lunes, 12 de diciembre de 2016

El mercadillo navideño de Shanghai

El mismo día que visitamos el museo de historia natural de Shanghai fuimos también a un mercadillo navideño. Lo había visto anunciado en Time Out o alguna de esas revistas y sonaba muy bien: "En los puestos bellamente decorados podrás comprar artesanía y regalos, dulces navideños, vino especiado y otras bebidas calientes, así como platos típicos de Alemania y otros países. Podrás ver un corralito con animales, actuaciones de coros y a Papá Noel". Yo nunca había ido a un mercadillo navideño alemán pero había oído hablar mucho de ellos. Compré las entradas en WeChat porque hacían descuento y además te daban una bebida gratis. Así que después del museo fuimos en taxi hasta el mercadillo navideño, que no estaba muy lejos.

Nada más llegar me di cuenta de que me tendría que haber quedado en el parque de esculturas. El mercadillo navideño era enano. Los "puestos bellamente decorados" eran menos de 15. Vamos, que parecía un evento familiar organizado en un patio trasero.


Pero como ya había comprado las entradas pues entramos a ver qué había. La bebida incluida no era vino especiado, como yo esperaba. Había truco, claro. Tenías que seguir la cuenta de WeChat de un tipo y entonces te daba un cocktail. Un cocktail a las 4 de la tarde. Yo no soy de beber. Me pedí un chocolate caliente con Olmeca. Qué dolor de cabeza. Por cierto, la cuenta de WeChat del tipo era un servicio en el que le podías mandar preguntas del tipo "¿Qué bar tiene buen ambiente en este momento?" o "¿Qué cocktail me recomiendas?". ¿Cómo se gana dinero con eso? ¿Con comisiones de los bares a los que mandas a la gente?

Tras hacerme con mi cocktail me puse a buscar las cosas que anunciaban en la revista. Ni rastro del coro, ni de Papá Noel, ni del corralito con animales. El timo de la estampita. Publicidad engañosa en toda regla. Los platos típicos de Alemania eran una salchicha con un bollo de pan que te vendían por 40 yuanes en un puesto. Los platos típicos de los demás países eran una caseta vendiendo platos de pasta y otra haciendo gofres. Y para de contar.

T.I.M.O.

Me recordó a la Semana de España en Shanghai de 2014. Yo no vuelvo a pisar un evento organizado por extranjeros en el que cobren entrada. Y a Time Out tendría que denunciarlos por publicidad engañosa.
Lo único típico alemán que había en el mercadillo navideño eran los cascanueces.

5 comentarios:

  1. Deberías escribir una nota para Time Out, qué muerdan el polvo esos listos.
    Y ya de paso, organizar tú los próximos mercadillos y eventos, y manejar la caja registradora. La gente va a esas cosas porque hay una avidez de ocio. ¡Saber no te falta Marta!

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    1. Jajaja, yo qué voy a organizar si no conozco a nadie, soy un lobo solitario...
      ¿Avidez de ocio? Será por falta de eventos en Shanghai!!

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  2. pim pam. ala. trajecito al mercadillo navideño. ojo ahora, yo fui a algo parecido en el mismo Berlín y qué quiere que le diga... un poco rácano. que yo recuerde igual era un poco más grande que lo que muestra, quizás el doble... pero es que era berlín, oiga!!

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    1. ¿En serio? Qué decepción, a mí siempre me han hablado muy bien de los mercadillos navideños alemanes. ¿A lo mejor solo son típicos de una zona específica...?

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    2. yo que sé. lo ví poca cosa. con lo grande que es Berlín... pero es que todo nos parece poco.

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