viernes, 11 de junio de 2021

Una semana en Abu Dhabi

 A mediados de mayo pasamos una semana en Abu Dabi, una paradita entre China y España. He de decir que yo no tenía pensado visitar Emiratos Árabes Unidos (no por nada en especial, sino porque simplemente no me llamaba la atención y además cae lejos para ir de vacaciones, tanto desde China como desde España) y simplemente acabamos allí porque los chinos no necesitan visado (los españoles tampoco). Aunqueno entrara en mis planes, estuvo interesante ver un sitio tan diferente a lo que estamos acostumbrados.

Emiratos Árabes Unidos es la unión de siete emiratos distintos y tiene una población total de unos 10 millones, de los que solo el 10% son nativos, los demás son trabajadores extranjeros. Abu Dabi es la capital del país, aunque no la ciudad más famosa, honor que le corresponde a Dubai. No fuimos a ningún sitio fuera de Abu Dabi porque se necesitaba PCR y porque llevábamos una montaña de equipaje. Ya para la próxima...

Abu Dabi es una ciudad muy moderna de apenas 50 años de edad. Las calles son anchas, pensadas para los coches porque allí, ir a pie, lo justo, con tanto calor (hasta las paradas del autobús urbano estaban cerradas y tenían aire acondicionado). Hay muchos rascacielos, parques, playas y centros comerciales que cierran a las 12 o la 1 de la noche (a algún sitio tiene que ir la gente si no se puede estar en la calle del calor que hace).

Aunque ya hacía mucho calor, todavía no era el peor mes del año y pudimos visitar los lugares turísticos de rigor. Una ventaja de viajar ahora con todo el rollo del covid es que no hay turistas y tienes los sitios enteros para ti. 


Qasr Al Watan o Palacio Presidencial, tan reluciente que hay que mirarlo con gafas de sol.

 

Bola gigante hecha con palabras en árabe, dentro del palacio presidencial.


Cuando fuimos a la Gran Mezquita yo sabía que tenía que ir con manga larga y pañuelo en la cabeza (mejor no pongo foto de mis pintas, las policías de indumentaria casi no me dejan pasar porque decían que mi camisa se transparentaba) pero no sabíamos que no se pueden enseñar tatuajes. Menos mal que yo llevaba una chaqueta que C. se pudo poner para taparse los brazos. Si alguna vez vais a esta mezquita, que sepáis que ofrecen una visita guiada gratis (y el guía no espera propinas, cuando acaba se va directamente). Si vas con el guía puedes entrar a la sala de oración, si no solo puedes mirar desde la puerta. No había prácticamente nadie así que tuvimos una visita privada con una guía muy simpática. Por cierto, qué bien arreglada va siempre la gente de allí, ellas perfectamente maquilladas y con las cejas bien hechas (qué debían pensar de mí) y ellos de blanco impecable y con la barba cortita y bien arreglada.

La hicieron tomando como modelo el Taj Mahal.

Resulta que esta es la alfombra más grande del mundo. Yo le tuve que preguntar a la guía cómo la metieron y colocaron allí (por partes).



Había unas playas bien majas pero no fuimos porque hacía demasiado calor. Sí me remojé los pies en esta calita que nos encontramos en un parque.


Y luego un helado (que se derritió en cero coma).


También visitamos el edificio más antiguo de Abu Dabi (que tampoco lo era tanto), una fortaleza de cuando la ciudad no estaba y solo había desierto. Era la fiesta de Eid, después del Ramadán, y vimos a unos señores cantando y tocando instrumentos tradicionales. Lo estaban grabando para la tele o algo así y allí salimos haciendo el guiri.

Por cierto, Baby A. se pensaba que había un señor con túnica blanca persiguiéndonos por todas partes... No le cabía en la cabeza que fueran hombres distintos con la misma ropa.

 

 ¿Sabíais que en Abu Dabi hay una sucursal del museo Louvre? Yo no, jajaja. Pues ahora ya he ido al de París y al de aquí.

Un edificio muy moderno.

 

Y, obviamente, también estuvimos en prácticamente todos los centros comerciales de la ciudad.

Foto hecha por Baby A. en la azotea de un centro comercial.

Decoraciones de Ramadán.

Había un montón de cosas para entretener a los niños.

 

¡Hasta hicimos amigos allí! C. contactó en LinkedIn con uno de su industria y fuimos a cenar un día con él y su novia, majísimos. Él era de Argelia y ella de Palestina, esto era en medio de esos ataques de Israel el mes pasado y os podéis imaginar mi cara cuando dijo que era palestina, la pobre.