Como esta semana no tengo nada reseñable que contar he pensado escribir una serie de entradas sobre los viajes por China de los que no he hablado en el blog. El invitado de hoy es uno de los primeros viajes que hice por China: Datong, Pingyao y Xi'an, en enero de 2008. Fuimos en tren, saliendo desde Beijing. Era la primera vez que yo viajaba en plan mochilero.
El viaje no empezó muy bien. Primero, para comprar los billetes de tren tuve que hacer cola en la calle a 7 grados bajo cero durante una hora (era justo antes del Año Nuevo Chino). Segundo, el día de la partida, al llegar a la estación de tren, comprobamos con horror que nos habíamos equivocado de estación. ¡Pero quién les mandará construir varias estaciones de tren en la misma ciudad! Llegamos a la estación correcta dos minutos después de la hora de salida del tren marcada en el billete. Afortunadamente el tren se retrasó dos horas. Es la única vez que yo he visto que se haya retrasado un tren en China. Al lado de la definición de potra en el diccionario hay una foto nuestra.
El tren Beijing-Datong fueron 8 interminables horas de estar sentados en asientos duros como tablas y apretujados como sardinas en lata. Recuerdo a la gente hablando en un dialecto extraño del que no se entendía nada y a un niño que tenía las orejas muy cochinas, negras de mugre. Cuando llegamos a Datong ya era de noche y estaba nevando. Nos quedamos en un hotel al lado de la estación. No había reservado hostal por anticipado, cosa rara en mí, fanática de la planificación.
Al día siguiente contratamos un taxista para que nos llevara a ver lo más destacado de la zona: las cuevas budistas de Yungang y el monasterio colgante, a unos cuantos kilómetros de la ciudad.
Al llegar a las cuevas nos dimos cuenta de que, otra vez, habíamos tenido una suerte increíble. No había nadie, probablemente debido a que hacía muchos grados bajo cero. Teníamos las cuevas para nosotros. Esto de ir a un sitio turístico y que no haya nadie es algo que no se ha vuelto a repetir en mis años en China. Definitivamente, aquellos días los planetas estaban alineados o algo.
Las cuevas budistas de Yungang son, todavía, seis años después, probablemente el sitio más chulo que yo haya visto en China. Gracias al curso de historia china que estoy haciendo en EdX, ahora sé que se construyeron durante los siglos V y VI y que fueron la forma del gobierno de pedir perdón por haber intentando eliminar el budismo de China (intento que, por cierto, se volvería a repetir varias veces en siglos posteriores). La wikipedia dice que allí hay en total más de 50.000 figuras esculpidas en la roca.
El templo colgante también es un sitio increíble y también lo tuvimos para nosotros solos.
Construido en una pared totalmente vertical dios sabe cómo. Todo de madera, el suelo crujía que daba gusto.
Estos días la temperatura máxima era 7 u 8 grados bajo cero. Lo sé porque le hicimos fotos al cartel con la previsión meteorológica en la recepción del hotel.
Aparte de estas dos cosas la ciudad de Datong no tenía nada más que ver, de hecho la recuerdo como una ciudad bastante fea y anodina. Así que nos fuimos a la siguiente parada: Pingyao, previa parada y fonda en Taiyuan ya que no había billetes para Pingyao.
Pingyao es una ciudad que data de las dinastías Ming y Qing e inexplicablemente ha conseguido sobrevivir bastante intacta. Ahora es el escenario de muchas series y películas de época. La parte antigua de la ciudad no es muy grande y la vimos en un día, montados en una bicicletas que nos prestaron. Recuerdo que mientras estaba montada en la bicicleta pasé a unos 10 metros de un niño cagando en la calle, que al verme empezó a chillar HALLO y a saludarme con la mano.
Revisando las fotos del viaje, en verdad casi no tengo ninguna de Pingyao. Tengo que volver.
La tercera parada en el viaje fue Xi'an, ciudad mundialmente conocida por los guerreros de terracotta. Sin embargo, he de confesar que al ver los guerreros me quedé más o menos igual. Quizás porque en la ciudad, y en toda China en realidad, por todas partes puedes ver copias de los guerreros en las puertas de hoteles o restaurantes. Sí, en el yacimiento de Xi'an hay muchos, pero no sé, no me impresionaron tanto como esperaba.
De Xi'an recuerdo que me gustó mucho la ciudad, sobre todo el animado barrio musulmán y un parque con pagodas que se llamaba algo del ganso salvaje. Andar por la muralla también estuvo entretenido. Se puede dar la vuelta completa al centro histórico de la ciudad andando por encima de la muralla (la que se puede ver actualmente se empezó a construir en 1370 y tiene un perímetro de casi 14 kilómetros). También me acuerdo que el hostel donde nos quedamos era muy barato (20 yuanes por noche, cama en habitación para cuatro) y que hicieron una fiesta de hacer dumplings donde participaron todos los hospedados y que luego nos comimos, a pesar de su lamentable aspecto. La masa y el relleno lo habían hecho las cocineras, nosotros solo tuvimos que montar la empanadilla, pero conseguir que un dumpling se quede pegado es una de las tareas más difíciles a las que me he tenido que enfrentar en mi vida.
Desde Xi'an volvimos a Beijing en el tren nocturno. No sé ni cómo conseguimos billetes. La estación estaba a reventar de gente, las colas llenaban toda la plaza. Esa fue la primera vez en mi vida que yo dije la famosa frase de "No vuelvo a viajar por China durante el año nuevo chino".
1=Datong, 2=Pingyao, 3=Xi'an. Más o menos. |
El viaje no empezó muy bien. Primero, para comprar los billetes de tren tuve que hacer cola en la calle a 7 grados bajo cero durante una hora (era justo antes del Año Nuevo Chino). Segundo, el día de la partida, al llegar a la estación de tren, comprobamos con horror que nos habíamos equivocado de estación. ¡Pero quién les mandará construir varias estaciones de tren en la misma ciudad! Llegamos a la estación correcta dos minutos después de la hora de salida del tren marcada en el billete. Afortunadamente el tren se retrasó dos horas. Es la única vez que yo he visto que se haya retrasado un tren en China. Al lado de la definición de potra en el diccionario hay una foto nuestra.
El tren Beijing-Datong fueron 8 interminables horas de estar sentados en asientos duros como tablas y apretujados como sardinas en lata. Recuerdo a la gente hablando en un dialecto extraño del que no se entendía nada y a un niño que tenía las orejas muy cochinas, negras de mugre. Cuando llegamos a Datong ya era de noche y estaba nevando. Nos quedamos en un hotel al lado de la estación. No había reservado hostal por anticipado, cosa rara en mí, fanática de la planificación.
Al día siguiente contratamos un taxista para que nos llevara a ver lo más destacado de la zona: las cuevas budistas de Yungang y el monasterio colgante, a unos cuantos kilómetros de la ciudad.
Al llegar a las cuevas nos dimos cuenta de que, otra vez, habíamos tenido una suerte increíble. No había nadie, probablemente debido a que hacía muchos grados bajo cero. Teníamos las cuevas para nosotros. Esto de ir a un sitio turístico y que no haya nadie es algo que no se ha vuelto a repetir en mis años en China. Definitivamente, aquellos días los planetas estaban alineados o algo.
Las cuevas budistas de Yungang son, todavía, seis años después, probablemente el sitio más chulo que yo haya visto en China. Gracias al curso de historia china que estoy haciendo en EdX, ahora sé que se construyeron durante los siglos V y VI y que fueron la forma del gobierno de pedir perdón por haber intentando eliminar el budismo de China (intento que, por cierto, se volvería a repetir varias veces en siglos posteriores). La wikipedia dice que allí hay en total más de 50.000 figuras esculpidas en la roca.
El templo colgante también es un sitio increíble y también lo tuvimos para nosotros solos.
Construido en una pared totalmente vertical dios sabe cómo. Todo de madera, el suelo crujía que daba gusto.
No sé cómo no nos despeñamos. |
Estos días la temperatura máxima era 7 u 8 grados bajo cero. Lo sé porque le hicimos fotos al cartel con la previsión meteorológica en la recepción del hotel.
Eso de ahí atrás es una cascada congelada. |
Pingyao es una ciudad que data de las dinastías Ming y Qing e inexplicablemente ha conseguido sobrevivir bastante intacta. Ahora es el escenario de muchas series y películas de época. La parte antigua de la ciudad no es muy grande y la vimos en un día, montados en una bicicletas que nos prestaron. Recuerdo que mientras estaba montada en la bicicleta pasé a unos 10 metros de un niño cagando en la calle, que al verme empezó a chillar HALLO y a saludarme con la mano.
Revisando las fotos del viaje, en verdad casi no tengo ninguna de Pingyao. Tengo que volver.
La tercera parada en el viaje fue Xi'an, ciudad mundialmente conocida por los guerreros de terracotta. Sin embargo, he de confesar que al ver los guerreros me quedé más o menos igual. Quizás porque en la ciudad, y en toda China en realidad, por todas partes puedes ver copias de los guerreros en las puertas de hoteles o restaurantes. Sí, en el yacimiento de Xi'an hay muchos, pero no sé, no me impresionaron tanto como esperaba.
De Xi'an recuerdo que me gustó mucho la ciudad, sobre todo el animado barrio musulmán y un parque con pagodas que se llamaba algo del ganso salvaje. Andar por la muralla también estuvo entretenido. Se puede dar la vuelta completa al centro histórico de la ciudad andando por encima de la muralla (la que se puede ver actualmente se empezó a construir en 1370 y tiene un perímetro de casi 14 kilómetros). También me acuerdo que el hostel donde nos quedamos era muy barato (20 yuanes por noche, cama en habitación para cuatro) y que hicieron una fiesta de hacer dumplings donde participaron todos los hospedados y que luego nos comimos, a pesar de su lamentable aspecto. La masa y el relleno lo habían hecho las cocineras, nosotros solo tuvimos que montar la empanadilla, pero conseguir que un dumpling se quede pegado es una de las tareas más difíciles a las que me he tenido que enfrentar en mi vida.
Estos dumplings tan patéticos seguro que los hice yo. |
¿La torre del tambor? ¿O quizás la de la campana? Las dos están en el centro de Xi'an. |
La pagoda del ganso salvaje. |
RE: El bibimbap lo pido a veces cuando voy a coreanos en Shanghái. Allí no me encontré con ninguno. Es que, se me ha olvidado contar que los restaurantes están organizados por calles. Donde yo me alojaba era el barrio de las barbacoas, y era casi imposible encontrar una sopa u otra cosa. Había otra calle de sashimi, a la que no me dio tiempo a ir, y una de noodles, en la que me tomé esa desafortunada sopa de verduras. A mí sí que me gusta el kimchi.
ResponderEliminarGracias querida... pero soy tan vaga, produzco tan poco. (Todavía te debo un "Pescado de río")
Hablando de Guy Delisle, ¿has visto en las noticias de Asia de El País, los dibujos/cómics de un expreso norcoreano sobre las torturas en la cárcel... Escalofriantes.
Pues, no descarto volver, porque me ha encantado, y los vuelos están tirados de precio. Y además... estoy un poco hartita de gastarme una pasta viajando por China, y que sea un timo!
Yo también estuve: Beijing-Datong-Pingyao y Xian fue otro viaje. Corroboro que las cuevas esas son de dejar sin habla. Y qué bonito con nieve!
ResponderEliminarEn Pingyao nos agobiamos bastante, porque estuvimos 3 días. Y al principio parecía muy chulo, bueno, es muy chulo. Pero es extremadamente turístico, y finalmente, nos daba naúseas a las tres.
Los guerreros de terracota son la repera Marta!!! Es que, son tantos!! Casi me mudo a Xian después de ese viaje, a tomarme un año sabático y estudiar chino. Menos mal que no lo hice, ahora sería pobre como una china del interior, y con mis pulmones hechos un asco de la polución.
Tuviste mucha suerte, cuando fui todos los sitios estaban abarrotados de gente. Y esos dumplings... pero tía!!!
Nunca consigo que se queden pegados :_(
EliminarPero, haces tú la masa o la compras hecha? Sólo hay que mojarla y pretar bien. Si es comprada igual está muy seca y es algo más difícil.
Eliminarhttp://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/17/album/1392658894_627029.html#1392658894_627029_1392659197
Ah, y pronto haré dumplings otra vez. En noviembre hice unos cuantos y los congelé, luego, salen unas cenas muy apañadas, congelan bien. No es un planazo, pero si te apetece venir un finde, te enseño a cerrarlos, hacemos una macro producción y te llevas tapers.
Eliminaroh. qué envidia. bueno, claro, que usted ya está por allí, pero qué envidia me da sobre todo la visita al templo budista. y a lo de xi'an. de verdad, qué envidia.
ResponderEliminarah, para usted y para yprh. he descubierto un restaurante coreano en santaco. oiga, muy bien. una novedad en el extrarradio. bueno, no lo he descubierto yo, pero que vamos... buenísimo.
Hola, veo que el articulo es de hace 5 años ya, pero quizás aun puedas orientarme.
ResponderEliminarTengo entre 2 y 3 días para visitar Xi'an (partiendo desde Guilin en avión), contemplo destinar un día completo a la ciudad de Xi'an para conocer los guerreros de terracota y otros puntos importantes de la ciudad y tiempo libre. Y el día 2 ir a Pingyao por el día y a Datong a conocer el Templo colgante y las cuevas (regresando a alojar a Xi'an), desconozco las distancias exactas, por lo que mi duda es si alcanzare a hacer todo lo del segundo día en un día, o será necesario agregar un tercer día?
¡Hola! Pues, a ver, yo personalmente lo veo complicado. Primero, Xi'an: los guerreros de terracota están fuera de la ciudad, como a 50 kilómetros; entre ir, verlo y venir yo creo que se te irá ya medio día. Xi'an es una ciudad con bastantes cosas que ver, no te pierdas la muralla y el barrio musulmán, también hay varias pagodas.
EliminarPingyao está a 500 km de Xi'an (3 horas en tren) y Datong está a 400 km de Pingyao (solo hay tren lento entre estas dos ciudades, 7 horas). De Datong a Xi'an hay 900 km.
Yo personalmente te recomendaría pasar más tiempo en Xi'an y como mucho ir a Pingyao y pasar allí una noche.