jueves, 13 de diciembre de 2018

La fiesta de los 100 días

El domingo pasado, 9 de diciembre, fue el día 100 fuera de la barriga de Baby A. y para celebrarlo organizamos una fiestaca, como es costumbre por estos lares. Supongo que es más o menos el equivalente a los bautizos en España, pero sin la carga religiosa. En la fiesta de los 100 días lo que se hace es invitar a toda la familia y amigos para que vean al bebé. También hay algunas tradiciones como raparle la cabeza, pero yo de esto pasé y nadie dijo nada (menos mal). Al final tampoco se puso ninguno de los oros que le habían regalado durante estos meses (menos mal x2).
Baby A. llevando todos los oros que le han regalado.

Hicimos la fiesta en un hotel que hay aquí cerca y había más invitados que en la boda china (y que en la española). ¡¡Unos 180!! C. invitó a todo quisqui de sus amigos y del trabajo y su madre también invitó a sus amigas. Este tipo de fiestas sirven para recuperar todo el dinero que has tenido que dar cuando otra gente tiene hijos, ya que es costumbre dar un sobre rojo con dinero a los padres del bebé. Pero en realidad todo lo que recuperas te lo acabas gastando en la fiesta...

Últimamente las fiestas de los 100 días a las que he ido se están saliendo de madre y tienen entretenimiento y regalos para los niños asistentes. Yo lo odio porque aquello se convierte en un gallinero insoportable con música a todo trapo y no puedes ni comer a gusto. Así que no tuvimos nada de eso y los niños invitados tampoco se aburrieron, si los niños con correr entre las mesas y jugar con los globos de la decoración ya se lo pasan pipa. Lo que sí dimos fue un regalo de agradecimiento por familia, como es tradición. Era una caja con unos pastelitos de estilo chino que están buenísimos.
Y además son muy bonitos. La pastelería se llama 唐饼家 Tang's Cake y es de Shanghai, pero en Suzhou también hay sucursal.

Todo el mundo estaba muerto de curiosidad por ver al bebé porque en China están obsesionados con los bebés extranjeros o mezclados y nosotros no habíamos colgado ninguna foto suya en internet. En chino hay hasta una palabra especial para describir la acción de compartir fotos de tu bebé en redes sociales: 晒娃.
Bueno, C. colgó una serie de fotos pero con este filtro que te pone cara de muñeca pepona.

Todos los invitados (sobre todo las invitadas) querían cogerlo en brazos y Baby A. fue pasando de mano en mano todo el rato. Pero, oye, él contentísimo. Le encanta que todo el mundo le haga caso (por lo menos de momento, no sé si más adelante se volverá tímido). Se portó muy bien y lanzó sonrisas a diestro y siniestro. Luego, al volver a casa en el coche, cuando ya no había invitados delante, se cagó enterito, la caca (a.k.a. puré de calabaza) se salió por el lado del pañal y atravesó dos capas de ropa. Al menos esta vez no llegó a la sillita. No os preocupéis, de eso no os voy a poner foto.

La fiesta la organizó C. y yo solo elegí el menú, mandé unas fotos para que hicieran la decoración y compré los pastelitos de regalo. Así que yo no tenía ni idea de cómo se iba a ver el sitio y me sorprendí gratamente.



Nuestra mesa.

C. dando un discurso.

Aparte de los típicos sobres rojos con dinero, a Baby A. le regalaron un osito con luces y música, una pandereta electrónica que habla en inglés y unos libros.