martes, 27 de enero de 2015

El museo de Suzhou

El domingo fuimos al museo de Suzhou. Yo hacía por lo menos tres años que no iba. No es un museo espectacular, ¿eh? No se imaginen nada como el museo de Luoyang. En el museo de Suzhou hay poquita cosa, unos cuantos cacharritos que han encontrado por los alrededores y algunas cerámicas.

Qué figurita tan cuca.

Muebles y recipientes en miniatura para los enterramientos. ¡Que no te falte de nada en la otra vida!
Almohada de cerámica en forma de niño con el culo en pompa. ¿¿Por qué??
El dragón del medio está jugando al Twister por lo menos.

Pero la principal atracción del museo es el edificio en sí. Lo diseñó I. M. Pei, un arquitecto chinoamericano oriundo de Suzhou al que conocerán por ser responsable, entre otros, de la pirámide de cristal que hay en la plaza del Louvre y de la torre del Banco de China en Hong Kong. El nuevo edificio del museo de Suzhou se inauguró en 2006 y es una revisión de los jardines clásicos chinos, de los que en Suzhou hay para aburrir.





¿Lo mejor del museo? ¡Que es gratis! Qué cara se está poniendo la vida en China, señores.

lunes, 19 de enero de 2015

Preparando la fiesta de Año Nuevo Chino

El otro día cuando volvía a casa me dio por mirar para arriba. En un edificio de oficinas en el otro lado de la calle, a la altura del quinto o sexto piso, vi a cuatro señores en mangas de camisa ensayando una coreografía. No pude evitar sonreír. No es la primera vez que veo algo así, el año pasado en Suzhou también vi a unas chicas ensayando un baile en la fábrica de al lado. Esto solo puede significar una cosa... ¡se acerca la fiesta de empresa!

En China las fiestas de empresa no se hacen en Navidad sino en Año Nuevo Chino y se anima a los empleados a participar preparando actuaciones para el gozo y disfrute de los compañeros. Normalmente los chinos son tímidos, pero hacer el payaso en la fiesta de empresa es una tradición. ¿Y qué tipo de actuaciones se pueden preparar? Lo normal es hacer una coreografía con más gente, que así parece que da menos vergüenza, pero los más atrevidos pueden también cantar una canción en solitario. Para terminar de convencer a los que se están pensando si participar o no, al final de la velada se suelen elegir las mejores actuaciones y los ganadores se llevan un premio de dinero en efectivo.

En mi primer año trabajando en Suzhou no participé en la fiesta, pero en el segundo me lié la manta a la cabeza y deleité al personal con mi interpretación de 甜密密 (una canción china de 1979 que podéis escuchar aquí) vestida de princesa de la dinastía Tang. ¡Gané el segundo premio (500 yuanes)!

Mi actuación estelar del año pasado.


Este año, aunque no llevo ni dos meses trabajando en esta empresa, me he apuntado también a montar un numerito. Estamos preparando un baile con la musiquilla de Super Mario. La fiesta de la empresa es en Shenzhen, donde está la sede, y nos pagan el viaje a todos los de Shanghai. Los de Shenzhen han tirado la casa por la ventana y han contratado a un señor especialista en actuaciones que esta semana tiene que evaluar nuestra actuación y darnos consejos para mejorar. Bueno, si tenemos en cuenta que llevamos ensayado, y mal, aproximadamente el 10% de la coreografía... pues no sé qué nos podrá decir ese señor. De lo que no nos podrá decir nada es de nuestra indumentaria de escenario porque ya lo hemos encontrado todo en Taobao.

Algo así.

Se nota que mi nueva empresa maneja más pasta, o al menos que se la gasta más alegremente: ¡solo por participar nos dan 1000 yuanes, y si ganamos son 5000!

jueves, 8 de enero de 2015

Más difícil todavía

Últimamente me han pasado varias cosas que me han llevado a pensar que China está haciendo todo lo posible para complicarle la vida al máximo a la gente, sobre todo a los extranjeros. ¿Lo harán a propósito? Voy a ser buena y voy a pensar que no, que debe ser por motivos de seguridad, o algo.

Las dificultades comenzaron hace ya un par de años, cuando se decidió que para comprar un billete de tren había que hacerlo mediante presentación del carnet de identidad para los ciudadanos chinos y pasaporte para los ciudadanos extranjeros. Esto en principio no debería suponer ningún problema, si exceptuamos el pequeño detalle de que las máquinas de venta automática de billetes solo aceptan el carnet de identidad chino, así que los pobres extranjeros se tienen que poner a la cola de la ventanilla sí o sí. Y cualquiera que haya estado en China sabe que el vestíbulo de venta de billetes de una estación china se parece más a esa escena de Mary Poppins en la que la gente cree que el banco ha quebrado y va a reclamar sus ahorros, que a otra cosa. Vivan las colas interminables y el señor que se cuela porque "solo quiere preguntar una cosita".

Como ahora vivo en Shanghai durante la semana y los findes vuelvo a Suzhou, cada semana me toca ir a comprar billetes de tren, De pronto recordé que en ctrip se pueden comprar billetes de tren por internet. ¡Albricias! Hace un par de semanas compré uno sin problemas.

Pero mi cuenta de alipay (como paypal pero chino) no tenía mucho dinero y me dispuse a recargar. ¡Ingenua de mí! Resulta que, no sé desde cuando, hay una nueva norma que exige que el propietario de una cuenta de alipay verifique su identidad. Si no verificas, no puedes recargar dinero (y por tanto no puedes comprar nada). ¿Y cómo se verifica? Pues primero tienes que mandar una foto de la página de datos de tu pasaporte, la página del visado y la página donde esté el último sello de entrada al país. Luego tienes que vincular tu cuenta de alipay con una cuenta corriente de un banco chino. A los dos días alipay te hace una transferencia de una pequeña cantidad. Cuando la recibes, vuelves a la página de alipay e introduces la cantidad que has recibido. Después de eso (durante este tiempo alguien en alipay habrá comprobado que efectivamente has mandado copia de tu pasaporte y no una foto del Pato Donald) tu cuenta ya está verificada y puedes empezar a recargar y comprar por internet.

Pero recordaréis que yo quería recargar dinero en alipay para poder comprar billetes de tren online. Hace un par de días abrí tan contenta la web de ctrip, busqué mi tren, elegí mi billete, y a la hora de pagar... QUE NO. ¡¡Que ahora para comprar billetes de tren por internet tienes que hacerte una cuenta en la web oficial de los ferrocarriles chinos y verificar tu identidad!! ¡¡AAAAAAH!! Así que mandé a ctrip a hacer gárgaras y fui a una oficina de venta de billetes, donde por una módica comisión de 5 yuanes pude por fin comprarlo.

Ah, y lo mejor: aunque por un milagro divino consigas comprar un billete de tren online, todavía tienes que ir a que te impriman tu billete en papel. Si decides ir a la estación de tren, tendrás que ponerte a la cola de la ventanilla. Así que comprar el billete por internet solo sirve para asegurarte de que no te vas a quedar sin billete.

Billete de tren chino, más complicado de conseguir que el Santo Grial.


El colmo de los colmos me pasó el otro día. La de recursos humanos de mi nueva empresa me mandó una invitación para unirme a un grupo de Wechat. Un grupo de Wechat es como un grupo de Whatsapp, un sitio donde solo se dicen tonterías. Pues bien, para poder unirme al grupo de Wechat... tuve que vincular mi cuenta de Wechat con una tarjeta de débito de un banco chino!!! No me preguntéis por qué, porque no tengo ni idea. Y encima, una de mis tarjetas fue rechazada sin darme ninguna explicación. ¿Quizás porque era de un banco de Suzhou y yo en ese momento estaba en Shanghai? Me creo cualquier cosa.

Y por último, hoy en la oficina un compañero brasileño estaba intentando configurar el acceso a su banco online. Para ello tenía que crearse un usuario y escribir su nombre real, que es el que figura como titular de la cuenta del banco. Pues no ha podido hacerlo porque... su nombre es demasiado largo y no cabe en el espacio que dan en la página web. ¡Chan chan! Cierto es que tiene un nombre larguísimo, como de telenovela, pero el banco chino ya podía prever que los extranjeros tienen nombres más largos que los chinos.

viernes, 2 de enero de 2015

La llegada de 2015


Pues ya está aquí 2015. A ver cuánto tardo en acostumbrarme a poner el año que toca cuando escribo una fecha.

Para la cena de Nochevieja fuimos a un hot pot con nuestros vecinos Pan Pan y Hua Hua. Pan Pan fue directamente desde su oficina y llegó el primero, así que pidió antes de que nosotros llegáramos. Lo que les gusta a los chinos echarle vísceras al caldero. El camarero empezó a traer cerebro e intestinos de cerdo, estómago de pollo, pies y sangre coagulada de pato, estómago de vaca... "¿Has pedido todas las guarrerías que había en el menú, o qué?", le dije. "No, mira, todavía hay muchas más cosas raras". Pues menos mal. La próxima vez espero llegar yo la primera.

Tras la cena nos tomamos las uvas en casa con el vídeo de las campanadas del año pasado. La incombustible Anne Igartiburu y dos señores que no sé quiénes eran. Afuera tiraron un par de petardos y poco más. Lo gordo vendrá en el año nuevo chino.

Ayer también salimos a cenar con los vecinos (veo que vamos a engordar bastante en el nuevo piso). El restaurante estaba en el centro comercial más popular de Suzhou y había que esperar una hora hasta que nos dieran nuestra mesa, así que para hacer tiempo nos fuimos a los recreativos.

Preparados para darlo todo con los tambores.

Los juegos de matar bichos a porrazos cansan un montón.

Esto es lo más parecido a un casino (legal) que se puede encontrar en China.

En estos recres, aparte de las maquinitas de jugar también había muchas máquinas de esas con un gancho para coger peluches. C. estaba empeñado en pillar un perro cabezón pero no hubo suerte. En cambio, el oso este lo sacó a la primera.



Y después de los recres por fin llegó la hora de la cena. Más carne, pero esta vez no fueron vísceras.


¿Qué tal habéis empezado vosotros el año?