martes, 24 de julio de 2018

Una semana en un hospital chino

La semana pasada no actualicé el blog porque... ¡estaba en el hospital!

Yo no había estado ingresada en mi vida. Vamos, es que nunca estoy mala mala de no poder ir a clase o al trabajo. La única vez que recuerdo fue hace como 15 años, cuando pillé la gripe y estuve una semana en cama. Así que hace un par de semanas, cuando me dijeron que los análisis de sangre para comprobar el funcionamiento correcto de hígado y riñones habían dado unos resultados raritos y que me tenían que ingresar una semana, se me cayó el mundo encima. ¿¿Una semana en el hospital?? ¿¿Justo cuando estaba más ocupada en el trabajo y tenía además que entregar la tarea final del curso online que estoy haciendo?? Menudo putadón...

Mis quejas no sirvieron de nada y el viernes 13 me ingresaron en el hospital municipal de Suzhou, también conocido como hospital de maternidad. Tenemos enchufe con la enfermera jefe de la zona VIP donde voy a hacerme las revisiones y ella se había encargado de conseguirme plaza, porque no veáis qué solicitado está ese hospital. Me pusieron en la sección de embarazos de alto riesgo, donde solo hay 20 camas y hay tortas por ellas. Vamos, que yo llegué a las 10 de la mañana pero la que estaba en mi cama no se fue hasta las 2 de la tarde...
Por cierto, por algún motivo las sábanas eran de Xi Yang Yang, unos dibujos animados chinos...


Las habitaciones eran de 2 o de 3 personas. La mía era de 2 y mi compi era un poco mayor que yo y embarazada del segundo. Había sangrado y no se podía levantar de la cama ni para ir al baño. Yo creo que esto es una exageración y he leído artículos que aseguran que la horizontalidad total no garantiza un mejor resultado, pero bueno. Siempre tenía que acompañarla su marido o su cuñada porque claro, cuando quería hacer pipí o popó le tenían que poner la cosa esa para hacerlo en la cama. Pero es que no me puedo ni imaginar estar dos semanas en cama sin moverme en absoluto, si solo estando tumbada un rato en esa cama de hospital ya me dolía la espalda me pusiera como me pusiera...

El pasillo.


El hospital estaba limpio, las habitaciones eran decentes y me cuidaron muy bien pero, qué queréis que os diga, me daba la sensación de estar en una cárcel por los siguientes motivos:

- Me llamaban por el número de mi cama. Las enfermeras parecían incapaces de acordarse de un nombre extranjero y no querían llamarme Xiao Ma porque eran más jóvenes que yo (ahora que lo pienso, me podían haber llamado Hermana mayor Ma, pero no se nos ocurrió a nadie en ese momento). Así que me decían Número 8 o, si pensaban que no las oía, "la extranjera". Un día entró en la habitación una señora de la limpieza diciendo que "quería ver a la extranjera".

- No me dejaban salir del hospital, solamente andar por los pasillos o ir a una tiendecita que estaba fuera como a 30 metros. Yo que tenía pensado darme paseos por la calle e ir a la biblioteca pública que hay enfrente del hospital...

- ¡¡Me torturaron!! Cada día me hacían un test de estrés fetal en el que te ponen dos cacharros atados en la barriga y te tienes que quedar en la cama sin moverte. A partir de las 20 semanas todas las recomendaciones dicen que no te tumbes de espaldas sino de lado. Pues bien, un enfermero gilipollas que había el fin de semana me hizo estar tumbada de espaldas durante una hora para hacerme el puto test de estrés. La que acabó estresada fui yo. Qué dolor de culo, al terminar no podía ni mover las piernas. Las enfermeras mujeres siempre me dejaban ponerme de lado.

- No me dejaban dormir. Joer, yo pensaba que en los hospitales se descansa. PUES NO. Cada una o dos horas allí estaban las enfermeras dando por saco con una prueba o unas pastillitas. A las 12 de la noche iban con el doppler a todo trapo para oir el corazón del bebé (¿¿no podía ser a las 10, en vez de a las 12 cuando ya estamos todas durmiendo??) y a las 6 de la mañana tocaban diana y todo el mundo se tenía que despertar para contar movimientos fetales, tomarse la tensión, etc. QUÉ ESTRÉS. Claro, y eso sin mencionar que yo soy superdelicada para dormir, que allí había luces y ruidos toda la noche y que la cama estaba más dura que una piedra. Vamos, que en una semana dormí un mojón.

También fue la primera vez en mi vida que me pusieron un gotero. En China ADORAN los goteros. ¿Que el niño está tosiendo?, al hospital a que le pongan un gotero. ¿Que tienes mocos? Ve a que te pongan antibióticos en gotero, sin mirar si lo que tienes son bacterias o no, qué más da. (Así vamos a morir todos, gracias a los chinos que están creando superbacterias por su afición a tomarse antibióticos por todo). A mí me pusieron el gotero con 99,5 % de suero y 0,5 % de medicina para el hígado. Pues me podían haber puesto una inyección y ya está, ¿no? Porque menudo coñazo estar tres días enteros con la vía puesta en la mano. Cada día me tiraba 6 horas con el goterito puesto. 5 litros de líquido en total en una semana. Al final del tercer día, cuando me quitaban la vía, tenía la mano como una morcilla de Burgos.
El gotero del infierno.


Las enfermeras a veces también decían unas cosas que te tenías que reir. Por ejemplo, me dijeron que mis chanclas (de plástico, comodísimas y lo único en lo que me cabe el pie ahora mismo) no eran adecuadas y que me tenía que comprar unas zapatillas especiales de embarazada. Yo ni sabía que eso existía, pero de todas formas dudo que las vendan en el número 41, que es lo que parece que tengo ahora mismo. Pasé de ellas y me tiré toda la semana con mis chanclas. Otra regla que tenían es que no te podías duchar sola, tenía que haber alguien contigo en el baño por si te resbalabas o algo. De esta norma también pasé, si en mi casa me ducho yo sola... Y lo mejor fue cuando una enfermera me dijo que no me sentara encima de la cama con las piernas cruzadas (¿cómo se llama esa postura? ¿sentarse como los indios?) porque podía romper aguas. ¡¡Cágate, lorito!! ¡¡Si esa postura de yoga la recomiendan en Occidente a las embarazadas!!

Esto está quedando como una superqueja de los hospitales chinos pero la verdad es que creo que hubiera estado igual de amargada en un hospital español. Ahora crucemos los dedos para que no me vuelva a subir la mierda esta del hígado, porque no quiero que me ingresen otra vez...

El hospital por fuera.

4 comentarios:

  1. Guauu número 8, eres una valiente! Se pasa super mal, y eso que tú hablas chino. Mis memorias del paso por hospitales chinos es: por dios, que no tenga que volver jamás.
    Entonces, estás mejor ya? Ays, qué susto. En casa vas a estar genial.

    Una peli, por si te puede interesar:
    https://www.pelispedia.tv/pelicula/back-to-1942/

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    1. En casa como en ningún sitio, jajaja. ¿Tu estuviste ingresada alguna vez en China? Yo cuando he ido al médico y tal no he tenido ninguna mala experiencia, la verdad. Menos cuando voy a clínicas de expats y me da la sensación de que me la están metiendo doblada, jajaja.

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