fan.

Tampoco podía irme sin hacer una foto a los animales que nos acompañaron durante todo el viaje: los cuervos. Madre mía cómo graznaban, era exagerado. Pero es que eran enormes, debían pesar 3 kilos por lo menos. Yo nunca había visto cuervos tan grandes.
Es un cuervo, ¿no? No estoy yo muy puesta en ornitología.