miércoles, 29 de enero de 2020

El coronavirus en Suzhou

Como ya sabéis porque está en todos los noticieros, hay un virus nuevo rondando por China. Los primeros casos aparecieron en Wuhan a principios de diciembre, pero hasta el 31 de ese mes no se anunció oficialmente que se trataba de un virus nuevo. Durante las tres primeras semanas de enero no se oyó mucho del tema, hasta que la cosa explotó el jueves pasado cuando se decretó el cierre de Wuhan. Hasta este momento (29 de enero a las 16:00, hora de China) hay 6043 casos confirmados y 9239 sospechosos. Han muerto 132 personas y 114 se han recuperado. En Suzhou de momento hay 20 casos confirmados.


El virus apareció en el peor momento, justo antes del año nuevo chino. Durante estas fechas, millones de chinos que trabajan fuera vuelven a sus pueblos o ciudades para celebrar las fiestas. Se dice que antes de que cerraran Wuhan habían salido ya 5 millones de personas; normal que el virus ya se haya extendido por todo el país y parte del extranjero. Supuestamente el virus se contagió a humanos en un mercado de Wuhan del que primero se dijo simplemente que era un mercado de marisco pero luego se supo que vendía toda clase de cochinadas. Menudo cabreo me pillé yo cuando vi las fotos del mercado, allí tenían animales salvajes vivos y te los mataban en el momento para que te los llevaras calentitos. Un cartel de uno de los puestos anunciaba desde marmotas hasta camellos, pasando por zorros o serpientes. ¿¿Quién quiere comer estas cosas?? La mayoría de los chinos también fliparon al saberlo y por las redes sociales empezaron a circular mensajes en plan "Cierra la puta boca y deja de comer cerdadas" (traducción libre, pero el sentido era ese más o menos). Una amiga que es de Hubei, la provincia donde está Wuhan, pero vive en Chengdu, iba a ir a pasar las fiestas con sus padres pero tuvo que cancelar el viaje. 19 días de vacaciones, probablemente todos los que tiene al año, desperdiciados.

Yo empecé las vacaciones el jueves, justo el día que la cosa se salió de madre. Por la mañana había quedado con una amiga para llevar a los niños a jugar y poco antes de salir de casa me escribió para decir que su marido no quería que salieran de casa. Creo que ese fue el día que se confirmó el primer caso en Suzhou. Nosotros no teníamos planeado viajar a ningún sitio, si acaso un día a Wuxi, aquí al lado, pero yo quería ir al Ikea, al centro comercial, estar fuera de casa simplemente... ¡que como curro desde casa siempre estoy aquí encerrada! Pero, aunque aquí no nos han puesto en cuarentena, la recomendación oficial es evitar salir si no es absolutamente necesario. Así que prácticamente no hemos salido de casa desde que empezó esta movida. Un día fuimos a cenar con unos amigos que habían venido de Taiwan y otro fuimos a visitar a la abuela de C. Ambas veces nos desplazamos en coche y llevamos mascarilla.
Calles vacías. Normalmente en año nuevo chino están vacías aunque no haya virus, pero ahora da más yuyu.

¿Y qué hacemos todo el rato en casa? Buena pregunta... nos levantamos tarde (porque, total, no tenemos nada que hacer), intentamos entretener al niño, vemos series, leemos... y poco más. Por lo menos no tenemos problemas de falta de comida ya que habíamos hecho acopio para las vacaciones y además nuestras respectivas empresas nos mandaron un montón de "cestas de año nuevo chino" con frutos secos, golosinas, fruta, carne... así que de momento no hemos tenido ni que ir al supermercado. Pero hay gente que había planeado ir de viaje y no ha podido y que están pasando las fiestas a base de tallarines instantáneos. Según se dice, en muchas ciudades es difícil encontrar fruta y verdura fresca. En este vídeo que grabó alguien de Wuhan después de que se impusiera la cuarentena se ven colas enormes para entrar en un supermercado. En Suzhou, por lo que he oído, no hay problemas de abastecimiento. Otra cosa que no hay es mascarillas, alcohol (del de desinfectar, no del de beber) y termómetros. El otro día C. fue a una farmacia y nada más entrar el dependiente le dijo que no había ninguna de esas tres cosas. Parece que estos días la gente no compra otra cosa en la farmacia. Nosotros mascarillas y termómetros tenemos, el alcohol se nos ha acabado y tenemos una botella pequeñita de desinfectante de manos para las emergencias. En el transporte público no te dejan entrar si no llevas mascarilla. Bueno, eso en las ciudades en las que no lo han cortado.
Pastelitos bastante apañados que le mandaron a C. desde Beijing. Me recuerdan un poco a los polvorones españoles.

En los últimos días los casos han aumentado bastante porque ahora están apareciendo los casos que se contagiaron hace una semana. Para intentar frenar los contagios, muchas ciudades han cerrado todos los lugares de esparcimiento público y prohibido las reuniones en restaurantes. Suzhou hoy ha anunciado el cierre temporal de algunos centros comerciales. No sé si mucha gente estaba saliendo de casa, mi impresión es que todo el mundo está encerrado. En las redes sociales chinas se han compartido vídeos de lo que está haciendo la gente para matar el aburrimiento, hay algunas muy graciosas como una familia que montó su propio baile del león con una manta y un cubo como cabeza. También se ha decretado la extensión de las vacaciones hasta el lunes que viene y algunas ciudades lo han extendido una semana más, hasta el 9 de febrero. Estas medidas son temporales y no sé si las volverán a alargar cuando llegue el momento. ¡Pero es que la movida esta podría durar perfectamente hasta el verano! Quizás nos pongan a todos a trabajar desde casa, y las fábricas no sé cómo lo harán. Pero la extensión de las vacaciones es algo nunca visto en China, donde normalmente tenemos que trabajar el fin de semana cuando hay una semana libre para recuperar algunos días. Y hoy varias aerolíneas han anunciado que dejan de volar a China temporalmente, a ver si va a ser más grave la cosa de lo que nos están contando. Yo ya no sé qué creer, porque WeChat está lleno de rumores y contrarrumores.

Pues eso, que menudas vacaciones nos han dado y vaya la que han liado los subnormales a los que les da por comer murciélago y cosas parecidas (y los que las venden). Que los cuelguen a todos del palo mayor.


domingo, 19 de enero de 2020

Aventuras panaderas

Hace un par de meses publiqué una entrada sobre mis intenciones de hacer pan en casa. Como dije en ese post, en China encontrar pan decente que no se venda a precio de sangre de unicornio no es tarea fácil, así que intenté hacerlo yo a ver qué me salía. Preferiblemente sin tener que hacer cosas complicadas, como amasar, o comprar otro trasto más para mi cocina en la que ya no cabe ni un alfiler. Busqué recetas de pan sin amasado, compré harina de fuerza y levadura y con todas mis ganas me puse a hacer mi pan. El pan sin amasar se hace mezclando los ingredientes la noche anterior y horneando el pan a la mañana siguiente.

El primer pan.

En el primer intento algo falló. Yo no veía que la masa hubiera crecido, pero como no entiendo de estas cosas y había seguido la receta al pie de la letra, tiré palante y la metí en el horno. Resultado: una piedra. Aquel pan olía bien pero estaba durísimo. Casi se me rompe el cuchillo al cortarlo. ¿Qué había salido mal? En aquel momento yo no lo sabía, luego ya lo averigüé. La receta que seguí decía que había que dejar la masa en la nevera por la noche. MAL. La masa hay que dejarla a temperatura ambiente, por lo menos ahora en invierno.

Para los intentos posteriores cambié a otra receta que me pasó alguien con experiencia en el tema panadero. Si os interesa, es esta receta. Es a prueba de torpes como yo y me salió al primer intento. 

¿A que es bonito?

La receta dice que hay que cocerlo dentro de una cazuela de hierro fundido, pero esas son muy caras. La misma persona que me recomendó esta receta (una chica alemana) me dijo que ella utilizaba una cazuela de barro de Taobao. Son las típicas cazuelas que usan los chinos para hacer sopa y tienen un agujerito en la tapa que se puede tapar con un poco de papel de aluminio. ¡Voila! Ya tenemos una cazuela barata para cocer el pan. La mía costó 30 yuanes, me parece (menos de 5 euros).

La cazuela barata.


No he vuelto a comprar pan, ahora siempre lo hago yo. Como prácticamente me lo como yo sola, hago solamente uno a la semana. Preparo la masa el jueves por la noche y lo horneo el viernes para tener tostadas el fin de semana. También le doy algunos mordisquitos al pan el viernes, cuando está todavía calentito, claro.

El pan de otro día. Cuando me queda la masa más húmeda, el pan sale más aplanado porque se desparrama por todo el fondo de la cazuela. Todavía no le he pillado el punto a la cantidad de agua.


Estoy contentísima con mis panes. Y los ingredientes se encuentran fácilmente en China y son baratos. Vamos, que las panaderías que están vendiendo esos panes a más de 20 y más de 30 yuanes están haciendo el negocio del siglo. Mi próximo paso será probar otras harinas y quizás semillas. De momento he usado solamente harina de trigo blanca e integral, pero ya he comprado también de centeno para probar. Y, ya que estaba, una semana hice magdalenas de calabaza y chocolate negro. En vez de azúcar usé dátiles, que así parecen más sanas aunque engorden igual, jajaja.



¡Hay que aprovechar el invierno para usar el horno, que luego en verano no apetece nada!

viernes, 10 de enero de 2020

Mis libros sobre China de 2019


Qué importantes son las tradiciones anuales, ¿verdad? Esta vez os vais a librar de las lista de películas chinas porque el año pasado vi exactamente cero películas, chinas o no, pero para la de libros sí tengo algo de material. En 2019 leí menos de lo normal: 12 libros de solo letras y 6 cómics o libros con dibujitos. Uno de los libros con dibujitos era este sobre el año nuevo chino del que ya hablé en una entrada, así que aquí voy a hablar de los 5 libros restantes relacionados con China. También podéis ver las listas de 2016, 2017 y 2018.

- Muerte de una heroína roja, de Qiu Xiaolong
Una novela policíaca en el Shanghái de los años 90. Ya solo con esa descripción me parece superinteresante, jajaja. Una chica que es una trabajadora modelo (un concepto muy comunista) y una figura pública aparece muerta y el inspector Chen Cao se encarga de la investigación. Tirando del hilo, se acaba topando con altos cargos del Partido... Me pareció muy entretenido. Es el primero de toda una serie protagonizada por este inspector de policía. El autor es un chino que vive en Estados Unidos desde finales de los 80 y que escribe en inglés.




- Viento del este, viento del oeste, de Pearl S. Buck
El año pasado me pegué un atracón de Pearl S. Buck. Bueno, no exageremos, solo me leí tres de sus libros (tiene un porrón). Esta señora fue premio Nobel de literatura en los años 30 pero parece que ha caído en el olvido. Este libro va sobre una joven china de familia tradicional (bueno, pa mí que todas las familias chinas eran tradicionales a principios del siglo XX) a la que casan con un médico que ha estudiado en el extranjero. Toda la novela es en forma de cartas en las que esta joven le cuenta a una amiga a la que llama hermana lo que le pasa, sobre todo relacionado con su matrimonio y las excentricidades de su marido, que quiere obligarla a quitarse las vendas de los pies y a ser su igual, entre otras lindezas que ella no entiende en absoluto porque son contrarias a todo lo que conoce. Al final se va "occidentalizando".




- Carta de Pekín, de Pearl S. Buck
Esta otra novela de Pearl S. Buck va sobre una mujer americana casada con un hombre que es medio chino (de padre americano y madre china). Tienen un hijo y viven en China, pero con todos los conflictos y violencia de los años 40, deciden que la mujer y el hijo se vayan por una temporada a Estados Unidos. El marido se queda en China porque es rector en la universidad y no quiere abandonar a sus alumnos; además está convencido de que la situación va a mejorar rápidamente y su esposa y su hijo volverán pronto. El título hace referencia a las cartas que la mujer recibe del marido. Creo que muchos hechos de la historia reflejan partes de la vida de la autora.
Por cierto, ¿qué me decís de las portadas de estas ediciones viejillas de los libros de Pearl S. Buck? Son una joya, ¿eh?




- Tres vidas chinas, de Dai Sijie
Dai Sijie es el autor de Balzac y la joven costurera china, que tuvo mucho éxito y leí hace un par de años. Este libro es un poco distinto porque contiene tres historias bastante más dramáticas aunque, al estilo chino, contado de una manera que hace que el argumento no parezca tan dramático. Los protagonistas de cada historia son un enano, una chica que cree que su padre ha matado a su madre y un chico que tiene un hermano atado con cadenas porque está loco. Los tres viven en una isla ficticia donde se tira toda la basura electrónica de China y que se llama, para más recochineo, Nobleza.



- La estirpe del dragón, de Pearl S. Buck
El último libro de Pearl S. Buck que leí. Este va sobre una familia campesina que vive en una aldea cerca de una ciudad. Es la época de la invasión japonesa y los ejércitos nipones cada vez están más cerca, pero a los de la aldea les da igual porque creen que a ellos no les afecta quien gobierne; total, si ellos solo se ocupan de sus tierras. Hasta que llegan los japoneses y empiezan a pasar cosas feas...




jueves, 2 de enero de 2020

El festival Laba

¡Feliz año nuevo y feliz festival Laba! Hoy, 2 de enero, es una festividad tradicional china que se llama Laba (腊八节). La palabra Laba no tiene ningún significado especial, simplemente es el octavo día (ba) del duodécimo mes (la) del calendario lunar chino. Según Wikipedia, el festival Laba no se celebraba en una fecha fija y era una fiesta para desear una buena cosecha hasta que el budismo se extendió por China allá por el siglo I y de alguna forma este festival se asoció con esta religión. Desde entonces se celebra el día 8 del mes 12, que es también el día en el que los budistas celebran la iluminación de Buda. Según mi suegra, es simplemente una celebración que marca el comienzo del invierno de verdad, cuando hace frío frío. A ver si a partir de ahora me deja encender el aire acondicionado caliente durante el día.
Doodle de hoy de Baidu (hasta en los doodles ha copiado descaradamente Baidu a Google).

Papel recortado con motivos del festival Laba.


Como la mayoría de las fiestas tradicionales chinas, hoy no es día de asueto oficial pero se siguen algunas tradiciones. La principal es comer una sopa de arroz con un montón de ingredientes como alubia roja, bayas de goji, dátiles chinos, cacahuetes y un montón de cositas más. Le deben echar mogollón de azúcar porque está muy dulce. Esta sopa de arroz no se hace en casa sino que la dan gratis en los templos. La hermana de mi suegra es voluntaria en el templo Xiyuan y ayer fuimos pallá a recoger nuestras raciones. Había un tráfico de cuidado alrededor del templo y eso que no era el día de reparto oficial, era solo para los enchufados. Para los no enchufados, el día de ir a recoger la sopa gratis era hoy.
Mi comida de hoy. Taba rico.
El templo Xiyuan.


En un periódico de Suzhou he encontrado algunas fotos sobre el proceso de elaboración de la sopa. Según la noticia, unos 800 voluntarios han participado en las tareas de cocina, empaquetamiento y distribución.
Los ingredientes.
Una de las superperolas.

Empaquetando.


El festival Laba también es la última fiesta tradicional antes del Año Nuevo Chino... ¡la cuenta atrás ya ha comenzado! El Año de la Rata (o ratón, que no está clara la cosa) empezará el 25 de enero.