La principal atracción turística que hay en
Tianshui es la montaña Maiji, donde hay excavadas un montón de estatuas budistas. Los lugareños hinchan el pecho y la meten en el mismo grupo de las cuevas budistas más famosas de China (
Longmen,
Yungang y Mogao). La verdad es que las cuevas de Maiji son bastante más humildes, pero aun así se dejan ver.
Vista desde lejos la montaña Maiji es bastante impactante: una pedazo de roca con escaleras y agujeros por el medio.
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La entrada a la montaña. |
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Un poco más de cerca. |
Ese día estaba yo sin muchas fuerzas para trepar como las cabras ya que el primer día en Tianshui no sé qué comí que eché hasta la primera papilla (por arriba y por abajo, ¿demasiada información?) y durante un par de días comí solamente arroz blanco y poco más. Al ver aquellas escaleras pensé que me iba a dar un chungo, pero la verdad es que fueron bastante asequibles. Mucho más que la típica montaña china con escaleras de cemento. Será que la idea de ver las esculturas me dio fuerzas. ¡Lo que me gusta un pedrusco viejo!
La mayoría de los relieves y esculturas de la montaña Maiji (que, por cierto, en chino se llama 麦积山
maiji shan) son de la dinastía Wei del norte (siglos IV-VI d.C.). Por aquella época fue cuando se introdujo el budismo en China, proveniente de India. Durante un tiempo los dirigentes chinos se opusieron a aquella religión extranjera pero al final la acabaron aceptando.
La mayoría de las figuras que se pueden ver en Maiji son de arcilla, solo algunas son de piedra. Todas estaban policromadas pero no todas han conservado la capa de pintura hasta el día de hoy. En las que están completamente al aire apenas se pueden ver restos de color; las que están protegidas en una oquedad de la roca se han conservado bastante mejor.
La principal diferencia entre estas cuevas y las otras cuevas budistas que he visitado en China es el rollo de tener que trepar por las escaleras. No recomendable en absoluto para los que padezcan de vértigo, puesto que entre escalón y escalón solo había una tela metálica que te dejaba ver todo el espacio entre tu pie y el suelo, varios pisos más abajo.
Lo que menos me gustó fue que muchas de las estatuas más pequeñas estaban cerradas a cal y canto, con puerta y cerrojo. Había una tela metálica por la que se podía entrever lo de dentro, pero entre el sol que daba de frente y la porquería que tenía la tela metálica no se veía mucho. Pero bueno, quizás esta sea la única manera de proteger el patrimonio artístico de las manazas de los chinos, como opina miss Y. En alguna de las estatuas vi caracteres grabados, en plan Fulanito estuvo aquí.
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Se ve bastante más en la foto que lo que se veía en la realidad. |
No tengo ninguna foto, pero delante de cada buda, hasta de los que estaban encerrados, había una montaña de renminbis. Los chinos ponen dinero delante de cada buda que ven y tiran monedas a todas las fuentes que se les pongan por delante. De lo que sí tengo foto es de lo que vi al bajar de la montaña, en una grieta:
Las cuevas Maiji están a unos 40 kilómetros de Tianshui. Se puede llegar con el bus número 34, que sale desde la estación de tren y vale 5 RMB. La entrada a las cuevas vale 70 RMB. Desde la entrada del recinto hasta la montaña hay unos 3 kilómetros de carretera cuesta arriba; si vas apurado de tiempo es mejor comprar un ticket de 15 yuanes que te permite hacer la ida y la vuelta en un coche eléctrico.