¡Por fin llegó el momento de hablar sobre nuestra boda china! Ya era hora, que fue hace más de un mes.
La boda fue el 13 de mayo y tuvimos un montón de suerte porque salió un día muy bueno. Esto era importante porque tanto la ceremonia como el banquete eran al aire libre. Yo no tenía muy claro cómo quería mi boda, pero que fuera exterior era uno de mis requisitos básicos. Las bodas chinas siempre son en salones de restaurantes u hoteles y a mí no me gustan porque tapan las ventanas con cortinas y no sabes si hace sol, llueve, es de día o de noche. En Suzhou no hay muchos sitios donde hagan bodas en exteriores, y la mayoría de los que hay te hacen la ceremonia en un jardín y el banquete tiene que ser dentro del salón, así que estás en las mismas. Menos mal que, totalmente por accidente porque C. en realidad estaba buscando otro sitio donde había ido una vez, encontramos un hotel monísimo a la orilla del lago Jinji en el que el banquete también se podía hacer fuera. Este hotel además tenía dos ventajas: es pequeñito, así que no nos podíamos desmadrar con el número de invitados, y su restaurante es tailandés así que el menú de bodas es diferente de lo que te encuentras normalmente. En serio, en las bodas en Suzhou, antes de llegar al restaurante ya sabes lo que vas a comer... ¡siempre ponen lo mismo!
Otra cosa que tenía clara es que no quería que hubiera presentador. En la ceremonia obviamente tiene que haber alguien hablando y dirigiendo el cotarro, pero últimamente en todas las bodas chinas a las que he ido ponen a un presentador que, durante la cena, está todo el rato contando historias y chistes, cantando, haciendo juegos con los invitados, hasta dando regalos... Y, me vais a perdonar, pero yo quería que mi boda fuera una boda, no una tómbola de pueblo. Así que nada de presentador.
No hicimos ninguna de las típicas tradiciones que hacen aquí. Nada de cortejo de coches decorados con flores (me parece una horterada), nada de tirar cohetes (creo que los han prohibido), nada de ir a "secuestrar" a la novia y sobornar a sus amigas (hubiera sido muy falso que viniera a secuestrarme a su propia casa, jajaja. Además, a mí no se me tiene que llevar nadie, estas tradiciones son un poco medievales, ¿no?).
Pero vamos ya con el relato del evento. A las 12 o así empezó la sesión de maquillaje y peluquería, y a las 3 y pico era la ceremonia.
La ceremonia era en una plataforma de madera al lado del lago y el wedding planner puso una decoración súper bonita. Yo lo dejé todo en sus manos y solamente elegí el color temático, naranja. El sitio era precioso, la verdad, pero en las fotos salimos con los ojos achinados (algunos más que de costumbre) porque nos daba el sol en la cara todo el rato. Yo estaba sudando la gota gorda debajo del vestido. Menos mal que la ceremonia no fue muy larga. C. se mosqueó con el "cura" porque en el ensayo (es decir, 10 minutos antes de que empezara la ceremonia real, jajaja) nos dijo que al final los invitados soltarían globos pero se le olvidó decirlo y no se soltaron los globos. Tampoco pasa nada, así no ensuciamos porque los globos luego tendrían que caer en algún sitio.
Después de la ceremonia (a la que no asistieron todos los invitados, solo unos pocos) había un té con pastas mientras llegaba la hora de cenar. No recuerdo si probé los pastelitos o no, pero por lo menos se veían bien bonitos. No tengo muchas fotos, qué pena.
En este rato a mí me cambiaron el peinado y me hicieron un moño que sirviera luego para cuando me pusiera el qipao. Viendo las fotos me parece que me quedaba mejor el pelo recogido, pero esta segunda coronita que me pusieron se me clavaba y me dio dolor de cabeza y todo. Nada de coronitas en la boda española.
El banquete era en el patio del hotel, también al lado de lago. Contratamos a un grupo de versiones para que tocara un rato antes de la cena.
La cena era buffet y me sorprendió para bien porque no las tenía yo todas conmigo. Lo que probé estaba todo muy bueno. Lamentablemente no tengo fotos, y supongo que nadie hiciera fotos es algo positivo porque estaban todos demasiado ocupados poniéndose las botas. Después de la cena tocaba la tradición de brindar con todos los invitados.
Como veis, en ese momento ya llevaba yo el vestido rojo. Es buena idea lo de cambiarse de vestido, porque con la falda de magdalena que llevaba yo no me podía sentar muy bien.
Cuando se terminó el banquete fuimos a seguir la fiesta en un karaoke con unos 20 invitados o así. ¡Y esta es la crónica de la boda! Ahora, a preparar la de España...
La boda fue el 13 de mayo y tuvimos un montón de suerte porque salió un día muy bueno. Esto era importante porque tanto la ceremonia como el banquete eran al aire libre. Yo no tenía muy claro cómo quería mi boda, pero que fuera exterior era uno de mis requisitos básicos. Las bodas chinas siempre son en salones de restaurantes u hoteles y a mí no me gustan porque tapan las ventanas con cortinas y no sabes si hace sol, llueve, es de día o de noche. En Suzhou no hay muchos sitios donde hagan bodas en exteriores, y la mayoría de los que hay te hacen la ceremonia en un jardín y el banquete tiene que ser dentro del salón, así que estás en las mismas. Menos mal que, totalmente por accidente porque C. en realidad estaba buscando otro sitio donde había ido una vez, encontramos un hotel monísimo a la orilla del lago Jinji en el que el banquete también se podía hacer fuera. Este hotel además tenía dos ventajas: es pequeñito, así que no nos podíamos desmadrar con el número de invitados, y su restaurante es tailandés así que el menú de bodas es diferente de lo que te encuentras normalmente. En serio, en las bodas en Suzhou, antes de llegar al restaurante ya sabes lo que vas a comer... ¡siempre ponen lo mismo!
Otra cosa que tenía clara es que no quería que hubiera presentador. En la ceremonia obviamente tiene que haber alguien hablando y dirigiendo el cotarro, pero últimamente en todas las bodas chinas a las que he ido ponen a un presentador que, durante la cena, está todo el rato contando historias y chistes, cantando, haciendo juegos con los invitados, hasta dando regalos... Y, me vais a perdonar, pero yo quería que mi boda fuera una boda, no una tómbola de pueblo. Así que nada de presentador.
No hicimos ninguna de las típicas tradiciones que hacen aquí. Nada de cortejo de coches decorados con flores (me parece una horterada), nada de tirar cohetes (creo que los han prohibido), nada de ir a "secuestrar" a la novia y sobornar a sus amigas (hubiera sido muy falso que viniera a secuestrarme a su propia casa, jajaja. Además, a mí no se me tiene que llevar nadie, estas tradiciones son un poco medievales, ¿no?).
Pero vamos ya con el relato del evento. A las 12 o así empezó la sesión de maquillaje y peluquería, y a las 3 y pico era la ceremonia.
Peinándome. |
La ceremonia era en una plataforma de madera al lado del lago y el wedding planner puso una decoración súper bonita. Yo lo dejé todo en sus manos y solamente elegí el color temático, naranja. El sitio era precioso, la verdad, pero en las fotos salimos con los ojos achinados (algunos más que de costumbre) porque nos daba el sol en la cara todo el rato. Yo estaba sudando la gota gorda debajo del vestido. Menos mal que la ceremonia no fue muy larga. C. se mosqueó con el "cura" porque en el ensayo (es decir, 10 minutos antes de que empezara la ceremonia real, jajaja) nos dijo que al final los invitados soltarían globos pero se le olvidó decirlo y no se soltaron los globos. Tampoco pasa nada, así no ensuciamos porque los globos luego tendrían que caer en algún sitio.
C. con el capo de la maf... digooo, su padre. |
El "cura" era un cani de cuidado, jajaja. |
Foto con el contingente extranjero. |
Con los padres de C., mi hermano y Bárbara. |
Después de la ceremonia (a la que no asistieron todos los invitados, solo unos pocos) había un té con pastas mientras llegaba la hora de cenar. No recuerdo si probé los pastelitos o no, pero por lo menos se veían bien bonitos. No tengo muchas fotos, qué pena.
En este rato a mí me cambiaron el peinado y me hicieron un moño que sirviera luego para cuando me pusiera el qipao. Viendo las fotos me parece que me quedaba mejor el pelo recogido, pero esta segunda coronita que me pusieron se me clavaba y me dio dolor de cabeza y todo. Nada de coronitas en la boda española.
En la entrada del hotel, listos para recibir a los invitados que venían al banquete. |
Con mis ex compis de piso de Shanghai 2010. |
El banquete era en el patio del hotel, también al lado de lago. Contratamos a un grupo de versiones para que tocara un rato antes de la cena.
La cena era buffet y me sorprendió para bien porque no las tenía yo todas conmigo. Lo que probé estaba todo muy bueno. Lamentablemente no tengo fotos, y supongo que nadie hiciera fotos es algo positivo porque estaban todos demasiado ocupados poniéndose las botas. Después de la cena tocaba la tradición de brindar con todos los invitados.
Como veis, en ese momento ya llevaba yo el vestido rojo. Es buena idea lo de cambiarse de vestido, porque con la falda de magdalena que llevaba yo no me podía sentar muy bien.
Cuando se terminó el banquete fuimos a seguir la fiesta en un karaoke con unos 20 invitados o así. ¡Y esta es la crónica de la boda! Ahora, a preparar la de España...