jueves, 27 de mayo de 2021

Viajar en la era covid

¡Estamos en España! Esto no entraba en nuestros planes para este año, pero sorpresas te da la vida. Vamos a tener que quedarnos aquí una temporada mientras se resuelven unos problemillas en China y quitan la ridícula cuarentena de 28 días para los que lleguen desde el extranjero (no voy a tener a un niño de tres años encerrado un mes cuando no hay necesidad ninguna). 

En el hotel de Abu Dabi.
 

Hicimos el trayecto en dos partes: de Shanghái a Abu Dabi, donde estuvimos una semana (de esto ya hablaré en otro post), y de Abu Dabi a Madrid. Debido a las restricciones por la pandemia de covid-19, el viaje fue bastante diferente de lo normal.

Lo primero es que, para que te dejen subir al avión, tienes que hacerte una PCR. Yo tuve que ir al único hospital de Suzhou en el que expiden el resultado en inglés, aunque no sé muy bien por qué lo quieren en inglés, si los únicos que lo miran son los del mostrador de facturación en Shanghái, que son chinos. Además, esta PCR tiene que estar hecha un máximo de 72 horas antes de tu viaje.

Al llegar al aeropuerto me llamó la atención lo vacío que estaba. El aeropuerto Pudong de Shanghái tiene bastante tránsito y muchísimos pasajeros y normalmente siempre está hasta la bandera. Pero ese día no había ni el tato y la mayoría de los mostradores de facturación estaban cerrados. ¡Solo había tres vuelos en toda la noche! (En la terminal de vuelos domésticos supongo que habría más movimiento). Pero, aunque no había casi pasajeros, todos los trámites eran mucho más lentos de lo normal. La del mostrador de facturación se miró y remiró nuestros documentos mil veces y examinó muy detenidamente el vuelo de salida de Emiratos Árabes Unidos a España (que encima era falso, no lo habíamos comprado aún, así que me acojoné bastante). Después de que me dieran las tarjetas de embarque tuve que rellenar un formulario que generaba un código QR que necesitaba para pasar a la zona de las puertas de embarque. La cola para entrar a esa zona era muy corta, pero iba lentísima. Un policía miraba que tuvieras el código QR y unos metros más adelante lo tenías que escanear en una maquinita. Después había que esperar cola otra vez para que te revisaran y sellaran el pasaporte, y allí también tardaban muchísimo más de lo normal, se tiraban 5 o 10 minutos con cada uno. Y después oooootra vez a hacer cola para pasar el control de seguridad. A todo esto, yo iba sola con el niño, menos mal que se porta muy bien (otra chica iba sola con dos niños y uno de ellos estaba todo el rato berreando, pobre).

Al final llegamos a nuestra puerta de embarque cuando la estaban abriendo ya y entramos al avión. Dentro hay que llevar la mascarilla puesta todo el rato, menos cuando estés comiendo, y te piden que te levantes lo mínimo posible. Por suerte nos habían dejado un asiento libre al lado (era una fila de tres para nosotros dos) y Baby A. pudo estirarse. Como era un vuelo de noche, durmió casi todo el rato.

No tengo fotos de ese vuelo, así pongo esta a título ilustrativo. Es de un parque infantil de Abu Dhabi en el que Baby A. se lo pasó pipa.

 

El avión iba más lleno de lo que pensaba. La mayoría de los pasajeros eran hombres chinos y, por lo que oí de sus conversaciones, eran de esos que van a trabajar en proyectos de infraestructuras financiadas por China en África. Muchos iban con el mono ese que cubre de cuello a tobillo y llevaban unas gafas como de soldador y guantes de látex, aparte de la mascarilla. Un poquito exagerados me parecieron porque, al fin y al cabo, todos salíamos desde China y la posibilidad de que hubiera alguien infectado en el avión era bastante baja.

Llegamos a Abu Dabi a las 5 de la mañana, hora local, y al bajarte del avión te hacían otra PCR y te registraban en su sistema para tenerte fichada. En el sexto y duodécimo día de estancia había que hacerse PCR de nuevo y te llamaban por teléfono y todo para avisarte. Como China estaba en la lista verde de países desde los que se puede visitar Emiratos Árabes Unidos sin necesidad de hacer cuarentena, nos pusieron una pegatina y nos fuimos para el hotel. A todo esto, no lo he especificado pero las PCR no se las hacen a los niños, para viajar solo se las tienen que hacer los adultos, al menos en China, EAU y España.

Para venir a España tuvimos que hacernos otra PCR en Abu Dhabi. Te la piden al facturar y en teoría deberían pedirla también al llegar a España, pero... ¡sorpresa! En Barajas no nos la pidió nadie, solo tuvimos que rellenar un formulario para generar un código QR y que nos lo escanearan. En el avión de Abu Dabi a Madrid veníamos como 20 personas, no había visto un avión tan vacío en mi vida.

Nadie por aquí...

Casi nadie por acá...

 

Se puede decir que volar es bastante coñazo en la era covid (en el primer vuelo a mí me apretaba tanto la mascarilla que no podía ni dormir), pero en la parte positiva está en que los sitios turísticos los tienes para ti sola. ¡Ya lo veréis en las fotos de Abu Dabi en mi siguiente entrada!