El otro día bajé a sacar a la perra nada más levantarme, como de costumbre. Estaba lloviendo así que fuimos al parking, que es el lugar oficial de pasear a los perros y los niños en los días de lluvia. Iba yo toda adormilada con el pijama de oso peludo, los pelos de loca recién levantá y las legañas de no me he lavado la cara todavía. Y hete aquí que nada más llegar, una señora de mediana edad con un caniche marrón viene hacia mí y señala la hoja de periódico que llevaba en la mano.
"¿Sabes leer chino?", me pregunta.
"Sí", le digo. Tampoco era plan de ponerme a explicar que aunque leo chino, el periódico solo lo quiero para recoger las cacas de la perra. Ay, madre. Menudas ganas de charrar tenía la señora. Empezó a hacerme el tercer grado habitual: ¿De dónde eres? ¿Trabajas aquí? ¿Estás casada? ¿Cuántos años tienes?
Cuando le dije 31 se puso muy contenta. "¡Anda, como mi hija! ¡Es tigre!". "Err, no, si es tigre es del 86 así que es dos años más joven que yo, yo soy rata". "Ah, es verdad, que los occidentales contáis los años de la otra manera". (La manera correcta, diría yo, jaja. Qué es eso de sumar dos años por toda la cara...). "¡Eres toda una experta en China! ¿Y tu novio es chino? Claro, por eso hablas tan bien". No daba una, la pobre.
Luego me preguntó qué país era mejor, China o España. Esta es una pregunta que los chinos plantean muy a menudo y probablemente no haya una buena respuesta. Yo normalmente digo que "los dos sitios están bien". Pero esta señora dijo que no, no, seguro que España estaba muchísimo mejor y que a ver si su hija conseguía emigrar a algún país extranjero.
Después de un buen rato de charla en la que me preguntó mi vida y me alabó en todos los aspectos posibles, le dije que tenía que irme. Me acompañó hasta el ascensor. Le pregunté si vivía en mi bloque y me dijo que no. ¿Entonces para qué se había ido conmigo hasta el ascensor? En ese momento pensé si no sería un miembro de uno de esos grupos de jubilados chinos que hacen dinero extra denunciando sospechas de comportamientos ilegales (en Beijing la policía detuvo a varios actores por consumir drogas gracias a estas señoras espías, y en Zhejiang denunciaron a varios extranjeros por trabajar de forma ilegal). No sé si esta vecina se quedó abajo esperando a ver en qué piso me bajaba, pero si espera ganar dinero conmigo va lista. Yo soy 100% legal. O quizás solo era una señora aburrida con ganas de conversación.