El domingo pasado hicimos una escapadita a Changshu, una ciudad a poco más de una hora al norte de Suzhou. Íbamos para comer con un compañero de trabajo de Charley y aprovechamos para dar una vuelta.
Yo pensaba que Changshu iba a ser una ciudad china normal-fea, pero qué va. Me recordó un poco a Hangzhou. Tiene una montaña que es un parque, varios jardines clásicos, templos y hasta una pagoda cuadrada. La montaña la vi desde el coche camino del restaurante y tenía muy buena pinta. Pero con el solazo y el calor no apetecía moverse mucho. Así que solo visitamos un templo que había cerca del restaurante y ya volveremos en otoño a ver lo demás.
Entre el aparcamiento y el templo había una zona con árboles llena a rebosar de terrazas. Era la hora tonta entre la comida y la cena pero aún así había gente bebiendo té y comiendo pipas. Me pareció un sitio muy animado. ¡Ójala tuviéramos uno en Suzhou!
El templo se llamaba templo Xingfu (兴福) y tenía las típicas paredes amarillas.
Nunca me aclaro si los templos son budistas o taoístas porque dentro hay budas y dioses chinos mezclados. En mi defensa he de decir que a C. le pasa lo mismo.
De camino a la salida había otro estanque con un agua clara y cristalina que daba gusto verla. Dentro había un montón de carpas y podías comprar una bolsita de comida para peces. El señor que vendía la comida te animaba a cerrar el puño y meter la mano en el agua entre todas las carpas ansiosas por zampar. Menos mal que no tienen dientes... pero hacían un ruido de ventosa que daba mucho asquete. Hacía tiempo que no me reía tanto.
Yo pensaba que Changshu iba a ser una ciudad china normal-fea, pero qué va. Me recordó un poco a Hangzhou. Tiene una montaña que es un parque, varios jardines clásicos, templos y hasta una pagoda cuadrada. La montaña la vi desde el coche camino del restaurante y tenía muy buena pinta. Pero con el solazo y el calor no apetecía moverse mucho. Así que solo visitamos un templo que había cerca del restaurante y ya volveremos en otoño a ver lo demás.
Entre el aparcamiento y el templo había una zona con árboles llena a rebosar de terrazas. Era la hora tonta entre la comida y la cena pero aún así había gente bebiendo té y comiendo pipas. Me pareció un sitio muy animado. ¡Ójala tuviéramos uno en Suzhou!
La zona de las terracitas. |
El templo se llamaba templo Xingfu (兴福) y tenía las típicas paredes amarillas.
Nunca me aclaro si los templos son budistas o taoístas porque dentro hay budas y dioses chinos mezclados. En mi defensa he de decir que a C. le pasa lo mismo.
Con la entrada (que valía 10 yuanes) te daban 3 barritas de incienso. |
Pues yo también enciendo mi incienso, ea. |
Lo mejor del templo es que no había casi nadie. |
Estanque con peces y tortugas. |
Montaña con bambú en las traseras del templo. |
De camino a la salida había otro estanque con un agua clara y cristalina que daba gusto verla. Dentro había un montón de carpas y podías comprar una bolsita de comida para peces. El señor que vendía la comida te animaba a cerrar el puño y meter la mano en el agua entre todas las carpas ansiosas por zampar. Menos mal que no tienen dientes... pero hacían un ruido de ventosa que daba mucho asquete. Hacía tiempo que no me reía tanto.
Yo me hubiera bañado en este estanque tan ricamente. |
El apelotonamiento de peces. |
A mí me daba cosita meter la mano (pero la metí). Mirad esas bocas abiertas... |
¡Adiós, templo! |
Ni idea de ese sitio. Ni había oído hablar. Qué guay los peces. Aquí no crecen tanto, no?
ResponderEliminarYo en España no los he visto tan lustrosos, no xD
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