lunes, 16 de septiembre de 2013

La fiesta del medio otoño y los mooncakes

Como en China tradicionalmente seguían el calendario lunar (y la gente de a pie continua utilizándolo, en realidad, aunque para escribir las fechas usen el calendario gregoriano), hace ya unas cuantas semanas que aquí es oficialmente otoño. Y el jueves que viene es la fiesta del medio otoño, que coincide con la luna llena.
La tradición durante esta fiesta es mirar la luna llena y comer mooncakes (月饼 yuebing). Desde 2008 es festivo nacional y no se trabaja. El gobierno chino decidió recuperar algunas fiestas tradicionales, como esta o la de las carreras de barcos dragón, en junio, pero no creáis que ahora en China hay más vacaciones, nada de eso, simplemente es que antes la primera semana de mayo era entera fiesta por el Día del Trabajo y ahora esos días los han repartido.

Hay una historia mitológica que explica por qué se mira la luna durante esta fiesta, pero hay varias versiones en las que difieren bastantes detalles así que nos quedaremos con lo básico: había una señora llamada Chang'E que se bebió una pócima de la inmortalidad (queriendo o sin querer, las distintas versiones difieren en esto) y salió disparada hacia la luna y se tuvo que quedar a vivir allí, convirtiéndose más o menos en la diosa de la luna. Otras historias dicen que con ella vive en la luna un conejo que es el que fabrica las pócimas de la inmortalidad (y que cuando hay luna llena se puede ver la silueta del conejo).

Hasta aquí la parte tradicional de la historia, muy colorido e interesante todo. Ahora vayamos a la parte comercial. Ya sabemos que los chinos con un carro y dos ruedas montan un negocio, pues con las fiestas lo mismo. Cada fiesta tiene un regalo tradicional que hay que intercambiar con otras personas. Y en la fiesta del medio otoño son los mooncakes.
Mooncakes: nunca los compro pero ningún año me libro de ellos.

Los mooncakes (en wikipedia pone que se llaman pastel de luna en español pero sinceramente nunca he oído a nadie usar esa expresión) son unas pastas redondas, de distintos diámetros y de unos tres centímetros de grosor, con un relleno que puede ser de alubias rojas, yema de huevo, frutos secos u otras cosas. Son una bomba calórica (acabo de ver que una de 10 cm de diámetro tiene unas 1000 calorías!!) y si te comes uno sin tener agua cerca puedes morir añurgado de la bola que se te hace en la garganta. La realidad es que a casi nadie le gustan los mooncakes pero cuando se acerca la fiesta de medio otoño es una obligación social regalar mooncakes, especialmente en las empresas, que reparten cajas enteras a todos sus clientes.

Otro tipo de mooncakes que me han regalado. Este es una especialidad de Yunnan, tiene carne dentro y es un poco menos pastoso que los normales.

Total, que durante estos días China se inunda de estos dichosos pastelillos y no hay quien se libre de recibir una caja. Sin embargo, como ya he dicho antes, a casi nadie le gustan y muy poca gente se los come. Así que después de cada fiesta del medio otoño se tiran toneladas y toneladas de mooncakes.

Pero los chinos tienen la solución perfecta. En los últimos tiempos las empresas regalan a sus clientes cupones para ir a recoger los mooncakes a la pastelería, en vez de dárselos directamente. Como la mayoría de la gente no tiene ningún interes en ir a recogerlos, ha surgido una nueva especie de reciclaje: por la calle se ve gente con un cartel que pone "Se reciclan cupones de mooncakes". Explico el proceso un poco más detalladamente:
1. La pastelería A imprime cupones para canjear por cajas de mooncakes. Estos cupones tienen un valor nominal de 100 yuanes. Se los vende a 85 yuanes a la empresa B.
2. B está muy contento de haber conseguido cupones por valor de 100 yuanes a 85. Se los reparte a sus mejores clientes.
3. C es cliente de la empresa B. y le han regalado un cupón. No quiere ir a recoger los mooncakes así que le vende el cupón por 40 yuanes a un reventa de la calle.
4. El reventa de la calle le vende a la pastelería A sus propios cupones por 50 yuanes.

Resultado: no se ha fabricado ningún mooncake. La pastelería A ha ganado 35 yuanes (menos lo que le haya costado la impresión); la empresa B ha quedado muy bien delante de sus clientes; el cliente C ha ganado 40 yuanes y el reventa ha ganado 10 yuanes. Todos contentos y no se ha malgastado ni un gramo de harina!

5 comentarios:

  1. Eres una genia Marta! Gracias por explicarme la reventa de cupones porque se me hacían los sesos agua con el misterioso tema.
    Pues yo quería comprar mooncakes, pero buenos. Normal que no le gusten a nadie, los mooncakes industriales no hay quien pueda con ellos. Hay una tienda en Shanghai, que el abuelo del pastelero hacía mooncakes en la Ciudad Prohibida para el emperador, y su nieto sigue haciendo la misma receta. Seis mooncakes valen 380 rmb. Yo sólo quiero uno para probarlo. Pero no he convencido a nadie de compartir una caja. Y si no, los que vende el hotel Península también están bien, pero también valen una pasta. Y no me atrevo a comprarme una caja, porque ¡lo mismo me la como! Y después de lo de las 1000 calorías me has metido el miedo en el cuerpo.
    Y vivir en la Luna con un conejo que fabrique pócimas de la inmortalidad, tiene que ser la bomba, ahora mismito firmaba.

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  2. Sólo me gustan los de semilla de la flor de loto o los de castaña. Los de huevo puajjjjj!!! Y los de carne puajjjjj al cubo!!!

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  3. pues un chisme de esos de carne no tiene mala pinta... ahora si no los quiere nadie... a ver por qué será.

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  4. Sí, el mismo concierto, (llevo cierto retraso con el blog).
    Pues no sé, igual te gustaba. A quien le gustan los grupos chinos, le gusta PK14, por lo general.
    Ya tía, esos trueques laborales... Yo trabajé el viernes, así que mañana fiesta.

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  5. No tía, la mía es mucho más bonita.

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