Me faltaban por contar nuestras aventuras en Nara, la tercera ciudad que visitamos en Japón. Desde Osaka también se llega en menos de una hora con el tren cercanías. A Nara hicimos una excursión de un día, no nos quedamos a dormir.
Nara también era una antigua capital y tiene muchas cosas para ver pero la mayoría de la gente va para ver a estos bichejos:
Sí, ciervos. Hay un parque entero lleno de ellos. Viven allí desde hace cientos de años y se les considera (o consideraba, no estoy segura) sagrados. El parque no tiene verjas ni nada y a veces se salen a la carretera, pero no creo que intenten escaparse mucho más lejos porque viven como reyes. Todo el día tumbados a la bartola, recibiendo carantoñas de los turistas y comiendo galletas especiales para ciervos.
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Hasta el envoltorio se comían. |
Las galletas las venden en un montón de puestos en el mismo parque. Con todos los turistas que van yo creo que no necesitan darles nada más de comer a los ciervos. Y delgados no están.
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Echándose la siesta. |
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Luego fuimos a ver un templo que había allí al lado.
Dentro había los típicos budas gigantes. Este tenía el récord de buda más grande hecho de bronce.
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Fijaos en la gente que hay abajo a la izquierda para ver el tamaño. |
Pero lo más intrigante de este templo era esto:
Había un agujero en una columna y una cola larguísima para pasar a través de él. No, yo no lo intenté, pasaba de tirarme una hora allí. Además tampoco sabía de qué iba la historia porque no había hecho los deberes. Al volver busqué en internet y me enteré de que ese agujero es del mismo tamaño que el agujero de la nariz de la estatua del buda y si lo atraviesas te llega la iluminación. A mí me parece que más que nada te conviertes en un moco del buda, pero bueno. La gente se lo pasaba pipa haciéndose allí la foto.
Por los alrededores de este templo había una pequeña colina y por allí dimos un paseo muy agradable. En la cima había otro templito. También había una sala de descanso donde podías tomar té o agua caliente gratis. No había camarero ni nada, tú llegabas, te servías y luego lavabas el vaso de cerámica. Todo estaba limpio y ordenado. Nadie mangaba los vasos. Ahí fue donde más vi la diferencia con China o con España.
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La sala de descanso. |
Mi visita a Japón no podía terminar sin comerme algo de té verde molido, que al parecer es muy típico de la región en la que estuvimos. Luego por la noche también compramos en el supermercado un montón de galletas y kitkats de té verde.
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Helado de té verde. No soy muy fan. |
Tampoco podía irme sin hacer una foto a los animales que nos acompañaron durante todo el viaje: los cuervos. Madre mía cómo graznaban, era exagerado. Pero es que eran enormes, debían pesar 3 kilos por lo menos. Yo nunca había visto cuervos tan grandes.
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Es un cuervo, ¿no? No estoy yo muy puesta en ornitología. |
Hombre... como reyes estarían en el monte sueltos, no en un parque atiborrándose de galletas, no?
ResponderEliminarA mí me gusta mucho el helado de matcha.
Y lo de los japoneses, y chinos y españoles, es cierto. Son muy cívicos. Es guay.
Me dijo un amigo que durante el desastre de Fukushima, la gente respetaba tanto a los demás, que nadie asaltó ni robó ninguna casa patas arriba.
Es ese pájaro como los pájaros negros de Jeju?
Pregunta: Estuviste en el insti cervantes de Pekín alguna vez?
Mmmm, creo que fui una vez a un evento, pero ya está. ¿Por?
EliminarLos ciervos, en vez de estar en el monte están en el parque, pero sueltos están, ¿eh? El que se quiera pirar es libre, jaja. Pero en el monte tendrá que buscarse la manduca él solito.
Y con ese agujero llevo soñando toda mi vida. En serio. Un pasadizo super estrecho hacia arriba, y cuesta mogollón salir por un agujero demasiado pequeño. No me hubiera metido ni de broma!
ResponderEliminarPasadizo estrecho, agujero pequeño... suena a nacer!!!
Eliminarnara, hay un restaurante japonés aquí en santa coloma que se llama así. si un ser humano convence a otro ser humano para que pase por el hueco de un tronco diciendo que... es que el ser humano es maravilloso.
ResponderEliminarNo solo para pasar por el hueco, sino para esperar una hora de cola para pasar por el hueco. ¡Chan chan!
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