lunes, 3 de abril de 2017

El aeropuerto de Shenzhen

Un señor francés dijo una vez que "el infierno son las otras personas". Probablemente ese señor no había estado nunca en China, porque todo el mundo sabe que el infierno es el aeropuerto de Shenzhen.

A primera vista, el aeropuerto de Shenzhen da buena impresión. Es grande, muy espacioso, muy nuevo y con un diseño muy chulo. Pero, ay, cuando llega la hora de viajar...
La planta de salidas del aeropuerto de Shenzhen.

En China, los vuelos nunca despegan a tiempo, sobre todo los nacionales. Hay mil y un motivos por los que un avión puede retrasarse, pero aquí la mayoría de las veces lo despachan con un "control del tráfico aéreo". Esta frase tan críptica lo que viene a decir es que los vuelos civiles disponen de menos del 30% del espacio aéreo; el resto lo controla el ejército, así que el pueblo llano se aguanta con su franja diminuta de espacio aéreo y se come los retrasos con papas fritas. En la clasificación de la puntualidad de los aeropuertos de todo el mundo, los aeropuertos chinos siempre quedan de los últimos.

Esto del "control del tráfico aéreo" afecta a todos los aeropuertos chinos por igual, pero el de Shenzhen tiene además una forma especial de poner el dedo en la llaga: si llueve, los aviones no despegan. Hay que tener en cuenta que en Shenzhen llueve una media de 21 días al mes, así que la probabilidad de que tu vuelo salga a la hora especificada es prácticamente nula.

La semana pasada tuve que ir a Shenzhen por motivos laborales. A llegar al aeropuerto para coger el vuelo de vuelta, las pantallas me saludaron de esta guisa:
Amarillo quiere decir "con retraso".

Esa mañana había llovido. Hacía un rato ya que había parado, pero casi todos los vuelos estaban retrasados por "condiciones meteorológicas". Al llegar a la puerta de embarque pregunté a qué hora estaba previsto salir. Me contestaron que no lo sabían todavía, pero que el avión ya estaba allí.

Mi vuelo supuestamente era a las cuatro y media de la tarde. Pasan las cinco, las seis, las siete... y allí siguen sin saber a qué hora despegamos. Hasta que a las siete y cuarto cambian las noticias... ¡vuelo cancelado! La aerolínea (China Eastern) nos llevó a un hotel de los alrededores y nos metió en un vuelo a las 8 de la mañana del día siguiente. Podían haber cancelado a las 4 y ahorrarnos tres horas haciendo el mono en el aeropuerto...

Por supuesto, al día siguiente el vuelo no despegó a las 8 sino a las 9.

10 comentarios:

  1. Hay tantos infiernos. No es sólo uno. Aquel baño en la carretera con cientos de mujeres queriendo mear y alguna haciéndolo en el suelo... No estaba mal como infierno. Mi pueblo en fiestas es un infierno... Un tren en año nuevo chino...
    Ya tía, los vuelos chinos... Lo que ejercitan la paciencia los chinos cada día.

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    1. Jajaja, aquel baño con tres mil señoras. Menuda historia!

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  2. El señor francés era Jean-Paul Sartre, filósofo y escritor, en la obra de teatro "Huis clos" ("A puerta cerrada").
    Petons,
    Imma

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  3. para las largas esperas...
    https://www.youtube.com/watch?v=vNwYtllyt3Q

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    1. Ay, si al menos funcionara bien el wifi (y youtube no estuviera bloqueado xD)

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  4. 去年在中国的时候遇到很多飞机误点,如果可能做高铁最好。今年的空气质量是否比去年有所改进?

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    1. 空气质量我觉得跟去年差不多(但是去年和前年的差别比较大)。好像是在改善的。去年夏天空气非常好,但是杭州举办的G20肯定有关系哈哈。看看今年夏天怎么样……

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  5. Es el 2do articulo que me detengo a leer sobre los aeropuertos y me sorprende, creo que tienes mala suerte con esto, hace 7 años que vivo en China y viajo todos los meses a diferentes ciudades y pocas veces tuve retrasos con los aviones, a lo sumo habrán sido de media hora o una hora pero el resto son vuelos normales.

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