viernes, 5 de febrero de 2016

La boda del primo

El domingo pasado fuimos de boda familiar. Se casaba el primo de C. con su novia indonesia así que por la mañana nos fuimos a la casa de los padres de él para ver todos los preparativos y tradiciones.

Llegamos sobre las 10 de la mañana y el novio y el padrino ya estaban de punta en blanco y el cámara los perseguía por toda la casa. El carácter de felicidad doble estaba pegado en la puerta y las ventanas, la mesa llena de frutas, té y frutos secos para las visitas, y la habitación de los novios con muebles nuevos y una colcha roja. Después de un rato de dar vueltas por la casa y de que me ofrecieran 20 veces té y cacahuetes salimos a la calle a tirar petardos. En China, cuando te casas o abres un negocio nuevo hay que tirar petardos y hacer mucho ruido para espantar a los espíritus malvados y tener buena suerte.
Carácter de felicidad doble pegado en la puerta.

Picoteo.

Habitación.

Antes de tirar los petardos.

Petardos en acción.

A mediodía nos llevaron a un restaurante cercano para comer (el banquete de boda no era hasta por la noche). Conocí a una amiga de la tía de C. que era peluquera y maquilladora y me ofreció sus servicios. Dado que llevaba el pelo teñido de rubio y con unas raíces negras de 3 centímetros, no sé si nuestros gustos encajarían. Durante la comida me enteré de que me iba a tocar hacer de intérprete para la familia de la chica indonesia, ya que nadie más habla inglés. Así que me llevaron en coche al hotel donde estaban la novia y su familia y primero vi cómo el novio, el padrino y otro amigo cumplían con las tradiciones pertinentes. Primero fueron a la habitación donde estaba la novia, pero las amigas de ésta no les dejaban entrar a menos que las sobornaran con hongbao (sobres rojos con dinero dentro). 20 hongbao después por fin abrieron la puerta, pero ahí no terminaba la cosa: el novio tuvo que realizar varias pruebas: escribir el nombre de la novia a mordiscos en varias manzanas, encontrar los zapatos que habían escondido y bailar Xiao Pingguo y ballet. Luego toda la comitiva fue a la habitación donde estaban la madre y la tía de la novia y ahí fue cuando tuve que hacer de intérprete.
Bailando.

 Después me quedé un rato charlando con la madre y la tía en el hotel mientras la pareja iba a hacerse fotos. Más tarde fuimos al restaurante donde se celebraba el banquete y los novios ya estaban en la puerta saludando a los invitados que iban llegando, haciéndose fotos con todo el mundo y recibiendo hongbao. Cuando comenzó la ceremonia en sí me quedé con las ganas de matar a las damas de honor, que llevaban vestidos de dama de honor (feos, pero vestidos al fin y al cabo) y unos botines horribles que no pegaban ni con cola. Soy yo y las echo de mi boda. Lástima, tenía que haberles hecho una foto para que veáis que no exagero.

Como en la mayoría de las bodas chinas a las que he ido, había un presentador hablando todo el rato, diciendo moñadas y explicando lo que se iba haciendo. Las bodas chinas son ruidosas y caóticas, no esperéis una velada tranquila con música clásica de fondo. El presentador también se encarga normalmente de hacer juegos con los invitados y hasta darles premios. Últimamente se está poniendo de moda que los novios preparen regalos (peluches y sobres con dinero para los niños, teléfonos u otros aparatos para los adultos) para los ganadores de los juegos.
Por lo menos en esta boda la tarta era de verdad.
 

3 comentarios:

  1. Eoo! Ha sido ya el año nuevo chino??? Y yo sin hacer unos dumplings... jejerje
    Tía, tu Charlie es idéntico a su padre. Es honesto que lo conozcas para que sepas por dónde puede sorprender C.

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  2. precioso post, qué bonito es ver tradiciones de otros países

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