¡Cuánto tiempo sin actualizar! ¡Esto no puede ser! Pero es que no puedo con mi vida, vaya dos semanas que llevo.Menos mal que mañana por la noche me voy a Filipinas y todo será jolgorio, cachondeo y pececitos. Y la boda de Anna y Jeff.
Tengo varias cosas que contar de estos días que he estado desaparecida pero me voy a limitar a un par.
La primera es los instintos asesinos que me entran cada vez que salta la alarma de una de las motillos eléctricas que hay aparcadas debajo de mi ventana.
Normalmente suele saltar alguna alarma alrededor de las 5 de la mañana. ¿Que por qué salta? Pues y yo qué sé, un gato que pasaba por ahí, el viento, el fantasma de las bragas rotas, vaya usted a saber. El caso es que salta la alarma y me despierta. Y en esos momentos, indefectiblemente, me veo a mí misma con un mazo enorme de madera, en plan los dibujos de la Warner, bajando al patio y machacando la moto culpable con el mazo hasta que queda hecha pedacitos. Aaah, y qué a gusto me quedo. Pero claro, ese sueño de momento no se ha hecho realidad. ¿Dónde venden mazos enormes de madera?
Y por cierto, ¿para qué sirve la alarma? ¿Es que los dueños de las 100 motos que hay aparcadas aquí detrás salen a ver qué pasa cada vez que salta una alarma? NO. Pues oiga, desconéctela, que hay gente que pretende dormir por las noches.
En Beijing siempre saltaban las alarmas cuando soplaba mucho viento. Y yo las oía desde el piso 12. Qué tortura...
En otro orden de cosas, hoy he tenido que ir a Shaoxing a ver a un fabricante de maquinaria y por el camino me ha asaltado una duda. La foto no se ve muy bien porque la cámara de mi móvil es una mierda, pero
¿Por qué en las señales de las áreas de servicio en China, cuando quiere indicar que hay un restaurante ponen un cuchillo y un tenedor? ¿No deberían poner un par de palillos???
Y con este misterio de la humanidad me despido hasta la vuelta. Quizás actualice desde Filipinas, que no hay censura, pero la verdad es que no creo que tenga tiempo!
Tengo varias cosas que contar de estos días que he estado desaparecida pero me voy a limitar a un par.
La primera es los instintos asesinos que me entran cada vez que salta la alarma de una de las motillos eléctricas que hay aparcadas debajo de mi ventana.
No son estas pero se parecen mucho |
Normalmente suele saltar alguna alarma alrededor de las 5 de la mañana. ¿Que por qué salta? Pues y yo qué sé, un gato que pasaba por ahí, el viento, el fantasma de las bragas rotas, vaya usted a saber. El caso es que salta la alarma y me despierta. Y en esos momentos, indefectiblemente, me veo a mí misma con un mazo enorme de madera, en plan los dibujos de la Warner, bajando al patio y machacando la moto culpable con el mazo hasta que queda hecha pedacitos. Aaah, y qué a gusto me quedo. Pero claro, ese sueño de momento no se ha hecho realidad. ¿Dónde venden mazos enormes de madera?
Y por cierto, ¿para qué sirve la alarma? ¿Es que los dueños de las 100 motos que hay aparcadas aquí detrás salen a ver qué pasa cada vez que salta una alarma? NO. Pues oiga, desconéctela, que hay gente que pretende dormir por las noches.
En Beijing siempre saltaban las alarmas cuando soplaba mucho viento. Y yo las oía desde el piso 12. Qué tortura...
En otro orden de cosas, hoy he tenido que ir a Shaoxing a ver a un fabricante de maquinaria y por el camino me ha asaltado una duda. La foto no se ve muy bien porque la cámara de mi móvil es una mierda, pero
¿Por qué en las señales de las áreas de servicio en China, cuando quiere indicar que hay un restaurante ponen un cuchillo y un tenedor? ¿No deberían poner un par de palillos???
Y con este misterio de la humanidad me despido hasta la vuelta. Quizás actualice desde Filipinas, que no hay censura, pero la verdad es que no creo que tenga tiempo!