viernes, 21 de febrero de 2020

Confiar en el prójimo

Ayer tuve que bajar a por un paquete y vi el tinglado que hay montado ahora con los envíos. Normalmente (es decir, antes del virus) los repartidores meten los paquetes en unos casilleros que hay por todas partes y te mandan al móvil una contraseña para que puedas abrir el casillero y sacar el paquete. Si es comida a domicilio, te la suben a casa. Pero ahora, como los residenciales no quieren que entre nadie ajeno a la propiedad para minimizar contagios, los repartidores tampoco pueden entrar. Que quizás diréis, qué exageración, total, porque entre un mensajero. Pero es que aquí los residenciales son enormes, en el mío yo diría que viven 5000 personas por lo menos, y comprar o pedir comida por internet es algo totalmente común y corriente, así que normalmente hay un montón de mensajeros y repartidores entrando todo el día. Vamos, es que los mensajeros suelen trabajar solo un residencial, para que os hagáis una idea del volumen de paquetes que se mueve. Hasta hace unos días, como de todas formas solo había un par de empresas de mensajería trabajando y no les dejaban entrar, dejaban los paquetes en la acera, en la puerta del residencial, y te mandaban un mensaje para que fueras a buscarlo. Aquello parecía el mercadillo. Pero ahora el residencial ha montado estas estanterías para que dejen ahí las cosas:

Para los paquetes.


Para la comida.

La gracia de los tenderetes estos es que los repartidores dejan ahí el paquete o la comida y se piran... O sea, que en teoría, yo podría ir tan pancha, llevarme la comida de alguien y zampármela. O coger un paquete que no es mío. De hecho, cuando fui a recoger mi paquete nadie me preguntó nada. Pero si han montado esto es porque se fían de la honradez de los vecinos. ¡Qué bonito! Y, oye, mi paquete estuvo ahí varias horas y nadie lo tocó.

Todavía seguimos con el coronavirus pero en la última semana solo ha habido dos casos nuevos en Suzhou. C. lleva yendo a la oficina desde el lunes. Ikea sigue sin abrir. Los colegios y universidades tampoco se sabe cuándo empezarán el curso. Pero parece que poco a poco vamos volviendo a la normalidad.

9 comentarios:

  1. China sigue siendo una sociedad rural a pesar de residenciales y mensajeros motorizados, que bonito confiar en los vecinos. Cruzo los dedos por el advenimiento de la normalidad.

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    1. Hola, discrepo de tu opinión. Nos confiamos en los vecinos porque de verdad los chinos en este aspecto tenemos un nivel moral relativamente más alto.Es una lástima que me hayan robado incluso en la biblioteca de la universidad cuando estudiaba en España. Una experiencia muy mala.

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    2. Estoy de acuerdo en que en China hay menos hurtos. Sin embargo, poco tiempo después de publicar este post me enteré de que varios vecinos se habían quejado de que les habían robado sus paquetes.

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  2. Ahora que me fijo...el cielo muy azul, no? Se nota el parón de las empresas?

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    1. Algo se ha notado, sí. Justo hoy he leído un artículo que decía que las emisiones han bajado un 25% este último mes.

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  3. Hola, Marta.

    Qué lujo poder fiarte de los vecinos de esa manera. Aunque viendo esa comida al sol... espero que si es algo perecedero, no se queda mucho tiempo ahí.

    Un saludo.

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    1. Espero que no, jajaja. Si están esperando la comida irán a buscarla enseguida, supongo.

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  4. Me encanta leer tu blog, No sé si en España estamos preparados para vivir una situación así con tanto orden y civismo (Dentro del caos que lógicamente deba de ser Hubei en estos momentos). Mucho ánimo y paciencia. Supongo que falte un día menos para que todo vaya pasando.

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    1. ¡Muchas gracias! Justo ayer me decía C. que había visto un vídeo de gente en la ciudad esa de Corea que ahora tiene tantos casos protestando por tener que ponerse en cuarentena. Aquí están muy acostumbrados a seguir órdenes... bueno, la mayoría. Que ya han salido vídeos de ciudades en las que han bajado la guardia y hay docenas de personas haciendo cola en un restaurante o celebrando una macro reunión en una plaza.

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