jueves, 30 de julio de 2015

La lentitud de internet

China tiene muchos defectos y muchas cosas que sacan de quicio a los extranjeros. Las más conocidas son los escándalos alimentarios y la contaminación, pero hay más, claro. La que más me fastidia a mí, la que hará que grite "¡¡¡Por fin!!!" si me voy de aquí, es la lentitud de internet.

No hablo ya de la censura, dios nos libre. La censura está ahí, todo el mundo lo sabe, y por el módico precio de 20 euros al año puedes saltarte ágilmente la Gran Muralla China de internet con un vpn. Los chinos que no usan vpn también tienen sus trucos para saltarse el control y siempre que se "armoniza" una palabra (es decir, que se elimina cualquier rastro de su existencia en las redes sociales chinas), los chinos rápidamente se inventan otra palabra para sustituirla. Por ejemplo, la fecha "4 de junio" fue sustituida con "35 de mayo", aunque esta última también acabó armonizada. Pero la creatividad humana no tiene límites.

A mí lo que me fastidia sobremanera es la velocidad del internet chino. A ver, voy a hacer una comparación para que sea más fácil de entender. Si la velocidad de internet en España es la de un coche yendo a 120 por la autovía, en China es la de un caracol moribundo. Yo es que me descojono cuando veo los datos de mi conexión a internet y veo esa cifra: 100 MB. Pero qué 100 megas ni qué ocho cuartos. Los fines de semana, o por las noches, tardo 5 minutos en abrir una página web alojada fuera de China que no esté censurada. ¡Y eso si se acaba abriendo, que a veces, ni eso!

Cuando el técnico vino a darnos de alta el router en el piso de Suzhou, le pregunté: "¿Por qué el internet en China es tan lento?". Y se reía: "Ja, ja, claro, es que no se puede comparar con el extranjero". Pero, a ver, ¡es que 100 MB en China deberían ser iguales que 100 MB en España! ¿O no es la misma cantidad un litro de leche aquí y allí?

Total, que aun sin estar censuradas, muchas veces es imposible acceder a páginas extranjeras. Parece que el problema es que hay demasiada gente usando internet a la vez. Es como si 100 millones de personas estuvieran intentando entrar por la misma puerta a la vez. Probablemente no hayan actualizado los cables y el sistema en años. Claro, hay muy pocas compañías y todas son del gobierno, con lo que no tienen ningún tipo de competencia y cero interés en mejorar el servicio.

Pero ya cuando me enteré de que las compañías telefónicas ofrecen un paquete extra "para conectarse al extranjero" fue la repanocha. O sea, que si te pago 200 yuanes más al mes, ¿las páginas extranjeras me van a ir más rápido? Panda de ladrones y estafadores.

Total, que aquí estoy actualizando el blog desde la oficina porque en casa no puedo ni abrir blogspot.

martes, 21 de julio de 2015

Horrores estilísticos chinos

Una de las cosas que me gustan de China es la alegría con la que los chinos se ponen cualquier cosa para salir a la calle y nadie les mira mal ni les dice nada. Yo una vez cuando tenía 16 años me teñí el pelo de rojo y un viejo por la calle, en Cáceres, me dijo que qué feo era mi pelo. En China nadie hubiera ni pestañeado, desde luego. Me mirarían por ser extranjera, pero si fuera china y llevara el pelo rojo a nadie le sorprendería. De hecho, últimamente se han puesto de moda (al menos en Shanghai y Suzhou) los pelos azules y morados, no en jóvenes de estética punk, sino hasta en señoras de mediana edad. Melena completa, media, o solo las puntas. He visto de todo.

Quizás este post debería llamarse más bien "curiosidades estilísticas chinas", pero horrores llama más la atención y vende más, ¿verdad? Vamos pues con la lista que he elaborado. Ya sé que este post sin fotos no vale nada, así que he sacado unas cuantas de Baidu (el google chino), porque la verdad es que propias no tengo. Siempre he querido sacar una foto al señor en pijama en plena calle o a la señora con el peinado de Marge Simpson, pero me da vergüenza.

- Gente en pijama por la calle
El clásico de los clásicos, especialmente en Shanghai y zonas circundantes. ¿Que tienes que sacar al perro? Uf, qué pereza cambiarse, ¿no? Ale, en pijama. Ay, si solo fuera eso... yo he llegado a ver parejas en pijama pasear por el centro comercial (esa foto si debería haberla hecho). Hay dos tipos de pijama: el modelo de verano y el de invierno.

Pijama de verano.

Pijama de invierno. 
He de reconocer que yo he paseado a la perra y he ido al supermercado de abajo en pijama. No es el pijama que uso para dormir, ¿eh? Es el de estar en casa.

- Estampados imposibles y brilli brilli
Ir a una tienda china a comprarse ropa puede ser una auténtica misión imposible. Huy, esa blusa parece que es mona... hasta que le das la vuelta y tiene más chorreras que una telenovela colombiana de los 80, o un pegote de diamantes falsos formando un corazón. La ropa de estilo chino siempre, siempre, tiene algo que falla.

Del mismo modo, a veces por la calle puedes ver a señoras con unas combinaciones que gritan "cómprese un espejo" a voces. Flores con cuadros, colores inimaginables, ¡todo es posible! ¡Que no coarten tu creatividad!

- Gafas sin cristales
Esta moda comenzó en Asia hace ya años y luego se extendió a Occidente. Buscando fotos para ilustrar este punto he encontrado muchas webs en las que critican a los que llevan gafas sin cristales. A ver, he de reconocer que a mí también me pareció la gilipollez máxima la primera vez que lo vi, pero oye... a mí me gustan las gafas. Si no las necesitara a lo mejor también me las pondría solo como accesorio. Sobre todo si son tan monas como estas.


Mientras buscaba esta foto de las gafas he encontrado esto:

Lentillas de Hello Kitty. Esto sí que es terrorífico.
No las he visto nunca en directo y de hecho no sabía de su existencia hasta ahora mismo. Lo que sí llevan muchas chinas jovencitas son unas lentillas negras que hacen que el ojo les parezca más grande y dan miedo, mucho miedo. En la foto también se pueden apreciar las pestañas postizas, complemento indispensable para las noches de fiesta.

- Chándal y tacones
Este es difícil de encontrar, pero juro que yo lo he visto. Chica o señora con chándal de felpa, de esos de Juicy, bolso copia de Chanel y tacones. No puedo decir más que: ¡olé!

- Pantalones de chándal y camisa
Esta es la versión masculina del chándal y tacones. Camisa o jersey de lana con pantalones de chándal y zapatillas de deporte. El horror máximo. Yo en Beijing tenía un pretendiente que solía ir con este look. La otra versión masculina del horror supremo son los pantalones de pinzas con el típico zapato de piel horroroso que llevan los hombres chinos de pueblo, calcetines blancos y una parte de arriba de chándal. ARGH. Esto se ve mucho en el campo.

- Pantalón sobaquero
Esto también se ve mucho entre los hombres chinos de cierta edad. El líder indiscutible de este movimiento es el ex presidente Jiang Zemin, al que reconoceréis en la foto sin que os señale cuál es.



- Sandalias con calcetines media
Parece que a muchas chinas les diera miedo ponerse unas sandalias a pelo, sin nada más. ¡Ay, a ver si se les va a resfriar el pie! ¿O será para evitar las rozaduras? El caso es que los calcetines de media color carne combinados con sandalias feas o bonitas, en mujeres de todas las edades, son una imagen normal en las calles chinas.

- Facekini
Este llama mucho la atención en internet, pero la verdad es que yo nunca lo he visto en vivo y en directo. Lo que sí se ve mucho son señoras en moto con una especie de visera de soldador que les cubre toda la cara y guantes largos hasta el hombro, que aquí ponerse morena es una desgracia sin igual.
El bañador también es precioso.


Bonus track: moda infantil
Con lo monísima que puede ser la ropita de niño, en China se las han ingeniado para llevar a sus retoños horrorosos. La ropa en las tiendas de niños es fea, fea. Volantes y gasas a más no poder para las niñas. La prenda estrella en invierno es un mono-abrigo muy grueso con el que el niño parece una estrella de mar. Por supuesto, debajo lleva 28 capas más, a ver si va a pasar frío. Los chinos llevan a rajatabla lo de "más vale sudar que estornudar" y los niños chinos podrían criar pollos entre sus capas de ropa.
Parece una bola. Y atención, que está dentro de casa, no en la calle.

martes, 14 de julio de 2015

El descansillo

En China, cuando te compras un piso, aparte de pagar por los metros cuadrados en los que vas a vivir también tienes que pagar por los metros cuadrados del descansillo, el ascensor, las escaleras, etc. (la parte proporcional que te toque, digo yo). Supongo que este es el motivo por el que los chinos suelen usar el descansillo como almacén.

En nuestro piso de Suzhou, como es un residencial "bien", lo único que mis vecinos colocan fuera de sus puertas es el armario de los zapatos (sí, en China se quitan los zapatos al llegar a casa). Alguien también tiene aparcado en el garaje un cochecito de pasear niños y un coche de juguete (como un todoterreno en miniatura), pero en el garaje hay mucho espacio y no molesta.

Ahora bien, el apartamento de Shanghai es otra historia. Este residencial es viejo y los pisos no son muy grandes (menos de 40 m2, yo diría), así que en el descansillo de cada piso hay todo un muestrario de objetos. Como vivo en el cuarto piso (quinto según los estándares chinos, para quienes la planta baja es el primer piso) y no hay ascensor, cada vez que subo o bajo las escaleras observo el tinglado que tienen montado. Macetas, montones de libros, cajas, zapatos, paraguas, bicicletas, balones de baloncesto y hasta un altar a algún dios, tienen. A todo esto ya estoy acostumbrada. Pero ayer ya fue el no va más: los del piso de abajo han sacado al descansillo lo que parece ser los muebles de su salón. Varias sillas de madera, el tablero de una mesa grande y algo que no sé si es la puerta de un armario o el cabecero de una litera.

Es increíble la manera en la que han colocado las sillas. Como el descansillo es muy estrecho las han colgado del hueco de la escalera, sujetándolas a la barandilla con alambres.

Una auténtica obra de ingeniería.

Ahí en la esquina superior derecha se ve el altarcillo.

Hay otro vecino que tiene aparcada la bici en el descansillo. El otro de más allá, encima de un mueble viejo tiene la caja vacía de una tele Xiaomi de 50 pulgadas por lo menos. Una bici no cabe en casa, pero la tele gigante sí. Es que es de pantalla plana.

Obsérvese el montón de trastos encima del mueble, aparte de la caja de la tele.


La verdad es que más que un descansillo, lo de este edificio parece un bazar. ¿Y nadie robará nada?

martes, 7 de julio de 2015

Las callejuelas de Suzhou

Estamos teniendo un verano que no nos lo creemos. ¡Un frescor! Solo ha hecho calor asqueroso un día. Hoy hasta he tenido que rescatar los vaqueros largos del armario porque ayer pasé frío. ¡¡Frío!! ¡¡En julio!! ¡¡En Shanghai!! ¡¡Esto es inaudito!!

Lo único malo es que este frescor se debe probablemente a que lleva un mes lloviendo sin parar. Con tanta agua no apetece mucho salir de casa a encharcarse los pies, así que llevo varios fines de semana encerrada en casa con mi maravilloso sofá y la lentitud exasperante del internet chino, especialmente irritante por las noches y los fines de semana. Bueno, solo va lento con las páginas web alojadas en servidores en el extranjero, las páginas chinas cargan perfectamente. Parece que estuviéramos en Corea del Norte, leches.

El domingo pasado no llovía mucho y por fin nos decidimos a asomar el morro. La empresa de C. le había regalado dos cajas de melocotones (por haber tenido que ir a una reunión en sábado) y fuimos a llevarle una a sus padres. Sus padres (y la abuela) viven en el centro, en una zona de callejuelas que me recuerda un poco a los hutong de Beijing, pero con menos fama. Bueno, su calle en particular la han invadido los recicladores y está todo lleno de mierda, cartones y piezas metálicas, pero por los alrededores hay algunas calles monas. ¡Y super tranquilas! Y eso que están en pleno centro de Suzhou, muy cerquita de Renmin Lu y Guanqian Jie. 

En estas callejuelas las casas son bajas, como mucho tienen dos pisos, y no son muy grandes. A muchas de ellas se entra desde una puerta principal que da a la calle y que se divide en varios pasillos/calles. Una tranquilidad, oigan. No había ni un ruido en algunos callejones; en otros solo se oía a las abuelas charlando. Delante de una casa había un water viejo haciendo de portamacetas pero me dio vergüenza hacerle una foto porque había una abuela mirándome. Tendré que volver.

Entrada a una "comuna".

En esta zona todavía quedan muchos pozos antiguos que la gente que vive allí sigue usando para lavar la ropa y las verduras.


La mayoría de los habitantes son abuelos/as que han vivido aquí toda la vida e inmigrantes que buscan una habitación céntrica y barata, aunque no tenga muchas comodidades.

La "calle principal".
También vimos varios ejemplos de habitación con ventanas por ambos lados y haciendo una especie de túnel en la calle.
Así como esta.
También vimos a un pariente de Nico que se acababa de dar un baño:

Gordo como un rulo.

Y una colada muy blanca, muy larga y muy pública:



Hay que salir de paseo de vez en cuando para ver cosas interesantes.