viernes, 20 de diciembre de 2019

La Navidad en China

¡Madre mía, que ya es 20 de diciembre y yo con estos pelos! (Literalmente; últimamente paso hasta de peinarme). Las navidades ya casi están aquí. Durante mis primeros años en China ni las celebraba porque, total, si no es fiesta y hay que ir a clase/a trabajar. Pero hace dos o tres años me dio por intentar preparar algo especial e invitar a los padres de C. Son bastante abiertos y les hace gracia probar comida occidental aunque no para todos los días, claro, ellos sin su arroz y sus tallarines no pueden vivir. ¡Pero una vez al año no hace daño!

Este año no haré cena de Nochebuena porque C. ha reservado una cena en un hotel, así que a ver si para Nochevieja me animo y preparo algo. Tengo ganas de volver a hacer el pastel de langostinos y las magdalenas de espinacas y champiñones que hice otros años.

Lo que peor llevo es lo de comprar los regalos. Es imposible comprarle nada a C. porque siempre se lo compra todo él. El año pasado le compré un juego de la Play y dos días antes de Navidad se presenta en casa con el mismo juego en la mano... ¿es pa matarlo o no? Así que este año le he comprado una cosa bastante rara que no sé ni siquiera si le gustará. Pero sorpresa será seguro, jajaja. A mí no me gusta comprar regalos por obligación, porque es determinada fecha; prefiero comprar cuando veo que la otra persona necesita o quiere una cosa específica. Pero bueno, ahora con el niño hace gracia hacer lo de los regalos.

En China el día de Navidad no es fiesta, como ya he dicho, y nunca ha sido una fiesta que se celebre aquí porque no hay una mayoría cristiana. Pero ahora con la globalización y todo esto, los jóvenes se han hinchado a ver películas americanas y ahora la Navidad también se "celebra" aquí. Debe ser un poco como Halloween en España. Pero mucha gente no tiene claro de qué va la Navidad en el fondo. Una vez le pregunté a la madre de C. y dijo que era el cumpleaños de Papá Noel, ¿no? (Probablemente yo pensaría lo mismo, si ya la parte religiosa ni se menciona apenas).

La Navidad en China tiene algunas características especiales (podemos llamarla "Navidad con características chinas", como el "socialismo con características chinas"). La más llamativa es que en Nochebuena se regalan manzanas. Sí. Es porque Nochebuena en chino es 平安夜 (ping an ye) y manzana es 苹果 (ping guo). Esos dos ping se pronuncian igual y a los chinos les encanta relacionar dos conceptos según su pronunciación (el 4 es el número de la mala suerte porque se pronuncia igual que "muerte"). Estas manzanas navideñas son bastante grandes y bastante caras también, he llegado a ver precios como 60 yuanes (8 euros) por una manzana. Las empaquetan en una caja o bolsa muy bonita, eso sí.
Y a veces llevan tatuajes también.

Otra cosa que es distinta es que aquí la Navidad se considera una fiesta romántica, no familiar. Debe ser por todas las comedias románticas navideñas. La cosa es que en Nochebuena todos los restaurantes están petados de parejitas jóvenes.

Lo que es igual es el aspecto consumista. Aquí no hay costumbre de intercambiar regalos ni creo que Papá Noel visite a muchos niños chinos, pero la Navidad se ha convertido en otra excusa para gastar dinero. Pero, al contrario que en España, aquí hay rebajas antes de Navidad. El otro día fui a un centro comercial y tenían rebajas en todas las tiendas de ropa, y en Taobao he visto que tienen una promoción también estos días.

El año pasado (o el otro, ya no me acuerdo) hubo una especie de campaña para que no se celebrara la Navidad y los centros comerciales no pusieron ninguna decoración. El motivo oficial era que se tenía que dar más importancia (en el aspecto decorativo) al Año Nuevo Chino, que es la fiesta de aquí de toda la vida. Pero parece que ya se ha olvidado esa campaña (igual que la de liderar la transición ecológica mundial, je) y este año los centros comerciales sí han podido poner árboles de Navidad. Aquí van unas fotillos de los centros comerciales a los que he ido.





Pues nada, ¡felices fiestas y eso!


jueves, 12 de diciembre de 2019

El restaurante familiar

El sábado pasado fuimos de cena con varias chicas españolas que conozco de un grupo de WeChat y sus familias. Como todas tenemos niños pequeños, la organizadora eligió un restaurante familiar, también llamado "restaurante de padres e hijos" en chino (亲子餐厅). Y se llama así porque permite mantener la paz familiar... ¿Cómo? Pues permitiendo que los padres se tomen un respiro mientras sus hijos corretean alegremente en una zona preparada para ellos. Me explico: aparte de tener mesas y sillas y servir comida, este restaurante tiene un montón de juguetes y áreas de juego diferentes y todo está acolchado para evitar chichones (bueno, menos las mesas de mármol...).

Yo no estaba segura de si Baby A. iba a jugar mucho porque en casa no le hace ni puñetero caso a sus juguetes la mayoría del tiempo pero pensé que, como íbamos a estar con españoles, C. podía encargarse de él mientras yo charlaba. O turnarnos o algo. Pero al final... ¡sí que jugó él solito! ¡Milagro! ¡Durante 3 o 4 horas ni se acordó de mi presencia! ¿Cómo puede ser? Veamos unas fotos del sitio, a ver si así se explica:

El comedor, vamos, lo que es un restaurante normal.

¡Hala, qué chulo! ¡Un supermercado para jugar! ¡Y un puesto de helados!

Detalle del puesto de helados. Por supuesto no estaba tan ordenadito cuando fuimos.

Supercocina con todo lo necesario. Tenía hasta cosas como microondas, horno de pizzas o batidora de juguete. ¿Y no es monísima esa barbacoa?

Esto no era arena, sino cubos del tamaño de dados.

Piscina de bolas a la izquierda y laberinto a la derecha. Baby A. se metió solito en el laberinto y se puso a trepar.
También había libros.


Baby A. jugó un poco en todas partes y la cocinita le flipó porque siempre le ha gustado ver cómo se hace la comida.


El hecho de que mantenga a los niños tan entretenidos es un GRAN punto a favor de este restaurante, a pesar de que la comida no sea muy allá y los precios sean bastante caretes. ¡Pero poder comer y charlar tranquila durante más de 10 minutos seguidos no tiene precio!

¿Hay sitios así en España? Cuando yo era pequeña desde luego no, ahora no sé. Claro que allí tampoco hace tanta falta porque se puede llevar a los niños al parque. Aquí en el residencial también hay zonas con algunos columpios pero son bastante pequeñas y cuando hay mucha contaminación no se puede ir...


jueves, 21 de noviembre de 2019

La feria internacional de libros infantiles de Shanghai

El finde pasado fuimos a Shanghai para visitar la feria internacional del libro infantil. Yo no sabía que esta feria existía hasta hace dos semanas, así que no estaba muy segura de qué me iba a encontrar. Compartí el evento en un grupo de madres de Suzhou y un par de ellas dijeron que creían que era más que nada una feria para profesionales del sector, pero para allá que nos fuimos de todas maneras. Yo iba con la esperanza de poder comprar algún libro para Baby A. (le voy a tener que cambiar el nombre porque ya de bebé tiene poco). En la web de la feria había visto que incluso había un stand con editoriales españolas y ya me emocioné, porque en China solamente puedo conseguir libros en español de algunos vendedores de Taobao que revenden excesos de pedidos o ejemplares un poco dañados de libros impresos en China.


Según la web de la feria, es la más grande de este tipo en toda Asia. ¡Y era supergrande de verdad! No me dio tiempo a ver todas las casetas porque estuvimos poco tiempo y con el niño tampoco era plan. No todos los stands eran de libros, también vi algunos de manualidades, programas de estudio (que para eso estamos en China) y cosas así. También había charlas con autores y actividades para niños. Pero la mayoría eran de editoriales y había muchos libros a la venta, la mayoría en chino e inglés, aunque también vi en alemán y neerlandés. El stand de España estaba en la parte reservada a los profesionales del sector pero pude entrar porque a última hora abrieron esa parte al público. Los del stand de España ya se habían pirado y lo único que pude encontrar fue un catálogo de los libros que habían estado promocionando. Otros stands de la parte profesional, como los de Australia, Francia o Polonia sí seguían abiertos. Vamos, que los de España picaron espuela antes de tiempo. Siempre dando buen ejemplo...
El stand de Alemania era bonito y profesional. Y siguió abierto hasta el final.

Había bastante gente pero como la feria era muy grande no estábamos muy apretujados. Bueno, por los pasillos, dentro de los stands donde hacían descuentos gordos ya era otro cantar. Como era ya el final de la feria, los expositores querían venden todo lo que fuera posible y hacían descuentos finales de más del 50% anunciándolos con un megáfono. Aquello parecía el Black Friday o el primer día de las rebajas de El Corte Inglés.
Una caseta mona.

En esta foto parece que estaba la feria vacía, ja.

Actividad de pintura en un stand.


Aunque estuvimos poco tiempo pude comprar algunas cosillas. A Baby A. le ha encantado el libro del grupo musical, le flipan los libros con música. Para conseguir libros nuevos en español tendré que seguir dependiendo de Taobao...


miércoles, 6 de noviembre de 2019

Receta de pan... a lo chino

Comprar pan decente en China es tarea difícil. En algunos sitios se pueden encontrar baguettes o panes con semillas, pero seguramente son hechos de forma industrial y luego los hornean en la panadería de turno. Además, no son baratos que digamos. A veces también te llevas sorpresas, como comprar un pan con semillas por fuera y que al cortarlo ves que tiene dentro trozos de tarta de queso... ajá. Sí. Muy bien.
Para que veáis que no me lo invento.


Así que he decidido hacer pan yo en casa. No sé cómo saldrá, porque me tengo que apañar con la harina y la levadura que venden aquí. En mi primera intentona hice palitos de pan. Estaban buenos pero hay que comérselos en el día porque al día siguiente están ya más duros que la pata de Perico (mojados en leche se reblandecían y estaban bien ricos). Tuve que amasar durante unos 15 minutos y según la receta tras ese tiempo la masa no se debería quedar pegada a la mesa, pero la mía seguía estando pegajosa. Como ya estaba harta de amasar los metí al horno y al final salieron decentes.
No seáis superficiales, las apariencias no importan.


Para hacer el pan pan he buscado recetas de pan sin amasar, que no es plan de que se me pongan unos brazos como los de Popeye. La clave es mezclar todos los ingredientes y dejarlo reposar un montón de horas en la nevera. Crucemos los dedos porque qué ganas tengo de comer pan rico.

Pero bueno, que me voy por las ramas. Yo quería compartir con todos vosotros la receta de pan que viene en el paquete de harina que he comprado. Atención, porque no tiene desperdicio.



Ingredientes para un pan de 750 gramos:
- Un huevo
- 180 gramos de agua
- 30 gramos de aceite para ensaladas (¿?)
- 1 gramo de sal
- 80 gramos de azúcar
- 20 gramos de leche en polvo
- 400 gramos de harina
- 3 gramos de levadura

No sé qué saldrá de ahí. ¿Un brioche? ¿Un bizcocho? Pero un pan, pan, seguro que no. La receta que yo he buscado solo lleva harina, agua, sal y levadura. A ver qué tal me sale... bueno, a ver qué día me pongo a ello. Seguiremos informando.


miércoles, 23 de octubre de 2019

Excursiones por Cáceres

Viajar con un niño pequeño es un coñazo porque no aguanta estar sentado durante mucho tiempo, pero tampoco es plan de estar siempre en casa haciendo lo mismo. Así que, cuando estuvimos en Cáceres, fuimos a hacer algunas excursiones por los alrededores. A mí personalmente no me vino nada mal porque en la provincia de Cáceres hay sitios superbonitos a los que nunca he ido, o he ido hace más de 20 años. Parece que cuando llega la hora de planear un viaje solo se me ocurren sitios que están lejos, cuando cerca también hay un montón de cosas por descubrir.

Un sábado que habían venido mi hermano y B. fuimos a Hervás, un pueblo que hay en el norte de Cáceres y al que yo no sé si había ido alguna vez con alguna excursión del colegio. Sonarme no me sonaba nada. Hervás es famoso por su barrio judío y en general por ser un pueblo bonito. Además está a la entrada del Valle del Jerte, que tengo pendiente para el siguiente viaje.

Plaza de Hervás.
En verano se tiene que estar muy fresquito aquí.


Una calle típica de Hervás.


Había muchos castaños y C. ya empezó a montarse películas sobre exportar las castañas a China.
Queso de la zona.


Por la tarde aprovechamos para acercarnos a Granadilla, un pueblo que tuvo que ser abandonado en los años 50 debido a la construcción de un embalse. Al final el agua no llegó al pueblo y hace unas décadas se empezaron a restaurar las casas, aunque sigue sin vivir nadie allí. Pero van grupos de estudiantes para participar en las tareas de restauración y se quedan en las mismas casas restauradas. A mí me hubiera encantado que me llevaran con el instituto.
Castillo a la entrada de Granadilla.

Las casas restauradas y las derruidas.

El embalse de Gabriel y Galán.

La plaza de Granadilla.



martes, 15 de octubre de 2019

Viaje a Cataluña

Al final, entre unas cosas y otras, no tuve mucho tiempo para actualizar el blog en España. Ahora que estoy de vuelta a la rutina, ya tengo tiempo para ponerme al día y contaros qué más hice en mis vacaciones. Vamos pues con la crónica de nuestro viaje a Cataluña, donde viven aproximadamente la mitad de los 10 lectores de este blog.

Normalmente vamos allí en coche, pero con el niño eso podía ser la muerte a pellizcos así que fuimos en avión desde Badajoz, que solo se tarda una hora y poco. El aeropuerto de Badajoz tiene dos vuelos al día y en la cafetería se desayuna muy bueno y barato, lo que no se puede decir de prácticamente ningún otro aeropuerto.



En Cataluña estuvimos de visitas familiares y también hicimos turismo gracias a la magnífica guía y chófera que es Tita N. Un día hicimos una comilona familiar y nos juntamos 30.
Superpaellas.

Supermesa.

Estuvimos en Valls, Tarragona, Cambrils y Reus. Visitamos una bodega de la zona, fuimos a las fiestas de Santa Tecla, vimos castells, nos cayeron dos tormentas y vimos el arcoíris dos veces, probé los calçots por primera vez en mi vida y fuimos a un manicomio. Vamos, una visita bien completita.
Abuelas en pleno paseo.

Con esta casa C. se empezó a hacer paranoias mentales de montar un hotel y traer chinos.

Calçotsde Valls, aunque sean fuera de temporada. Por lo menos los he probado.

Castellers petrificados en Tarragona.

Después de la tormenta en Cambrils.

Manicomio donde ya quisiera estar más de uno en Reus.



martes, 10 de septiembre de 2019

Vacaciones en Chipiona

¡Qué ganas tenía de venir a España y no tener que estar todo el rato mirando la app de la contaminación! ¡Aquí hay cielo azul todos los días! ¡Viva, viva!

La segunda quincena de agosto la pasamos en Chipiona, para no faltar a las tradiciones y continuarlas con Baby A. Se lo pasó teta encroquetándose y bañándose en la playa y, como podéis ver en las fotos, su uniforme oficial era la camiseta de surf y el gorro de los dinosaurios.


 
Esa pala roja creo que es de cuando yo era pequeña. Hasta las cosas de plástico las hacían mejor antes...

En Chipiona siempre hacemos lo mismo cada día: playa por la mañana, piscina por la tarde y cena fuera o paseíto y helado por la noche. Pero este año con el peque no hemos salido casi por la noche porque a las 9 ya le entraba sueño. Yo salí un par de días con mis amigos, dejándolo previamente acostado, y uno de los días se despertó y no quiso volver a dormirse sin mí. El otro día sí se quedó dormido, menos mal.

Con mis amiguitos de toda la vida. Yo la más blanca de toda la playa.

Un día que fuimos a comer por ahí.

¿Que por qué no sale C. en ninguna foto? Porque todavía no está aquí... ¡llega el viernes!

jueves, 15 de agosto de 2019

Qué ganas de vacaciones

Parecía que este momento no iba a llegar nunca, pero ya solo falta un día para mis vacaciones. ¡¡¡Bieeeeen!!! El sábado por la noche vuelo a España. El año pasado no pude ir y la última vez que salí de China fue en febrero de 2018, cuando fuimos a Malasia, así que os podéis imaginar las ganas que tengo de pirarme. Más que nada porque estoy hartísima de la contaminación; este año no hemos tenido un respiro ni en verano. Y no poder abrir las ventanas y casi ni salir de casa (también por el calor húmero asqueroso) afecta a los ánimos de cualquiera. Ya habéis visto que ni ganas de actualizar el blog he tenido, básicamente porque no tengo nada que contar. Creo que lo más emocionante que he hecho en las últimas dos semanas ha sido ir al banco para transferir dinero a España. Tuve suerte y el trámite solo duró una hora y media. Otra novedad es que mi señora madre llegó el viernes pasado y el sábado nos volvemos juntas con Baby A. Y el fin de semana pasado tuvimos un tifón que trajo un montón de lluvia y se nos inundó el piso de arriba.

Así nada, aquí os dejo con unas fotos de los últimos días y a ver si en España me refresco y me inspiro para seguir escribiendo.
El día que fui al banco tuvimos el mejor aire de todo el año.

A Baby A. le flipan los peluches gigantes.

Mini sandías a precio de oro en el supermercado. He buscado en google y resulta que más que sandías, son como pepinos.

Composición artística con mopas en el Auchan.