lunes, 27 de octubre de 2014

La barbacoa

La barbacoa, la barbacoa, cómo me gusta, la barbacoa. Si Georgie Dann hiciera una versión en chino de esa canción se forraría. A los chinos les pirra irse al campo a hacer barbacoas, o si no tienen los instrumentos necesarios, se van a un restaurante-barbacoa. Este tipo de establecimientos se hacen de oro mientras dura el buen tiempo y la gente se sienta en las terrazas a ponerse como el quico de 烧烤 shaokao (barbacoa en chino) y cerveza.

Estamos teniendo un octubre que no nos lo creemos y la temporada de shaokao todavía no ha terminado. En las últimas dos semanas hemos ido a dos: una nocturna y otra diurna.

La nocturna la organizaron los amigos de C. en la azotea de uno de ellos. Hacía un poco de fresco pero al lado de las brasas se estaba muy bien. Tardaron bastante en prender los carbones y mucha gente, del aburrimiento, se fue al salón de la casa a hacer tiempo. Yo, espabilada de mí, no me separé de la barbacoa porque sé cómo funcionan estas cosas: te vas un rato y cuando vuelves ya no queda nada de comer. Así que en petit comité nos comimos la primera ronda de cordero. No eran los típicos pinchitos escuchimizados sino una buena costilla.

Como esas dos costillas del medio.
De postre había esponjitas/nubes (en cada sitio se llaman de una manera). Mucha gente no las había probado nunca y alucinó.

La verdad es que empalagan un poco.

Esta barbacoa fue un poco de andar por casa, pero a la que fuimos la semana siguiente era totalmente profesional. La organizó un compañero de C. e invitaron a varios clientes, así que había que quedar bien. El organizador se pasó todo el día anterior comprando provisiones, montando los pinchitos, etc. Antes he dicho que en las barbacoas hay que darse prisa para comer o te quedas sin nada, ¿no? Pues esta barbacoa fue todo lo contrario. Había comida de sobra, y de hecho sobró y todo, tras 4 horas comiendo sin parar.



A esta barbacoa nos llevamos a Nico. En la foto de debajo podéis observar como ella, haciéndose la despistada, se iba acercando cada vez más a la "mesa" donde iban poniendo los pinchos ya hechos y, aprovechando nuestros descuidos, robaba lo que pillara.

Tralará lará... pues se ha quedado buen día, ¿no?
Vista general del guateque.


2 comentarios:

  1. A mí también me sorprende. Creo que les da exactamente igual si molestan o no. Ayer, un chino debajo de mi portal se puso a lanzar cohetes a las 6. Ya sé que para ellos es hora de estar despiertos, pero yo me levantaba a las 6.45 y me robaron 45 minutos de sueño.

    La barbacoa a todos gusta!
    Una vez estuve en una barbacoa china de hojas de lechuga. Después de asadas las pintaban con aceite. Yo sí que me sorprendí! Qué timo de barbacoa!

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  2. juntarse para comer en cualquier tipo de espacio, eso cómo no le va a gustar a cualquiera. eso es la civilización.
    saludos.

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