lunes, 29 de junio de 2015

Cuando un amigo se va

Una de las cosas que pasan muy a menudo cuando vives en China es que la gente se va. Vuelven a sus países, o se trasladan a un sitio nuevo. En los foros de expats siempre hay algún hilo de gente quejándose de "siempre tengo que estar haciendo amigos nuevos porque todo el mundo se va". Como cuando estudiaba en Beijing. Normalmente la gente solo venía para un año, y al curso siguiente todo eran caras nuevas. Es ley de vida.

Bueno, que me voy por las ramas. Miss Y. se ha vuelto a España, después de un montón de años en Shanghai. Se vuelve a montar su propio negocio y esperamos que le vaya muy bien. La echaremos de menos, claro. Incluso echaremos de menos cuando nos llamaba por teléfono porque estaba en el salvaje oeste de China y se había subido en un autobús sin saber a dónde iba. O cuando le echaba la bronca al dueño de un restaurante porque la comida no estaba buena. O cuando entraba en absolutamente todas las tiendas y miraba y preguntaba el precio de todas las cosas y regateaba durante media hora. Yo siempre la he admirado porque, si yo no hablara chino, ¿habría aguantado aquí tanto tiempo y me habría desenvuelto tan bien? Probablemente no.

Miss Y. y yo nos conocimos de leernos en el fotolog. Un día tuve que ir a Shanghai desde Beijing para una entrevista de trabajo. Y miss Y., muy amablemente, me invitó a quedarme en su casa. Así sin conocerme de nada. Y si llego a ser una asesina, ¿qué? Pues así me planté en Prados Verdes, llamé a la puerta del décimo piso y miss Y. me estampó un beso en cada mejilla.

Super primicia mundial: la primera foto que miss Y. y yo nos hicimos juntas. Septiembre de 2009. Cuando la palabra selfie no existía todavía.

Aunque no nos veíamos muy frecuentemente, miss Y. era una presencia constante en Shanghai. Ahora se ha quedado un hueco vacío...

Lo que no se ha quedado vacío es mi armario, porque miss Y. me ha provisto de tal cantidad de ropa casi sin usar que no necesitaré pasarme por el Uniqlo en dos años.

¡Mucha suerte en los negocios, miss Y.! Nos veremos de visita en China o en España.

miércoles, 24 de junio de 2015

El festival Duanwu

El fin de semana pasado se celebró el festival Duanwu, que es una fiesta tradicional en China en la que se hacen carreras de barcos dragón y se comen zongzis. De esta fiesta ya he hablado anteriormente aquí y aquí. Pero aunque todos los años me harto de comer zongzis (qué ricos están), hasta ahora nunca había presenciado la segunda parte de la fiesta: las carreras de los barcos dragón.
Me dije que de este año no pasaba y efectivamente el sábado hice el enorme esfuerzo de levantarme a las 8 de la mañana para ir a ver las carreras. Es que los chinos lo organizan todo muy temprano. Se deben levantar cuando amanece, lo que en esta época de año y en estas latitudes ocurre sobre las 4.30 de la madrugada.

Pues eso, que el sábado por la mañana fuimos a ver las carreras de los barcos dragón. En Suzhou las hacen en el lago del Pollo Dorado (金鸡湖), que está al ladito mismo de mi casa. Bueno, a media hora andando, porque en mi barrio las avenidas son muy anchas. A C. se le ocurrió que fuéramos en coche y para qué. Evidentemente todos los aparcamientos cerca del lago estaban petados. Yo ya pensaba que tendríamos que volver a casa a aparcar, pero C. tenía un pase de espectador que le habían dado en la oficina (su empresa patrocina las carreras), se lo enseñó a un policía con cara de poco espabilado y nos dejó aparcar en el sitio "vip".

El "paseo marítimo" al lado del lago estaba hasta la bandera, como es de esperar en China.




C. fue a pedir prestado otro pase a sus compañeros de trabajo y pudimos entrar en la zona donde los equipos participantes esperaban su turno y veían las carreras. Desde allí no se veía mucho así que fuimos dando la vuelta al lago hasta llegar a la zona de la meta.

El punto de salida.


La meta.
Los barcos son muy estrechitos y los que reman se sientan de dos en dos y cada uno rema por un lado. También hay un tambor muy grande y un chico que lo aporrea para marcar el ritmo y que todos remen a la vez.



Por las fotos que he visto en internet, en Taiwan los barcos tienen una pedazo de cabeza de dragón, no como los de Suzhou que parecen serpiente más que dragón. Las tradiciones chinas se han conservado mejor en Taiwan.

Qué calor hacía el día de las carreras, dios santo. Estuvimos una hora y nos fuimos, y el resto del día estuve con dolor de cabeza.

lunes, 15 de junio de 2015

Evento blogueril

El jueves me invitaron a ir a la fiesta de lanzamiento de la aplicación Shanghai Bloggers en un restaurante fashion en Huaihai Lu. ¿Qué pintaba yo ahí, rodeada de profesionales de la publicidad y el marketing con blogs sobre vida sana o moda? Pues no lo tengo muy claro. Pero la chica que ha hecho la aplicación me envió un email con la propuesta de añadir mi blog en inglés a la lista de blogs disponibles. Tras dudar un poco acepté. Y ahí me tenéis, catalogada como Shanghai Blogger y en una fiesta llena de extranjeros.

La verdad es que no me esperaba una fiesta tan peripuesta. En un restaurante muy glamuroso con un ascensor privado forrado de piel de vaca. Supongo que auténtica, porque es un restaurante de chuletón de ternera. Yo llegué un poco tarde porque trabajo y tal. El evento era en la terraza. Y qué de gente había, madre mía. Todos guiris. Y todos parecían conocerse. Yo estaba un poco en plan "Pues se ha quedado buena tarde". Qué mal se me da entablar conversación con gente que no conozco de nada.

Las vistas desde la terraza donde se celebraba el evento.

La fiestaca.

Al final acabé hablando con unas chicas muy majas que entablaron conversación conmigo cuando me tocó un premio en el sorteo (unos paquetes de frutos secos, té y una clase de cocina en un restaurante pijo de comida sana). Una de estas chicas trabajaba en una de las empresas patrocinadoras del evento y había preparado regalos personalizados para cada bloguero. A mí me dio zongzis porque había leído mi blog y sabía que me gustaban, jajaja (su empresa es un supermercado de productos orgánicos e importados).

Luego acabé hablando con un chino (creo que era el único que apenas hablaba inglés de todos los presentes) que era el novio de un bloguero británico. Era muy majo y me confesó que siempre intentaba escaquearse cuando su novio iba a este tipo de eventos porque le aburrían soberanamente, que a él lo que le gusta es ir al karaoke y a comer pinchitos.

Había un montón de patrocinadores y acabé volviendo a casa con 4 bolsas de regalos, la mayoría comida y cupones para gastar en restaurantes. Es la primera vez que obtengo algo de valor monetario por contar mi vida en internet, jajaja.

El botín. Acabo de caer en la cuenta de que he cometido el grave error de llevar la tableta de chocolate a Suzhou. A ver si queda algo cuando vuelva el viernes.

martes, 9 de junio de 2015

La vecina gilipollas

El otro día en Suzhou volvíamos de pasear a la perra y cuando estábamos entrando en el ascensor para subir a casa apareció una vecina con su hijo y entró también.

En China los vecinos no se saludan. Si alguien que no conocen les dice hola se quedan como extrañados. "Qué querrá de mí esta persona", deben pensar. A mí me da más apuro cruzarme con alguien en la escalera y no decir nada, así que en Shanghai saludo a todos los viejitos de mi bloque. La mayoría me devuelven el saludo. "Qué raros son estos extranjeros", dirán para sus adentros. En Suzhou casi nunca me cruzo con nadie porque hay pocos apartamentos en el edificio y además solo estoy los fines de semana.

Bueno, pues la vecina. Nos ve con la perra y suelta de sopetón: "¿Sois los del undécimo?". Yo pensé que quería conocernos, ya iba a sonreír y todo, cuando sigue diciendo: "No escuchéis música después de las once de la noche". Y a continuación espeta: "Y vuestro perro ladra por la noche". A lo que C. ya cabreado, responde: "Nuestro perro no ladra". "¿Ah, no? ¿Entonces qué perro es?", "Y yo qué sé, hay muchos más perros en el edificio".

Pero, a ver, ¿qué modales son esos? Señora, ¿usted se cree que hablando así se consigue algo? C. quería ponerse a arrastrar muebles a medianoche para joderla. Yo no le dejé, no vamos a empezar una guerra por una tontería.

C. dice que los chinos cuando tienen que resolver un problema con otra persona van así, avasallando. Que si vas de buenas no te hacen ni puto caso. Pues yo creo que es lo contrario, si te vienen chuleando te van a entrar ganas de hacer todo lo posible por fastidiar (exactamente lo que C. quería hacer).

A mí me entraron ganas de echarle una perorata a la señora. "Señora, ¿pero qué manera de hablar es esa? ¿No hubiera sido mejor, aquí delante de su niño, hablar con educación? Por ejemplo diciendo algo en plan: Mirad, es que tengo un hijo pequeño, se tiene que acostar temprano, si podéis evitar poner música alta por las noches, bla bla bla". Vamos, así seguro que todos hubiéramos acabado contentos, en paz, y yo hasta le hubiera bajado un bol de natillas a su hijo.

Nico solo ladra si le provocan.

miércoles, 3 de junio de 2015

Conversaciones de vestuario

He empezado a ir al gimnasio (¡horror!). Nunca en mi vida había ido, pero hace unos tres meses me entró un ataque de lumbago y me acojoné un poco. Si con 30 años no puedo atarme los zapatos apaga y vámonos... Otro de los factores determinantes que han influido en mi decisión es que uno de los beneficios aparte del sueldo que me dan en el trabajo es que la empresa paga la mitad de lo que cueste la suscripción del gimnasio, con lo que me ha salido por menos de 2000 yuanes un año entero.

Empecé a ir el lunes. De momento solo he probado la piscina, no me veo yo mucho en las máquinas de correr. Hay clases de yoga, spinning y otras cosas; yoga quizás lo pruebe, spinning no creo porque me moriría, básicamente.

Lo más fascinante del gimnasio son las conversaciones de los vestuarios, sin duda. El lunes, en mi estreno gimnasiero, fui testigo de la siguiente, entre varias señoras de mediana edad:

- Mi hija y su marido están todo el día de cachondeo, que si ahora salimos por la noche, que si ahora nos vamos de viaje... Dicen que no quieren tener hijos, quieren divertirse.
- Pues la mía igual. Yo le he dicho que si no se queda embarazada ya, ¡tendré yo otro hijo!

Inquietante, ¿verdad? Si es que es un reflejo de la vida misma. El mayor deseo de las señoras chinas es tener un nieto. Si es niño y está gordito, mejor.

Otro día, hace unos meses, cuando iba a una piscina pública al lado de un colegio, oí esta otra conversación entre varias niñas de unos 10 años:

- Mirad este vestido rosa qué bien me sienta con mi color de cara.
- Yo nunca llevo ropa blanca porque entonces parece que estoy muy morena. [En China estar morena es el colmo de la fealdad].
- Pues yo nunca llevo ropa negra porque soy muy pálida y parece que estoy muerta.

Otra cosa curiosa de los vestuarios es que las mujeres chinas no tienen ningún tipo de pudor. Van de la ducha a la zona de taquillas en pelota picada (yo intento envolverme con la toalla) y se ponen a secarse el pelo como dios las trajo al mundo.

Dentro de las duchas hay unos carteles (impermeables) de publicidad de una clínica de cirugía estética. Por si los resultados que consigues en el gimnasio no te acaban de convencer.

Este no es el anuncio de las duchas, de ese no tengo foto. Este está en el ascensor. C. dice que la cara de la chica después de operarse da miedo.


¿Seré constante con esto del gimnasio? Espero que sí, porque a mí me duele físicamente pagar por algo y no usarlo, jajaja.