miércoles, 23 de octubre de 2019

Excursiones por Cáceres

Viajar con un niño pequeño es un coñazo porque no aguanta estar sentado durante mucho tiempo, pero tampoco es plan de estar siempre en casa haciendo lo mismo. Así que, cuando estuvimos en Cáceres, fuimos a hacer algunas excursiones por los alrededores. A mí personalmente no me vino nada mal porque en la provincia de Cáceres hay sitios superbonitos a los que nunca he ido, o he ido hace más de 20 años. Parece que cuando llega la hora de planear un viaje solo se me ocurren sitios que están lejos, cuando cerca también hay un montón de cosas por descubrir.

Un sábado que habían venido mi hermano y B. fuimos a Hervás, un pueblo que hay en el norte de Cáceres y al que yo no sé si había ido alguna vez con alguna excursión del colegio. Sonarme no me sonaba nada. Hervás es famoso por su barrio judío y en general por ser un pueblo bonito. Además está a la entrada del Valle del Jerte, que tengo pendiente para el siguiente viaje.

Plaza de Hervás.
En verano se tiene que estar muy fresquito aquí.


Una calle típica de Hervás.


Había muchos castaños y C. ya empezó a montarse películas sobre exportar las castañas a China.
Queso de la zona.


Por la tarde aprovechamos para acercarnos a Granadilla, un pueblo que tuvo que ser abandonado en los años 50 debido a la construcción de un embalse. Al final el agua no llegó al pueblo y hace unas décadas se empezaron a restaurar las casas, aunque sigue sin vivir nadie allí. Pero van grupos de estudiantes para participar en las tareas de restauración y se quedan en las mismas casas restauradas. A mí me hubiera encantado que me llevaran con el instituto.
Castillo a la entrada de Granadilla.

Las casas restauradas y las derruidas.

El embalse de Gabriel y Galán.

La plaza de Granadilla.



martes, 15 de octubre de 2019

Viaje a Cataluña

Al final, entre unas cosas y otras, no tuve mucho tiempo para actualizar el blog en España. Ahora que estoy de vuelta a la rutina, ya tengo tiempo para ponerme al día y contaros qué más hice en mis vacaciones. Vamos pues con la crónica de nuestro viaje a Cataluña, donde viven aproximadamente la mitad de los 10 lectores de este blog.

Normalmente vamos allí en coche, pero con el niño eso podía ser la muerte a pellizcos así que fuimos en avión desde Badajoz, que solo se tarda una hora y poco. El aeropuerto de Badajoz tiene dos vuelos al día y en la cafetería se desayuna muy bueno y barato, lo que no se puede decir de prácticamente ningún otro aeropuerto.



En Cataluña estuvimos de visitas familiares y también hicimos turismo gracias a la magnífica guía y chófera que es Tita N. Un día hicimos una comilona familiar y nos juntamos 30.
Superpaellas.

Supermesa.

Estuvimos en Valls, Tarragona, Cambrils y Reus. Visitamos una bodega de la zona, fuimos a las fiestas de Santa Tecla, vimos castells, nos cayeron dos tormentas y vimos el arcoíris dos veces, probé los calçots por primera vez en mi vida y fuimos a un manicomio. Vamos, una visita bien completita.
Abuelas en pleno paseo.

Con esta casa C. se empezó a hacer paranoias mentales de montar un hotel y traer chinos.

Calçotsde Valls, aunque sean fuera de temporada. Por lo menos los he probado.

Castellers petrificados en Tarragona.

Después de la tormenta en Cambrils.

Manicomio donde ya quisiera estar más de uno en Reus.