Tras Beijing, Jinan y Qufu, nuestra siguiente parada fue Nanjing, la capital de la provincia de Jiangsu. En Nanjing tuvimos un tiempo un poco loco ya que el primer día hacía un calor de la muerte y el segundo bastante fresquillo.
El primer día fuimos a la Montaña Púrpura, que es un parque-montaña a las afueras de Nanjing en el que hay varias cosas para ver. La más conocida es el mausoleo de Sun Yat-Sen, el primer presidente de la República de China (antes de la República Popular). También es un sitio de peregrinación para los chinos y como era domingo estaba hasta la bandera. También influye que la entrada sea gratuita, claro. Qué calor hacía, madre mía. Los vendedores de helados estaban haciendo su agosto.
También visitamos otro mausoleo que hay por allí cerca, el del primer emperador de la dinastía Ming, muerto en 1398. Yo nunca había estado allí y me gustó mucho una parte que hay sin restaurar, así un poco asalvajada, a lo templo camboyano.
La entrada aquí era cara, 70 RMB. Ay, qué sufrida es la vida del turista. Lo que es la tumba del emperador no se ve, supuestamente está detrás del mausoleo, debajo de una colina. No sé si la han excavado o no.
Otra parte del complejo del mausoleo es el camino sagrado, donde hay estatuas de ministros, guerreros y animales para proteger al emperador.
Salir del sitio este fue un poco complicado, ya que hay que atravesar un parque bastante grande para llegar a la parada de metro. Después fuimos a dar una vuelta por el centro (¿quedo muy viejuna si digo "un voltio"?), por la zona de Fuzimiao, las típicas calles peatonales que los oriundos evitan como la peste porque están llenas de turistas, jaja. En esta zona hay tiendas, restaurantes, un museo, el templo de Confucio donde antiguamente se hacían los exámenes imperiales, y se puede montar en barco y en un carrito tirado por un señor.
El segundo día, como ya he dicho, hizo fresquillo. También llovió. Fuimos al templo Jiming, que yo no conocía. Un templo muy mono, y el ji del nombre es el ji de pollo, y como este año es el año del gallo, tenían unas linternas en forma de gallo en la entrada. Con el ticket te daban también tres varitas de incienso, para que hicieras tus ofrendas. A la pagoda solo te dejaban subir si tenías enchufe con los monjes, así que nos quedamos con las ganas. A una señora extranjera sí la dejaron subir, sería VIP.
Desde el templo se podía acceder directamente (bueno, previo pago de la entrada, claro) a la muralla de Nanjing. Nanjing es de las pocas ciudades chinas que conservan sus murallas. La mayoría las derribaron en los años 50.
En Nanjing hay muchas más cosas que ver, pero esto fue lo que nos dio tiempo a visitar. Próxima parada: Shanghai.
El primer día fuimos a la Montaña Púrpura, que es un parque-montaña a las afueras de Nanjing en el que hay varias cosas para ver. La más conocida es el mausoleo de Sun Yat-Sen, el primer presidente de la República de China (antes de la República Popular). También es un sitio de peregrinación para los chinos y como era domingo estaba hasta la bandera. También influye que la entrada sea gratuita, claro. Qué calor hacía, madre mía. Los vendedores de helados estaban haciendo su agosto.
Para llegar al mausoleo hay que subir un porrón de escaleras. |
También visitamos otro mausoleo que hay por allí cerca, el del primer emperador de la dinastía Ming, muerto en 1398. Yo nunca había estado allí y me gustó mucho una parte que hay sin restaurar, así un poco asalvajada, a lo templo camboyano.
La entrada aquí era cara, 70 RMB. Ay, qué sufrida es la vida del turista. Lo que es la tumba del emperador no se ve, supuestamente está detrás del mausoleo, debajo de una colina. No sé si la han excavado o no.
Otra parte del complejo del mausoleo es el camino sagrado, donde hay estatuas de ministros, guerreros y animales para proteger al emperador.
Pregunta de examen: ¿por qué sabemos que este es un elefante asiático? |
Salir del sitio este fue un poco complicado, ya que hay que atravesar un parque bastante grande para llegar a la parada de metro. Después fuimos a dar una vuelta por el centro (¿quedo muy viejuna si digo "un voltio"?), por la zona de Fuzimiao, las típicas calles peatonales que los oriundos evitan como la peste porque están llenas de turistas, jaja. En esta zona hay tiendas, restaurantes, un museo, el templo de Confucio donde antiguamente se hacían los exámenes imperiales, y se puede montar en barco y en un carrito tirado por un señor.
El segundo día, como ya he dicho, hizo fresquillo. También llovió. Fuimos al templo Jiming, que yo no conocía. Un templo muy mono, y el ji del nombre es el ji de pollo, y como este año es el año del gallo, tenían unas linternas en forma de gallo en la entrada. Con el ticket te daban también tres varitas de incienso, para que hicieras tus ofrendas. A la pagoda solo te dejaban subir si tenías enchufe con los monjes, así que nos quedamos con las ganas. A una señora extranjera sí la dejaron subir, sería VIP.
Desde el templo se podía acceder directamente (bueno, previo pago de la entrada, claro) a la muralla de Nanjing. Nanjing es de las pocas ciudades chinas que conservan sus murallas. La mayoría las derribaron en los años 50.
El templo Jiming visto desde la muralla. |
En Nanjing hay muchas más cosas que ver, pero esto fue lo que nos dio tiempo a visitar. Próxima parada: Shanghai.
Uy, qué tour más raro hiciste para unos primerizos en China...
ResponderEliminarDe Nanjing mi mejor recuerdo es la muralla, pedaso muralla.
Lo del elefante, ni idea.
En realidad la mayoría de ellos ya habían estado en China hace 10 años y fueron con un tour a Beijing, Xi'an, Guilin, Suzhou, Hangzhou y Shanghai.
EliminarLo del elefante... las orejas! El elefante asiático las tiene pequeñas y el africano grandes xD
ya ha respondido, no tenía ni idea de lo del elefante. no he seguido su tour!! voy a ponerme al día.
ResponderEliminarsiguiendo la tradición de yprh, esas fotos de 'hace mucho calor pero se ve todo nublado'.
más viejuno es decir 'un rulo'.
Un rulo, jajaja, eso no sé si lo he llegado a decir alguna vez.
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