miércoles, 18 de mayo de 2016

La protección de datos en China

Suena mi móvil. "¿Sí?". "Hola, soy Fulanita de Tal, la nutricionista del hospital XX. ¿Recuerdas que hace un par de meses viniste a hacerte un chequeo y te salió que tenías que adelgazar 5 kilos?". Caray, qué servicio tan personalizado y atento. "Sí, ¡y ya he adelgazado tres!". "Muy bien, ¿y el porcentaje de grasa corporal, cuánto tienes? Si no lo puedes medir, ven al hospital y te hago una medición gratuita". "Ah, mira qué maja, pero es que el hospital está un poco lejos, como que no me apetece mucho ir". "También tenemos una clínica más cerca de donde vives, podrías ir allí".

Al principio pensé: "¿Por qué no?". Pero después de que la chica me añadiera al WeChat, me diera bastante la lata y me anunciara unos tratamientos de adelgazamiento valorados en 2000 yuanes, se me quitaron las ganas.

Y empecé a pensar: "Esta chica, ¿por qué tiene mi número?". Sí, fui a hacerme un chequeo al hospital donde trabaja, y tuve que escribir mi número de teléfono en el formulario de registro, pero ahora me está llamando a título personal. No quiero ni imaginarme si a cada médico del hospital se le ocurriera llamarme para promocionar sus tratamientos.

En China, la protección de datos no existe. Tus datos personales, especialmente el número de teléfono, van de un lado a otro sin que tú lo puedas controlar. En España, cuando te piden que rellenes tus datos en un contrato o similar, debajo siempre pone: "No proporcionaremos o venderemos tus datos a terceras partes". En China debe poner "Vamos a vender tus datos al mejor postor, o a cualquiera que nos dé un céntimo por ellos, y no hay nada que puedas hacer para impedirlo. ¡MUAJAJAJA!". Sí, con risa malvada y todo.

Cuando C. decidió que quería comprar un piso visitó varias agencias y promotoras inmobiliarias. En todas ellas dejó su antiguo número de teléfono, uno que sigue teniendo pero apenas usa. Esta tarjeta SIM está siempre activa, metida en un móvil viejo. Ha pasado un año y medio desde que compró el piso, pero a día de hoy todavía recibe al menos una llamada diaria de agencias inmobiliarias: "Hola, ¿está buscando piso?". NO. NO ESTOY BUSCANDO PISO. ME LO COMPRÉ YA HACE MÁS DE UN AÑO. Ese número de teléfono debe estar en manos de todos las agencias inmobiliarias de China, que, por cierto, son un montón. En mi calle, en una distancia de unos 100 metros hay TRES y una cafetería perteneciente a otra cadena de agencias (tras hacerse con el local debieron decir "¿Para qué vamos a montar otra inmobiliaria aquí? Abramos una cafetería". (Y ponen tableros con anuncios de pisos en la puerta).

C. compró el piso directamente al dueño anterior, pero me ha contado que sus amigos los que se compran pisos en la promotora o en una agencia, al poco tiempo empiezan a recibir muchas llamadas de empresas de reparaciones del hogar. "¿No estará usted pensando hacer alguna reparación en casa?". Qué cruz, dios mío. Y pensábamos que en España nos molestaba el típico agente de Jazztel llamando a las 4 de la tarde.

2 comentarios:

  1. bueno, debe ser una manera de agilizar trámites. sabiendo que estás vivo, porqué no preguntarte si necesitas algo antes de que se te ocurra a ti...

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  2. Ya me acuerdo. Se pasan un montón. Es una sinvergonzonería.

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