Como vamos a estar en España una temporada, quiero aprovechar para ir a muchos sitios, que luego siempre me quedo apalancada y no hacemos nada. C. ahora tiene todo el tiempo del mundo, pero yo trabajo según el calendario chino y el niño va al cole, así que solo podemos viajar los fines de semana. Bueno, menos da una piedra, hay muchos sitios a los que podemos llegar en tres horas de coche (para un fin de semana, más ya es demasiado palizón).
Con esa idea en mente, el primer fin de semana nos plantamos en Madrid para ver el piso nuevo de mi hermano y mi cuñada y a unas amigas que no veía prácticamente desde mi boda española. También aprovechamos para ponernos como el quico, con desayunos con donuts, bizcochos y cruasanes, y en restaurantes que no tenemos en Cáceres (fuimos a un indio, un coreano y un chino chino). También nos pasamos por un supermercado asiático, pero esto no era tan urgente porque al fin y al cabo siempre podemos comprar por internet.
Turisteo no hicimos mucho, aunque pasear por el centro de Madrid ya es hacer el turista, supongo. Yo quería ir a la exposición de Magritte en el Thyssen pero obviamente con el niño hubiera sido un coñazo, así que deseché la idea. Estuvimos paseando, en parques y en columpios, como los nativos. El sábado nos hizo un día de lujo y el domingo por la mañana cayó la del pulpo.
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El Retiro estaba hasta los topes, aunque en la foto no lo parezca mucho.
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No hice foto, pero en el Palacio Real llegamos justo a ver el cambio de guardia.
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Cerveza coreana.
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De postre, helado en taiyaki (el pastelito ese con forma de pez).
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Taba rico, pero era demasiado... Nos lo comimos entre los dos.
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El domingo, ya después de llover.
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Le flipó la estatua esta.
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Con la prima Frida.
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