jueves, 6 de febrero de 2020

Aquí seguimos con el coronavirus

Ya llevamos 15 días de arresto domiciliario autoimpuesto y no hay muchas novedades. Ayer nos enteramos de que hubo un infectado en nuestro residencial el 26 de enero, pero hasta ahora no hay más casos. El virus sigue campando aparentemente a sus anchas (ya hay más de 50.000 casos entre confirmados y sospechosos) pero el número de personas que se han recuperado ya duplica a las que han muerto. Vamos, que pillar el virus no es una sentencia de muerte, como parece ser que están haciendo creer los medios internacionales. En un periódico sensacionalista británico leí un artículo en el que pintaban al virus como poco más o menos el apocalipsis zombie y decían que la gente se caía muerta por las calles. Incluso en periódicos serios mencionan el número de muertes en todos sitios, pero el de recuperados es muy difícil encontrarlo (las cifras oficiales en este momento son 564 muertos y 1188 recuperados). Parece que las noticias en España están diciendo también que los supermercados están vacíos en China, porque varias amigas me han preguntado si necesitaba que me mandaran cosas. Yo agradezco la preocupación, pero al menos en Suzhou tenemos de todo. Hasta encontramos mascarillas en la farmacia de nuestra calle.
Las cifras oficiales esta mañana: 28060 infectados confirmados, 24702 sospechosos, 3859 en estado grave, 564 muertes y 1188 recuperados.

En Suzhou de momento ha habido 60 casos, de los cuales 4 ya se han recuperado. No se ha confirmado ninguna muerte. El comienzo del curso escolar se ha retrasado de momento hasta el 2 de marzo. El lunes que viene se supone que todo el mundo tiene que empezar a trabajar, pero es probable que vuelvan a retrasarlo. Ya se han anunciado subsidios para las pequeñas empresas. El domingo fuimos al Alcampo a comprar provisiones y conseguimos casi de todo. No había de todas las verduras, pero de otras sí (también es verdad que fuimos por la tarde; la gente mayor suele arrasar con las verduras por la mañana). En otras ciudades parece ser que están prohibiendo a la gente que salga de casa y solo puede salir una persona cada dos días para comprar comida, pero en Suzhou de momento no. Nosotros podemos salir si queremos, pero casi todo el mundo está en casa. Desde la ventana de la cocina veo el edificio de enfrente y todo el mundo está en pijama y mirando por la ventana. La comida a domicilio y una empresa de mensajería siguen funcionando, pero no pueden entrar al residencial y tienes que salir a la puerta principal a recoger tu pedido.

Yo casi que me he acostumbrado ya a estar en casa (más ahora que estoy trabajando; en nuestra empresa empezamos el lunes a trabajar todos desde casa). Lo peor es Baby A. Desde que empezó toda esta movida le cuesta mucho dormirse, supongo que porque no está lo suficientemente cansado, al no pisar la calle. Cada día intento pensar en algún juego nuevo para que se entretenga. De momento lo que más le gusta hacer es "cocinar" espaguetis de mentira y dárselos de comer a sus muñecos. También me ha llenado las paredes de rayajos de cera y lápiz. Me da bastante igual, la verdad. Ahí se van a quedar para la posteridad, jajaja. Muchos días ve la tele, pero solamente 10 minutos. Son unos dibujos sobre un bebé y cuando quiere verlos hace el gesto de lavarse los dientes, porque en uno de los primeros episodios que vio el bebé se lavaba los dientes.
El trajecito de año nuevo chino que solo ha podido lucir en casa, con lo presumido que es.


Nosotros pasamos mucho tiempo leyendo noticias en el teléfono, aunque yo cada vez estoy leyendo menos porque el tema cansa ya. Sobre todo la insistencia en pintarlo peor de lo que es en los medios internacionales. Que sí, que Wuhan es un puto caos y no dan abasto en los hospitales, pero el resto de sitios no. Lo peor que estamos pasando es el aburrimiento. Hace unos días hubo un escándalo porque la Cruz Roja china no estaba enviando las mascarillas y trajes protectores a los hospitales que tratan a los infectados, sino que tenía las cosas acumulando polvo en su almacén o las mandaba a otros hospitales. También se está hablando mucho de que el gobierno local de Wuhan tardó mucho en reaccionar y que muchos infectados allí no consiguen sitio en ningún hospital. La gente está bastante cabreada. Muchas aerolíneas han suspendido sus vuelos a China. De todas formas, a menos que se esté en Wuhan, me parece que es más probable pillar el virus estando encerrado en un avión durante más de 10 horas con 300 personas más que no quedándote aquí en tu casa. La cosa es que no sabemos cuándo tiempo vamos a tener que estar así en cuarentena. En teoría si todo el mundo lleva dos semanas en casa y el virus se manifiesta en máximo 14 días, ahora tendría que ralentizarse el número de contagios, ¿no? Menos la gente de Wuhan que no ha conseguido ingresar en el hospital y se lo está pegando a toda su familia...

Pues nada, a ver cómo está la situación la semana que viene. Seguiremos informando...
¡Todo el mundo a ponerse la mascarilla!

¡Y si se te han acabado las mascarillas, puedes ponerte una garrafa de agua como escafandra! 

4 comentarios:

  1. Hola, Marta.

    Te sigo desde hace un tiempo pero creo que nunca te había escrito. Me alegro de que esteis bien. Espero que todo acabe pronto y podáis volver a la normalidad lo antes posible.

    ¡Mucho ánimo!

    ¡Un saludo!

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    1. ¡Muchísimas gracias! Parece ser que cuando el SARS la gente estuvo encerrada en casa dos meses... me temo que vamos por el mismo camino -_-

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  2. ¡Muchos ánimos, Marta! Tiene que ser un poco estresante ese confinamiento. Esperemos que acabe pronto y podáis volver a la rutina de siempre.

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    1. ¡Muchas gracias! Si te digo la verdad, casi me he acostumbrado ya a no salir. Lo peor es no saber cuánto más va a durar esto, y también agobiarse leyendo los rumores y conspiranoias que circulan por ahí.

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